ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Reynaldo López

Cuando Sonia Hidalgo escuchó que las medidas de estricto aislamiento se extenderían por 14 días más, se preocupó. Sabía lo necesario de tal disposición, pues la inconciencia de muchos, que aún no interiorizan la magnitud de la pandemia, pone en riesgo todos los días el esfuerzo colosal que hace el país por detenerla; sin embargo, no podía evitar pensar en que su reserva de alimentos se agotaba, sobre todo el «plato fuerte» y las meriendas para los niños, y a su barrio, como a otros, no llegaron productos anunciados, entre ellos, pollo, refresco, salchichas y galletas, que debían aliviar la gestión durante el confinamiento.

Opiniones como la de Sonia proliferan estas últimas semanas, cuando en la ciudad de Las Tunas, para cortar la transmisión de la COVID-19, fue preciso restringir más la movilidad ciudadana y la paralización de muchos servicios.

Evidencia de que ha sido efectivo resulta la tasa de incidencia de nuevos enfermos en la capital provincial, que ha tendido a bajar. Ahora dejó de ser la más elevada y se sitúa cuarta entre el resto de los municipios, superada por las de los municipios de Jobabo, Amancio y Manatí, aunque se mantiene en el escalón de alto riesgo. Pero, ¿qué vivencias arrojaron estos días de aislamiento? ¿Fueron efectivas las estrategias para acercar los alimentos a las comunidades?

SE MOVIERON ALGUNAS FICHAS

«No hemos visto los productos que expenden las cadenas de tiendas, las empresas de Gastronomía, Pesquera, Alimentaria y Acopio, entre otros, manifestó Alberto Ramírez. Se supone que ubiquen las ofertas cerca de las zonas residenciales, pero falta un cronograma, y los avisos, para que la personas se preparen y no salgan a buscar algo que a lo mejor lo llevarán a su comunidad».

Raquel Uribe se pregunta qué pasó con los inventarios de las tiendas de Cimex y Caribe en este periodo, y qué hicieron para acercar los productos a la gente, más cuando la Tienda Virtual permaneció cerrada por trabajadores contagiados, y no pudo accederse a recursos de primera necesidad.

Desde el Grupo temporal de trabajo provincial para enfrentar la COVID-19 se organizaron los servicios vitales en medio de las condiciones de aislamiento, y se dieron indicaciones precisas a organismos como Comercio, Gastronomía, la Alimentaria y al sistema de la Agricultura, para acercar los alimentos a las comunidades, buscando siempre la posibilidad de hacerlo de manera equitativa, por las libretas de abastecimiento, algo que ha distinguido a esta provincia durante el último año.  

Salvo productos como el pan y la leche, y otros que llegan a las bodegas y carnicerías citadinas, se anunció que el resto de lo entregado llegaría a los consumidores mediante mensajeros; algo similar ocurriría con lo ofertado por las unidades gastronómicas. Las prestaciones restantes se paralizaron, incluyendo los mercados industriales y las tiendas en moneda libremente convertible.

Luis Ramón Vázquez Gamboa, director municipal de Comercio, informó que, en los días previos al cierre, las unidades de la cabecera extenderían sus horarios para garantizar el acceso a la canasta básica, algo que se cumplió. Se exhortó a usar el servicio a domicilio, disponible en 65 de las 82 bodegas, que sería reforzado luego con trabajadores del sector para distribuir algún otro alimento.

De acuerdo con las estadísticas de Comercio, se atendió con al menos un recurso al 95 % de los núcleos. No obstante, una cifra no despreciable, más de 3 000, no fueron beneficiados durante estas semanas con ninguno, y la opinión más recurrente entre la población es que fue insuficiente el abastecimiento, sobre todo de renglones como los cárnicos y los derivados de la harina.    

Diecisiete unidades gastronómicas prestaron servicios a domicilio en la urbe tunera, según Arcadis Javier Estrada Rodríguez, coordinador del Consejo de la Administración Municipal (CAM), y en los restaurantes se expendieron más de 45 000 raciones de comida.

Aunque se estableció un número telefónico para informar el enlace de cada instalación abierta, la divulgación no fue suficiente, y muchos entrevistados, como Yanet Barreda y Horacio Tamayo, además de quedarse sin acceder a la opción, piensan que el servicio de alimentos a domicilio recayó totalmente en algunas pizzerías y paladares no estatales.

Algo similar sucedió con las acciones de empresas como la Avícola, la Pesca, y Acopio, que aunque realizaron ventas móviles, no fueron muy significativas, ni se organizaron de manera tal que impactaran notablemente en la alacena familiar.

