ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Nando recibió el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba de manos de Díaz-Canel. Foto: Dunia Álvarez Palacios

NIQUERO, Granma.–Bajo el sol implacable que abrasa a quien trabaja, nace la historia de Bernardo Tallo Guitián, conocido como Nando; una existencia que se entrelaza con los surcos de la tierra que lo vio nacer, hace 84 años.

Su vida es un testimonio de sudor, amor y resistencia, un legado que hoy florece en los campos de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Alberto Guevara, del municipio de Niquero, y en el corazón de su familia. 

Nando nació en 1940, en un hogar en el que el aroma de la caña de azúcar era tan familiar como el aire. Su padre, un colono dueño de cañaverales, lo llevó desde los 11 años a aprender el oficio que marcaría su destino.

Con una guataca en manos pequeñas y la mirada en el horizonte, comenzó como narigonero, guiando yuntas de bueyes para trazar surcos perfectos. «Era duro, pero la tierra no perdona flojeras», recuerda con orgullo.

En 1961, cuando la Revolución Cubana impulsó la creación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (anap), Nando, con apenas 21 años, fue de los primeros en unirse.

«Aquello era como sembrar esperanza», confiesa. Su entrega «en cuerpo y alma» lo llevó a asumir roles de liderazgo en Niquero y Pilón, defendiendo a los campesinos en épocas de limitaciones y de transformación.

«No había tractores, pero teníamos bueyes y voluntad», repite, evocando las décadas de trabajo colectivo. 

Su vida no solo se cultiva en el campo. Junto a Mirella Regalón, su esposa por 25 años, construyó un hogar en el que el amor se mide en cosechas y cuidados.

«Ella es más campesina que yo», admite, agradecido por su dedicación a los animales, la casa y su propia salud. Juntos criaron tres hijos: Yunior, Ada Irma y Emilio, quienes heredaron su pasión por la tierra. Emilio, el menor, hoy preside la CCS,  y es miembro del Comité Nacional de la anap.

«Le pasé la batuta, pero él ya tenía su propia fuerza», dice Nando, con lágrimas fugaces. 

En las jornadas de celebraciones por el Día del Campesino Cubano, Bernardo Tallo Guitián recibió el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, de manos de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República.

Esta es la octava vez que asiste a un Congreso de la anap; ahora como delegado directo, elegido por sus compañeros.

El título, declaró a Radio Reloj, premia toda una vida dedicada a hacer producir la tierra, y es un estímulo para el colectivo de su cooperativa y para sus familiares, que tanto lo apoyan.

Para Nando, la tierra no es solo sustento: tiene con ella un pacto sagrado. «Nos da alimentos y dinero, pero también vida», reflexiona. Por eso pide que, al morir, su cuerpo descanse directamente en el suelo que trabajó.

 «Que me convierta en abono, para seguir sirviendo», susurra, mientras acaricia un puñado de tierra negra.

 

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