
La Revolución Cubana «no oculta sus problemas», los enfrenta con ética y justicia social, incluso en medio de circunstancias extremas, afirmó Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, al intervenir en la jornada de trabajo de la comisión parlamentaria de Atención a la Juventud, Niñez y Derechos de Igualdad de la Mujer.
Criticó las narrativas que minimizan los esfuerzos del Gobierno para atender problemáticas sociales que enfrenta el pueblo cubano, y destacó que la Revolución no tiene que sentir vergüenza de los problemas, porque ha demostrado fehacientemente que tiene una vocación humanista por enfrentarlos y resolverlos.
Díaz-Canel significó que esa valentía y esa ética tienen, a su modo de ver, dos componentes fundamentales de lo que Hart describió como elementos de hacer política en Cuba en tiempos de Revolución: uno es el derecho como expresión de justicia social y el otro es la ética como expresión de la verdad.
Si no hay sensibilidad, si no te vibra el corazón con los problemas que tenemos, no se encuentra la energía para enfrentarlos, y mucho menos en condiciones tan adversas, tan duras en la que todos los días hay que estar librando una batalla contra el recrudecimiento del bloqueo y contra el odio con que nos tratan y contra el desprecio que nos tratan, expresó.
HAY QUE RECONOCER, ENFRENTAR Y SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS
El Jefe de Estado valoró que, cuando con la verdad reconocemos lo que nos pasa, y lo encaramos con sentido de justicia social, vamos a resolver los problemas, encontramos soluciones.
Eso contrasta mucho, dijo, con algo que pasó en la primera jornada de trabajo de esta comisión, «en una sesión, en la cual se estaba analizando cómo atender mejor un fenómeno real y nunca querido para nuestra sociedad que es la existencia de expresiones de vulnerabilidad, de personas con comportamiento deambulante; que en fin de cuentas son expresiones que nos han conducido a desigualdades sociales y problemáticas que tenemos en nuestra sociedad».
«Yo no estoy de acuerdo con algunos criterios que se dieron en la comisión sobre estas problemáticas, y no sería honesto si no compartiera con ustedes los criterios que tengo», aseguró.
Reconoció que es muy contraproducente que se den criterios como ese, precisamente en una sesión de dos comisiones de la Asamblea Nacional en la se está reconociendo que hay un proyecto, que hay un programa, que hay una atención desde el Gobierno. Están reconociendo que hay un objetivo del Programa de Gobierno para resolver las distorsiones que tenemos en la economía y relanzar la economía, que tiene un vínculo con lo social, apuntó.
«Si uno está reconociendo que existe ese problema, que hay una atención, no puedes denigrar a las personas que están involucradas en ese tema que estamos reconociendo», manifestó.
Eso lo que expresa -argumentó- es un desconocimiento de la realidad que está viviendo el país, expresión de un abordaje superficial de una realidad y de un tratamiento, o de una atención que sea ha proyectado hacia esos problemas.
«Nosotros sabemos que se nos han agudizado los problemas. Estamos en una crisis profunda, y ahora las cosas también tienen otras dimensiones, que tienen que ver con múltiples causas económicas, sociales; hay problemas de ruptura de valores en determinados sectores de la sociedad, en determinadas problemáticas familiares, pero eso no puede negar que sí ha existido una mirada hacia eso, que se ha reconocido el problema, que no se niega la existencia, y que hay proyecciones que, incluso, están reconocidas en los documentos rectores, en los programas rectores de nuestra sociedad», insistió el Presidente.
Resaltó que, si hoy se puede hablar con madurez sobre el Programa de Adelanto de la Mujer es porque «tuvimos la valentía de reconocer que, pese a los logros históricos, persistía el machismo, la discriminación y la violencia de género».
Eso lo hacemos porque hay una vocación humanista de la Revolución, puntualizó, y hay una vocación humanista que nos lleva a decir: si esas son problemáticas que hay en nuestra sociedad, son nuestros problemas, son nuestros deambulantes o nuestras deambulantes, son nuestras personas en situaciones de vulnerabilidad, nuestras familias en situaciones de vulnerabilidad y nuestras comunidades en situaciones de vulnerabilidad, son las nuestras y las tenemos que resolver nosotros.
Destacó que todo ello debe atenderse desde el Partido, «porque un Partido único, condicionado por razones históricas, es el Partido de todas las cubanas y de todos los cubanos, y trabajamos para atender todos los problemas, y así trabajan también los órganos del Poder Popular, porque es el poder del pueblo, y estamos trabajando para ese pueblo».
«Ninguno de nosotros puede actuar con soberbia, puede actuar con prepotencia, desconectado de las realidades que vivimos. Nosotros tenemos que actuar con sensibilidad, con seriedad al abordar las problemáticas que existen, con humanismo», enfatizó.
La vocación humanista la tenemos que demostrar con acogida, con apoyo, con ayuda, con solidaridad a los que están en algún tipo de desventaja, a los que están en alguna situación de vulnerabilidad; con amabilidad, con humildad, con respeto, con calidez humana y todo eso abordarlo desde un sentido ético, desde un sentido de comportamiento educado, de comportamiento decente, dijo.
Se refirió al debate en torno al Código de la niñez, la adolescencia y la juventud: «Un código integral humanista, de presente y de futuro, que nos involucra a todos, como a todos nos involucró también el Código de las Familias».
Precisó que se han presentado en esta comisión más de 30 programas sociales para diferentes tipos de vulnerabilidades y de afectaciones que se están atendiendo con el Presupuesto de una economía que cada vez es más golpeada por las medidas coercitivas que nos aplican. «Eso demuestra voluntad política, sensibilidad; hay voluntad política y hay voluntad gubernamental», reafirmó Díaz-Canel.
«Nosotros tenemos que seguir ratificando que la Revolución no deja a nadie atrás, y que el pueblo y el bienestar del pueblo son nuestra principal divisa y responsabilidad», aseveró.
Insistió en que solo al identificar estas realidades se pueden diseñar soluciones, aunque advirtió que «no todo se resuelve de golpe, porque estamos en medio de una situación compleja, pero avanzamos todos los días en la solución».
Reflexionó que no se trata de enfrentar a un vulnerable, sino de atender a los que están en situación de vulnerabilidad. Ellos no son enemigos, son personas que están en una situación para las cuales no se ha hecho la Revolución, «la Revolución no quiere que ese tipo de problema exista, pero la Revolución reconoce que hay causas que han provocado ese tipo de problemáticas, y entonces la Revolución tiene que, si lo ha reconocido, proyectar cómo lo vamos a solucionar, sabiendo que es una lucha larga, que nos lleva tiempo, que tenemos que trabajar entre todos, que tenemos que trabajar transversalmente en muchos ámbitos de la sociedad».
No podemos perder nunca de vista el humanismo, «ni perder de vista todo lo que tenemos que hacer por preservar la dignidad de nuestro pueblo».
El Presidente aseguró que Cuba no se rendirá, «otros, en esta situación, habrían levantado bandera blanca. Nosotros tenemos la convicción de que vamos a superar este momento, aunque nos recrudezcan el bloqueo, porque sí podemos», afirmó.


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