Cayo Coco, Ciego de Ávila. - Los proyectos del Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros, de Cayo Coco (CIEC), desde su creación hace 33 años, contribuyen significativamente al desarrollo económico del país a través de trabajos científicos que integran la conservación ambiental con la sostenibilidad económica.
Liset Hernández Galvez, subdirectora del CIEC, detalló que varias son las acciones de ese centro que tributan directamente al Plan del Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida), entre los que destacan el Proyecto Sabana Camagüey, ubicado en el archipiélago del mismo nombre y que se extiende paralelo a las costas de las provincias de Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey, desde la península de Hicacos hasta la punta de Prácticos en la bahía de Nuevitas, con una longitud aproximada de 470 km.
Dicho proyecto da continuidad a los estudios iniciados en ese archipiélago, dirigidos a investigaciones básicas para la gestión y el conocimiento de la diversidad biológica y la conectividad entre ecosistemas y desarrollo sostenible.
Entre los objetivos fundamentales del estudio se encuentran la contribución a la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica en ese territorio ante las amenazas del cambio climático y de las acciones antrópicas que se desarrollan en él, a través del establecimiento e implementación de un sistema de monitoreo integrado que permita actualizar y evaluar el estado de los ecosistemas, identificar impactos y amenazas y la toma de decisiones en busca de soluciones que permitan el desarrollo sostenible de actividades económicas principales como el turismo y la pesca.
Como resultados más relevantes previstos se trabaja en la implementación de una metodología estandarizada para el monitoreo de diferentes ecosistemas y de las actividades económicas que se desarrollan en el archipiélago Sabana Camagüey; la caracterización de la biodiversidad marina y terrestre identificando impactos y amenazas que afectan su protección y conservación en el tiempo y determinación de grupos y especies biológicas sensibles o vulnerables que demanden prioridades inmediatas de protección y conservación y propuesta de medidas con tal objetivo.
Otras de las aristas del estudio están encaminadas a la caracterización y evaluación del estado de las playas, con la identificación del impacto y las amenazas de su uso y la propuesta de medidas y toma de decisiones para su manejo sostenible; la caracterización del clima y la evaluación del comportamiento de las principales variables hidrometeorológicas, en aras de determinar las afectaciones del cambio climático en el territorio e identificar las principales amenazas presentes y futuras.
La profundidad de las investigaciones contemplan también la valoración económica de los bienes y servicios ambientales de los principales ecosistemas marinos costeros; la elaboración de una propuesta de medidas de mitigación y adaptación ante las amenazas e impactos del cambio climático y de la acción de hombre sobre las comunidades naturales y ecosistemas de la región de estudio y la implementación de un sistema de información geográfica como soporte al monitoreo y al sistema de alertas tempranas.
El proyecto Mi Costa, financiado por el Fondo Verde del Clima, constituye otro hecho de especial relevancia en la restauración de manglares, bosques pantanosos y arrecifes de coral, lo que reduce la vulnerabilidad costera ante inundaciones y erosión, con la protección de las infraestructuras económicas clave (turísticas, agrícolas y urbanas).
Los trabajos que integran la conservación ambiental con la sostenibilidad económica también comprenden el estudio para la rehabilitación del área del Pedraplén Sur y su entorno; la evaluación físico-química y microbiológica de las playas y lagunas costeras de los cayos del norte de Ciego de Ávila; y la línea base ambiental del área de intervención directa del proyecto en el área del poblado de Júcaro, mediante tecnologías de información geográfica, con el monitoreo de los arrecifes, la fauna asociada, pastos marinos, erizos y peces en los ecosistemas costeros del archipiélago Sabana-Camagüey, para proponer medidas de mitigación y proteger la biodiversidad marina.
Especial reconocimiento merece la protección y observación del comportamiento espacial de la ictiofauna en arrecifes del Parque Nacional Jardines de la Reina, primera área marítima protegida en Cuba que recibió el premio Blue Park (Parque Azul) en la Categoría Dorada, otorgado por el Instituto para la Conservación Marina (Marine Conservation Institute).
En la misión de realizar investigaciones encaminadas a proteger y utilizar de manera racional los recursos naturales de las zonas costeras, el CIEC aumenta su cartera de servicios científicos técnicos con el fin de convertirse en el centro de referencia regional en la gestión del conocimiento científico para el manejo y conservación de los ecosistemas costeros.
Los trabajos científicos cubanos en ecosistemas costeros demuestran que la conservación ambiental es un motor económico. Sus aportes abarcan desde la mitigación de riesgos climáticos hasta la creación de empleos verdes, posicionando a Cuba como referente regional en adaptación basada en ecosistemas.
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