ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Juan Manuel Márquez. Foto: Archivo de Granma

Juan Manuel Márquez perdió el rumbo, y más tarde la vida, durante la retirada del combate en Alegría de Pío, tras el desembarco del yate Granma. Murió dos años antes del triunfo de la Revolución, pero entró al camino de la historia como vigía del porvenir.

El 3 de julio de 1915, la localidad habanera de Santa Fe, alejada de la agitación citadina y cerca del mar, festejó el nacimiento de ese hombre apegado a las esencias humanas y dispuesto a defenderlas.

Su madre Juana María contribuyó a una firme educación y lo formó como un lector incansable. En el árbol de su hijo también floreció la raíz martiana, sembrada con hondura por su padre Julián Márquez, veterano de las guerras de independencia.  

Apreció en la República de su tiempo una traición, una sombra apenas de la sociedad proyectada por el Apóstol, «con todos y para el bien de todos». Por eso, pronto comenzó a militar por cambiar la realidad.

A partir de 1931 integró, en su municipio de acogida, Marianao, el Sector Radical Estudiantil y, más adelante, ocupó su Secretaría General. Sufrió el Presidio Modelo por primera vez con 17 años, el preso más joven por motivos políticos, pero demostró la madera de sus convicciones. 

Deseoso de sumar, perteneció al Ala Izquierda Estudiantil y a la Hermandad de los Jóvenes Cubanos.  Asumió como delegado a la Asamblea Municipal del Partido Revolucionario (Auténtico), fundó una Sección Juvenil y mereció la elección en el puesto de concejal, a través del cual operó a favor de las clases populares.

Ejerció el periodismo como otra arma contra los males del país, desde publicaciones tempranas como Radical, Catapulta y El Sol, hasta las propuestas radiales La Hora de la Ortodoxia Revolucionaria y Vergüenza contra dinero, emitidas en La Coco.

Tras apoyar varios planes de enfrentamiento a la dictadura batistiana, el 5 junio de 1955 recibió una golpiza por las fuerzas represivas y terminó ingresado, de gravedad, en la Clínica Santa Emilia. Dos días después conversó con Fidel, y acordaron que fuera el Segundo Jefe del Movimiento 26 de Julio. En Estados Unidos, unió adeptos a la expedición redentora.

Luego del desembarco, lo capturaron el 15 de diciembre de 1956 y, marcado por disímiles torturas, falleció ante la brutalidad del Escuadrón 12 de la Guardia Rural de Manzanillo.

Sus pies extraviaron el camino en la tarde de aquel 5 de diciembre, en Alegría de Pío, pero su nombre siempre aparecerá unido a la lucha por los anhelos del mañana.

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carlos lugo rodriguez dijo:

1

3 de julio de 2025

18:06:15


Siempre viviras gran heroe de nuestra Patria al igual que Jose Marti.