ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Laureen Raftopulos

Más de siete millones de hectáreas de bosques afectadas, 340 000 personas evacuadas, 50 siniestros activos y ocho fallecidos se reportaban en América y Europa hasta el pasado 15 de de agosto, como consecuencia de los incendios forestales, un problema crítico y en aumento en todo el planeta.

Mientras en África, solo en el primer semestre de 2025 ardieron 53 millones de hectáreas, la mitad del total global (102 millones hasta junio).

Por ello, cada 18 de agosto se reconoce como el Día Mundial de la prevención de incendios forestales, una jornada para hacer conciencia sobre la importancia de proteger nuestros bosques, que son uno de los recursos naturales más valiosos para la vida en la Tierra, y cuya destrucción genera graves consecuencias ambientales, sociales y económicas.

Aunque muchos incendios suceden por causas naturales, como los rayos; una gran cantidad de ellos es resultado de la imprudencia humana y se puede prevenir. De ahí la importancia del trabajo conjunto entre los organismos gubernamentales, sociales, y de toda la población, para prevenirlos y enfrentarlos con efectividad.

Se señalan como factores claves en las actuales tendencias del fenómeno: el cambio climático, que aumenta la frecuencia e intensidad de los incendios, especialmente en zonas boreales (calentamiento tres veces más rápido que el promedio global), El Niño (eventos como los de 2016 y 2024 duplicaron la proporción de incendios en los trópicos), y la actividad humana, por imprudencias y malas prácticas.

Estadísticas de organismos internacionales afirman que, anualmente, más de 300 000 000 de hectáreas son devastadas por esos siniestros. Al mismo tiempo, el cambio climático está causando incendios más frecuentes y severos, principalmente debido a periodos de sequía más prolongados.

Entre 2023 y 2024, los incendios representaron el 44 % de la pérdida total de cobertura arbórea mundial, un aumento significativo frente al 25 % promedio de las dos décadas anteriores.

Además, de 2006 a 2020, el humo de incendios vinculados al cambio climático causó 15 000 muertes anuales en EE. UU., y los incendios emitieron 4,1 gigatoneladas de co2 en 2024, cuadruplicando las emisiones globales de aviación.

Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) revela que, a nivel mundial, el riesgo de incendios forestales extremos podría aumentar un 30 % antes de 2050, como consecuencia del cambio climático y de los cambios en el uso de la tierra, que incluyen la quema con fines agropecuarios. Las predicciones apuntan a que el número de incendios extremos aumentará un 14 % en 2030, un 30 % en 2050, y un 50 % en 2099.

Los bosques son talados y quemados, principalmente, para dar lugar a zonas más amplias de agricultura extensiva. Sin embargo, el cambio climático ha generado periodos de sequía tan severos que incluso los bosques en pie, que normalmente no son inflamables, se secan lo suficiente para arder. Por ello, las llamas a menudo se extienden desde las áreas despejadas o desde incendios agrícolas controlados hacia los bosques en pie, desatando incendios descontrolados.

En el caso de Cuba, la combinación de situaciones meteorológicas adversas, unida al impacto del recrudecimiento del bloqueo del Gobierno de Estados Unidos en la implementación de la Estrategia Nacional contra estos fenómenos, ha exigido del esfuerzo permanente en la vigilancia y en la adopción de medidas inmediatas de respuesta, durante la Campaña nacional de protección contra incendios forestales, que se extiende anualmente entre enero y mayo.

En la etapa se enfrentaron 291 incendios forestales que afectaron más de 9 000 hectáreas, con mayor impacto en Pinar del Río, el municipio especial Isla de la Juventud, y en Matanzas.

Sin embargo, la prolongación de la sequía determinó la necesidad de extender el enfrentamiento a este tipo de eventos a lo largo de los tres últimos meses de verano, como ocurrió en 2015 y en 2017, y para lo cual se continuó fortaleciendo el Sistema Nacional de Protección contra incendios forestales, y la estrategia trazada por el país para afrontar este grave desafío global, que necesita del aporte de todos.

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