Los que auguraron un fracaso se equivocaron. A pesar de las incitaciones durante semanas a través de las redes sociales, para que los cubanos no acudiéramos a desfilar este 1ro. de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores volvió a ser una fiesta de pueblo.
De un extremo a otro de la Isla, las calles desbordadas, las iniciativas de todo tipo y un entusiasmo que nadie podría fingir, no dejaron espacio a las dudas.
Aun en medio de carencias, producto de una guerra económica despiadada, los hombres y mujeres de esta tierra siguen apostando por la Revolución y el Socialismo.
Solo en la ciudad de Pinar del Río, más de 100 000 personas lo confirmaron al marchar a lo largo de la calle José Martí, hasta el sitio donde Fidel les habló por primera vez a los habitantes de Vueltabajo.
En total, en la provincia lo hicieron más de 360 000 pinareños.
Así sucedió en todo el país. En el otro extremo de la Isla, más de 80 000 guantanameros desfilaron frente a la plaza Mariana Grajales.
En tanto, en Villa Clara, ante la plaza que lleva el nombre del Guerrillero de América, miles de personas respondieron al llamado del Che y sus compañeros de guerrilla, quienes atentos y vigilantes desde la imponente estructura de mármol, contemplaron el multitudinario desfile.
Con él, ratificaron que Cuba vive y crece con el esfuerzo denodado de sus hijos.
Originalidad y colorido distinguieron la jornada, en cuya vanguardia figuraron los combatientes del Ejército Rebelde y de la Lucha Clandestina, y junto a los cubanos, participaron también representantes de organizaciones de solidaridad con nuestro país, para vivir en primera persona la experiencia de un 1ro. de Mayo en Cuba.



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