 

PRUEBA DE FUEGO PARA  EMPRENDEDORES

Cuando Mercasa –mercado de nuevo tipo que comanda Argel Frank Fundora Acosta–, regresó el 23 de agosto pasado a la venta online a través de Mercazona, la aplicación diseñada en este territorio para la compra en línea, alcanzó en esa primera jornada un récord de más de cien pedidos en 30 minutos, confirmó a la radio local Carlos Zayas Riverón, jefe de Marketing y Diseño de la aplicación, con más de 36 000 usuarios registrados.

Mercasa tenía una experiencia anterior en esa plataforma, que decidió retomar a raíz del cierre de mercados. Ahora sus ofertas se distribuyen por toda la ciudad, llegando incluso a otras localidades. Variedades de viandas, frutas, condimentos y granos venden con el apoyo de su colectivo de 60 trabajadores y de muchos mensajeros que acudieron al llamado de Argel, ante el aumento de la demanda. 

«A través de las redes sociales solicitamos a la población medios de transporte que nos permitieran llegar a las viviendas. Nos ha dado resultado, completamos entre 300 y 500 entregas diarias, tanto por Mercazona, como por teléfono», detalló.

Por teléfono se vendieron, en principio, combos de alimentos de mil y 1 500 pesos, anunciados antes en las redes sociales por el líder del negocio, y contenían un volumen importante de productos, un abastecimiento para muchos días. Del intercambio permanente con los usuarios surgieron

inquietudes que lo llevaron a decidir que esa modalidad fuera también «a la carta», como la vía online, y los clientes pudieran escoger alimentos y cantidades.

A la iniciativa se sumó también Duniezky Guerrero, al frente de Tunerito.com, otro mercado que, a través de grupos de Whatsapp y de la vía telefónica, recibe pedidos que luego son enviados en el día a los hogares. A sus ofertas, además de viandas, frutas y condimentos, se suman, cárnicos, ahumados y jugos naturales.

Aunque su labor no está exenta de dificultades, reciben el apoyo de las autoridades locales, para quienes conjugar producción y comercialización es prioridad. Etecsa colocó una nueva línea en la sede de Mercasa y mejoró el ancho de banda de Mercazona.

Aún quedan asuntos por optimizar, como el precio de algunos surtidos, aunque no rebasan los aprobados por el Consejo de la Administración, y muchas de estas producciones vienen de otras provincias como Pinar del Río, Matanzas y Ciego de Ávila, según referenció Argel Fundora, lo que encarece el importe final.

LECCIONES APRENDIDAS

Para estatales y cuentapropistas estos días de confinamiento han sido un termómetro de cómo anda la distribución de productos y servicios. También de cuánto puede hacerse en aras de satisfacer necesidades perentorias.

Lograr el autoabastecimiento municipal no es un capricho. Su objetivo es alcanzar soberanía alimentaria en cada territorio, porque traer un camión de viandas desde el occidente no cuesta cuatro pesos.

Trazar estrategias a largo plazo, adelantarse a los sucesos y controlar la eficiencia de lo orientado, debe ser primordial en la gestión de los actores económicos y gubernamentales locales. Necesitamos empresarios inteligentes y osados, que busquen alternativas y no justificaciones.

Por otra parte, el comercio electrónico es un imperativo que ha demostrado, con creces, su valía en este último año; que no hay que temer a generar competencia, siempre que sea sana; y que hay formas de aprovechar para el bien común todo lo bueno que permiten las redes sociales.

Justo sobre la distribución en las condiciones de confinamiento que de un modo u otro se vive en todas las localidades cubanas, y a la creciente insatisfacción de la población con las colas en las tiendas, el propio Primer Secretario del Partido y Presidente Miguel Díaz-Canel reflexionaba este sábado, a la par que indicaba encontrar más mecanismos para reducirlas, como la desconcentración de las ventas con la apertura de nuevos puntos de expendio.

«En los territorios hay que seguir encontrando mecanismos de distribución, para que las personas tengan que hacer menos colas y estar poco tiempo en ellas. Hay mucha insatisfacción, y es irracional que alguien esté cinco y seis horas en una cola, y a veces, cuando le toca el turno, hasta se acabó el producto o quedan menos ofertas».

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Humberto Moran dijo:

1

13 de septiembre de 2021

10:44:14


Debe revisarse como empoderar al trabajador , todo lo que se ha pensado entorno a la distribución por la tarjeta de abastecimiento no ha tenido en cuenta al que trabaja, ya que o trabajas o haces cola . EN MI CASO NOS TOCA COMPRAR EN LA TIENDA DEL CUPET DE 100 Y VENTO , LOS PRODUCTOS DICEN SE ACABAN ANTES DEL MEDIO DÍA .

Danara dijo:

2

13 de septiembre de 2021

23:43:56


Se impone la tecnología como vía de satisfacer las necesidades del pueblo. Mercazona es comodidad, para el cliente y en tiempos de pandemia una forma clave para reducir la movilidad. Ojalá pueda ampliar su espectro.