Aunque lo habitual siempre ha sido realizar asambleas previas a las sesiones finales de los congresos –y eso no ha cambiado- los muchachos de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) aplican por estos días una experiencia no solo curiosa, sino también interesante y provechosa.
Hablo de análisis, muy bien enmarcados en cronograma, posteriores a un X Congreso que lejos de borrar y hacer cuenta nueva en diciembre de 2022, cuando la FEU coronó su primer siglo de existencia, más bien dijo: ¡Allá voy; ahora es cuando es!
Por eso, como explica Cristian Gómez Palomino –uno de esos estudiantes inquietos, maduros, que no constituyen excepción en Ciego de Ávila, Cienfuegos, Guantánamo o en cualquier otro punto del archipiélago- el minucioso seguimiento a lo analizado, aprobado, sugerido o recomendado durante la cita cumbre, prosigue bien, conforme a lo previsto, en este caso a instancia de facultades.
Se desgaja de la mata que, en ningún caso, el análisis sea tangencial a algo tan imprescindible para que todo curse bien como lo es el propio funcionamiento interno de la organización.
Y pueden estar seguros de que no todo es violín y congratulaciones. A lo hecho el pecho. Y a lo dejado de hacer ¡Más pecho aún!
«Lo importante es partir, para todo, de un enfoque objetivo, realista del contexto actual; tener presentes las condiciones específicas de este momento y la necesidad de aplicar mecanismos de acción en correspondencia con ello» –considera Cristian, en un aparte, durante el examen que hacia dentro hacen estudiantes del área de ciencias sociales, acogidos para la ocasión en una de las instituciones con que cuenta la justicia cubana.
Siguiendo el hilo lógico de meditación y de «aterrizaje» concreto, añade que «no puede ser tangencial la valoración en torno al estudio como deber fundamental, la docencia e investigaciones, la comunicación y el protagonismo juvenil en las redes sociales, no con superficialidades, sino mediante contenidos que permitan enfrentar de verdad, con solidez, a ese enemigo que pretende confundirnos, dividirnos, destruirnos».
Por ahí anda la mirada universitaria, sin descuidar asuntos como el aseguramiento de la guardia y de la vigilancia estudiantil para preservar lo de todos, el movimiento extensionista con una proyección comunitaria y social, el fomento de la cultura y del deporte, entre otros temas.
El breve diálogo con el dirigente estudiantil tiene lugar durante un receso.
Tiempo de duración: minutos.
Lugar: cualquier punto en el centro del verde caimán.
¿Quién es Cristian?: Uno de los tantos muchachos que, a la par del estudio, le dedica horas, neuronas y pasión a la dirección de la FEU, la misma que fundó el joven que más hizo por Cuba en menos tiempo: Julio Antonio Mella.
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