ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
José Joaquín asegura que no les falta la materia prima y que trabajan con las frutas de temporada. Foto: Ronald Suárez Rivas

Pinar del Río.–José Joaquín Díaz tenía 58 años cuando decidió emprender el proyecto de su vida.

Cuenta que fue después de leer en el periódico Trabajadores un reportaje sobre las minindustrias de conservas, que se sintió motivado a probar suerte y, a una edad en la que la mayoría de las personas está pensando en la jubilación, reunió a la familia y le comentó su idea.

«Me puse a pensar en aquello que había leído, me senté con ellos, lo razonamos y estuvimos de acuerdo en intentarlo».

Así surgiría la minindustria Los Cuki, una de las mayores de Pinar del Río, en la que se procesan actualmente alrededor de 1,5 toneladas diarias de frutas y vegetales.

«Los equipos los hicimos nosotros mismos, con hierros viejos que fuimos recopilando por aquí y por allá, innovando, con parientes y amigos que saben soldar o tienen experiencia con los tornos».

En la fábrica La Conchita, la reconocida industria pinareña cuyas producciones se han exportado a muchas partes del mundo, buscarían asesoramiento para aprender de formulaciones y de conservación de alimentos.

Graduado de Agronomía, José Joaquín trabajó toda su vida en entidades estatales, en diferentes responsabilidades. Su último centro laboral fue la Empresa Pecuaria Camilo Cienfuegos. Sin embargo, asegura que nunca es tarde para hacer cosas nuevas.

«Hay picos de cosecha en que cualquiera tiene dos o tres matas de mango, que dan cuatro o cinco cajas, y por esa cantidad no van a buscar un camión para llevarlas a la industria.

«Sin embargo, en un coche de caballos, en un carretón, o en cualquier medio de esos, es muy fácil traerlas hasta acá. E incluso, nosotros también vamos a buscarlas», explicó.

Estableciendo alianzas con los campesinos y cooperativas de la zona en el municipio pinareño de Consolación del Sur, y buscando alternativas para que la materia prima nunca falte, José Joaquín y los suyos han logrado estabilizar una producción que sobrepasa los 30 renglones, entre encurtidos, salsas, néctares, pulpas, frutas en paquetes, cascos y mermeladas, rodajas de piña y de mango.

«El vinagre, el vino seco, los aliños, los adobos, las salsas. Todo eso lo hacemos también».

En los primeros tiempos, sus tachos funcionaban con electricidad, pero ante la compleja situación energética que vive el país: «nos hemos ido preparando para que el tema de la electricidad no nos afecte. En ese sentido, hicimos otras máquinas que cocinan con leña, con carbón, como parte de las estrategias para salir adelante».

A cinco años de haberse aventurado en esta experiencia, después de leer sobre el tema en un reporte de prensa, José Joaquín habla con orgullo de lo que ha logrado.

«Nuestras producciones se comercializan, actualmente, en los mercados, en puntos de venta, las ferias agropecuarias, y también con varias empresas.

«Además, les garantizamos los jugos de fruta a tres niños con enfermedades crónicas, apadrinamos el hogar de niños sin amparo familiar, y le aseguramos, gratuitamente, 14 meriendas diarias al personal de guardia del policlínico de Consolación del Sur».

Dice que nunca es tarde para emprender un nuevo proyecto personal y que no es la edad lo que determina, sino el deseo y la inspiración que se tengan.

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Eduardo Martínez Riquenes dijo:

1

22 de agosto de 2025

05:59:44


¡FELICIDADES!Muchas Cooperativas deberían seguir ese encomiable ejemplo para contribuir a la satisfacción del pueblo y generalizarlo de tal modo que a todo lo largo del Caimán se materialicen tales resultados. ¡Guapo ahí!