ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La mirada de Guantánamo hacia los bosques es cada vez más responsable y consciente. Foto: Periódico Venceremos

GUANTÁNAMO.–.–Los vientos del Oscar, tal como los del Matthew y los de otros ciclones anteriores, a esta provincia le han «arañado» la piel arbolada. Entre la sequía, la intrusión salina y otros malhumores del medioambiente, le han hecho lo mismo durante décadas.

Pero la cobija del Alto Oriente sigue de verde. Y crece, se diversifica, se expande. Por algo, con más de la mitad de su territorio poblado de bosques, el Guaso exhibe el mejor índice de la Isla en ese apartado.

Guantánamo sobrepasa el 51 % de su superficie cubierta por especies forestales de alto valor: maderable, económico, ecológico, paisajístico, fruto de una estrategia alineada con las políticas del país.

SI NO QUIERE BOSQUES…

Parecería que en la práctica, en su afán de reforestar, los guantanameros parafrasean el refrán vetusto que alude a las tazas y al caldo, suplantados ambos, en este caso, por los malhumores del clima y del medioambiente como sujetos del aforismo: «al que no quiere árboles le doy tres bosques».

A partir de las peculiaridades, necesidades y condiciones concretas del territorio, la reforestación en el Alto Oriente renueva impulsos, con el Plan de Estado Tarea Vida, como guía, a la par de la ciencia y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Buena cuenta de ese quehacer dan diversas áreas aquí, incluidas dos cuencas hidrográficas que figuran entre las ocho de interés nacional:  la del río Toa y la Guantánamo-Guaso. La primera tiene cubierta de árboles más del 95 % de su área potencial reforestable, índice que rebasa el 98 % en el caso de la segunda.

En sitios como esos, los árboles resguardan recursos tan vitales como las aguas y los suelos. Y en general, como utilidad añadida de igual valor en el orden de prioridad, refuerzan al país en el ámbito defensivo, una razón que en Cuba no pasa por alto, pues en circunstancias extremas, el bosque es factor de supervivencia.

Por eso y más, Guantánamo los revive con similar tratamiento también en zonas costeras, donde la resiembra de especies de mangles, poco a poco, empieza a rehabilitar la cortina natural de protección de los litorales contra eventos meteorológicos extremos.

Los esfuerzos en pos de ensanchar los bosques de esta provincia –empeño visible desde las montañas hasta la propia Franja Costera Sur (fcs), conocida también como el «semidesierto cubano»– son continuos.

Precisamente, para mitigar los impactos de la desfavorable confluencia de factores climatológicos, en esta franja de unos 1 200 km2 (con los promedios de lluvias más bajos del año y los mayores índices de evaporación de la Isla), el territorio siembra especies de árboles resistentes a la salinidad y la sequía; millones de plantas que, poco a poco, les han restituido el verde al paisaje y la capa vegetal a la tierra.

ALIADOS DEL BOSQUE

La ampliación de la superficie boscosa del Alto Oriente cuenta con una herramienta estratégica primordial: los microviveros, garantía de posturas y de propagación de especies autóctonas, algunas de ellas amenazadas.

En ese pulso continuo con los desmanes del medioambiente, nacieron las fincas forestales adheridas a empresas de igual apellido, y aliadas de entidades agropecuarias militares, y de la de Protección de la Flora y la Fauna.

Todas, en un esfuerzo conjunto, que también tiene como sustancial el aporte de cooperativas, usufructuarios, y del Sistema Provincial de Áreas Protegidas adscrito a la delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en Guantánamo.

Brazos, sudores, entidades e inteligencia les dan vida a los bosques guantanameros, repoblándolos con soplillo, cedros, baría, caoba, majagua, najesí, guayacán y ocuje, … además de especies frutales que igualmente les añaden valor económico, ecológico y paisajístico.

SALDOS EN CIFRAS Y EN LOS SENTIDOS

Más del 51 % de la superficie total del territorio guantanamero, techada con la floresta: más de 360 000 hectáreas, es decir, casi un 11 % de piel arbolada de un archipiélago cuyo patrimonio forestal supera los cuatro millones de hectáreas, con unos 3 250 000 de ellas cubiertas de bosques.

Crece el emporio boscoso y combina atractivos paisajísticos, potencial económico y salud ecológica. Más de medio centenar de especies de orquídeas identificadas en ese inventario biológico en el que se expande, igualmente, una flora melífera que le hace guiño a otra apuesta exportable y económica de Guantánamo: la apicultura.

Menos carbono invasivo a la atmósfera; muro vegetal frente al cambio climático en el extremo oriente cubano, robustecido y vital escudo frente a extremas eventualidades de la naturaleza.

Es un saldo que retribuye este esfuerzo guantanamero y cubano, en un planeta enfrentado a la deforestación culpable de al menos el 21 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero atribuidos al mal uso de la tierra en actividades agrícolas y silvícolas.

Ese mal del planeta tiene un contraste en Guantánamo: aire puro; más segura y diversa la vida silvestre; sostenibilidad, bienestar humano, mejor salud ambiental; una fortaleza del Alto Oriente en natural expansión frente al cambio climático.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.