SANTA CLARA. —Este 15 de julio, la urbe santaclareña arribó al cumpleaños 336 de su fundación, y lo hizo en medio de un júbilo inusitado de todos los que sienten el sano orgullo de llamarse pilongos, y por el hecho de haber nacido en la tierra de la benefactora doña Marta Abreu de Estévez, y donde también reposan los restos del Che.
Fundada en 1689, la ciudad del centro de Cuba es dueña de una rica historia y un legado cultural que trasciende más allá de sus fronteras. Se dice, y con razón, que la capital de Villa Clara constituye una de las urbes más cosmopolitas del país, un motivo más para sentir un especial cariño por esta tierra.
Nació como un desprendimiento poblacional de San Juan de los Remedios, la Octava Villa fundada por los españoles en Cuba. Fue así como llegaron con el paso de los años, la Iglesia del Carmen, el puente de la Cruz, sus famosos tamarindos, el burro Perico, la sirena del Bélico, el niño de la bota o el Güije de la Cañada, entre otros mitos y símbolos que perviven en la memoria de los santaclareños.
Santa Clara fue también la única capital de provincia atacada durante las tres guerras de independencia —1876, 1896 (donde muere Leoncio Vidal) y 1958, esta última, la batalla que inmortalizó la participación del Comandante Ernesto Che Guevara en nuestras guerras de independencia.
Este 15 de julio, la ciudad se llenó de alegría desde horas bien tempranas cuando se produjo el recibimiento de los remedianos en el Puente la Cruz, a lo que siguió la evocación del momento fundacional en el Parque El Carmen, la ofrenda floral a Marta Abreu en el Parque Vidal, hasta la tradicional fiesta de la moda Exuberarte. También en horas de la tarde acontecerá la premiación del concurso Fundación de la Ciudad, entre otras actividades.
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