En un escenario marcado por una alta dependencia de los combustibles fósiles, una gran parte de ellos importados, Cuba ha decidido apostar por las energías limpias, no solo desde la generación, sino también desde otros proyectos vinculados a sectores como el transporte o el bombeo de agua.
Esta estrategia, incluida en el Programa de Gobierno para la Recuperación del Sistema Eléctrico Nacional, proyecta la instalación de 92 parques solares fotovoltaicos de 21,8 megawatts, de los cuales, hasta la fecha, se han concluido 24, cumpliendo con el cronograma establecido.
Además, se apuesta por otros parques más pequeños, así como por sistemas para comunidades aisladas.
Pero, para garantizar el uso eficiente de estos sistemas, se debe lograr la capacitación técnica y la cooperación institucional en el ámbito de las energías renovables.
Justo con el propósito de impulsar conjuntamente la formación, la investigación y el intercambio de conocimientos en materia energética, ayer se firmó un memorando de entendimiento entre la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) y la Universidad de La Habana (UH), informó el organismo internacional en su cuenta en X.
En el marco del evento Transiciones Energéticas en Centroamérica y el Caribe, que acoge la UH, se conoció que esta alianza permitirá, además, desarrollar programas de investigación, promover proyectos demostrativos y transferencia tecnológica.
El acuerdo fue suscrito por Andrés Rebolledo Smitmans, secretario ejecutivo de Olade, y Miriam Nicado García, rectora de la uh, y en presencia de autoridades del Ministerio de Energía y Minas.
A propósito, Rebolledo Smitmans expresó que «la transición energética no es un destino, sino un proceso colectivo que requiere visión política, planificación técnica, colaboración regional y, sobre todo, personas comprometidas con la transformación».
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