
Hace 60 años vio la luz una publicación resultado del proceso unitario de las fuerzas políticas cubanas en los inicios de la Revolución, el periódico cuyo nombre se dio a conocer el mismo día en que Fidel anunciaba quiénes integrarían el primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y cuando leyera el testamento político del Che: su carta de despedida.
El yate, como le llaman quienes crecen en el periodismo desde sus páginas, asumió el nombre del barco que trajo a aquel grupo de jóvenes que daría la luz definitiva a la patria con el triunfo de enero de 1959.
Desde Granma se ha narrado la esperanza de este archipiélago; se han denunciado las injusticias –Palestina que tanto duele–; se ha luchado por la paz; se han contado las horas más duras; se han reconocido errores; también se ha puesto el dedo en la llaga.
En sus páginas se ha contado a Cuba para sí y para el mundo, se ha emplazado al enemigo, se ha puesto el hombro por el hermano… Eso, y más, lo ha dicho Granma.
Lo dice Granma era el pregón de los voceadores que por La Habana Vieja vendían los periódicos aún con olor a tinta fresca.
Lo dice Granma se convertía en más que un pregón, en más que la voz del Partido que por derecho propio nos legamos: que lo dijera Granma es sinónimo de Verdad.
Esta casa, con 21 Premios Nacionales de Periodismo José Martí por la obra de la vida –entre los que cuenta al Comandante en Jefe–, es el espacio en el que dos de ellos, en pleno ejercicio de la profesión, comparten trinchera hoy con un colectivo joven.
Granma tiene en su carta de viaje la transformación, las rutas diversas que nos llevan por los caminos del aprendizaje de un multimedio, con lectores y lenguajes diversos, con rostros y voces singulares que se hacen una en el compromiso con Cuba y su Revolución, con las causas justas allá donde existan.
Granma fue para el Comandante en Jefe lo que el periódico Patria para Martí, y seguirá siendo un escenario de combate: el yate que contra viento y marea sigue navegando, que guarda entre sus tesoros más de un millón de documentos, fotos inéditas y los recuerdos de las noches de cierre con un Fidel periodista puertas adentro.




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