ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La condición de pioneros ya es un hecho, y el ejemplo del Che que aprenderán a conocer, más y mejor, irá diciéndoles por qué la Patria cuenta con que aspiren a ser como él. Foto: Ricardo López Hevia

La algarabía habitual de los niños y las niñas impregnó el espacio, pero no fue la de este miércoles una mañana cualquiera. Son todos del primer grado, y todos impacientes por ver, de una vez, la pañoleta azul que llevan en el brazo, colocada en sus hombros.

Parece que fue ayer cuando cruzaron por primera ocasión las puertas de sus aulas; y ahora, con la sonrisa amplia, ya reciben de manos de sus padres ese atributo que los acompañará por tres años, y que los conecta con la historia de la nación.

Hay mucho de simbolismo en este acto de esperanza, cuando ingresan a la Organización de Pioneros José Martí. «Sus sonrisas son nuestra mayor fortaleza, y su pureza la certeza de que un mañana mejor es posible», expresó Chabeli Arencibia Martell, presidenta de los pioneros en Cuba.

Y es alto el significado, también, de que esta comunión entre familia y escuela coincida con el inicio de lo que hemos llamado Jornada Camilo-Che; dos héroes paradigmas de esa generación que comienza a crecer, a forjarse.

El uniforme se completa con un triángulo azul: el atributo. La condición de pioneros ya es un hecho, y el ejemplo del Che que aprenderán a conocer, más y mejor, irá diciéndoles por qué la Patria cuenta con que aspiren a ser como él.

Anudada sobre el pecho infantil, la pañoleta que les cruza los hombros se parece mucho al brazo que echa un amigo que convida y confía: es el futuro.

Foto: Ricardo López Hevia
Foto: Ricardo López Hevia
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