ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La microindustria permite cerrar el ciclo productivo y pensar en la exportación. Foto: del autor

Pinar del Río.–En varias bolsas de nailon que guarda en una nevera, Onay Martínez conserva las muestras de pulpas de fruta que pretende exportar.

Desde que decidió convertirse en agricultor, hace poco más de diez años, ese siempre ha sido el sueño de este informático, que toda la vida había trabajado en la empresa Copextel.

Cuenta que cada vez está más cerca de lograrlo, y que ya a sus producciones se les han realizado las primeras pruebas de laboratorio para enviarlas a Europa y a la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

Sin embargo, aunque se dice fácil, advierte que para llegar hasta acá ha tenido que trabajar muy duro para desmontar un área infestada de marabú y establecer en ella una próspera finca de frutales.

Onay Martínez recuerda que, antes de establecerse en este lugar, ubicado a unos cuatro kilómetros del poblado pinareño de Los Palacios, le habían denegado tres veces la solicitud de un pedazo de tierra en usufructo.

«Me decían que no podía ser, debido a mi trabajo en Copextel. Como insistí tanto y no había ningún motivo legal para que no me aceptaran, los directivos de la Agricultura de aquel entonces, decidieron entregarme una de las áreas con más problemas: lejos del pueblo, sin electricidad y cubierta de marabú. Pero al final, todos esos inconvenientes nos permitieron crecernos y dieron pie a las grandes soluciones que tenemos actualmente».

El día que por fin le concedieron esta área en la que hoy conversamos, estaba tan llena de malezas y de espinas que no pudo siquiera recorrerla. El funcionario que lo acompañó se limitó a decirle que comenzara a desmontar, hasta completar 13,42 hectáreas.

En un primer momento confiesa que el Banco del municipio también tuvo reservas para otorgarle un crédito de 100 000 pesos con el que empezaría a fomentar su finca, y que al final accedió, pero en varias partidas.

Con la tierra en la mano, Onay Martínez y su hermano Oscar, que es graduado de Economía y también laboraba en Copextel, se acercaron a los productores de más renombre de la zona y al Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical.

«Decidimos mezclar las tradiciones campesinas con el conocimiento científico y el resultado es este que hoy podemos mostrar», dice.

Utilizando una coa y una cavadora comenzaron la siembra de siete variedades distintas de mango, que les permitirían mantener la presencia en el mercado durante varios meses.

Además, plantaron otras especies como la guanábana, la pera, la acerola, la guayaba, el tamarindo...

Gracias a la asesoría de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (Actaf), y a la bibliografía consultada a través de internet, fueron incorporando conocimientos y adentrándose en temas como la agricultura de conservación, y sus fórmulas para mitigar los efectos de la sequía y proteger el suelo.

Así, a pesar de no tener sistemas de riego, lograron sellar toda la tierra, extenderse luego hasta las 22 hectáreas y en estos momentos se encuentran solicitando 13 más.

Aun cuando una parte de las plantaciones todavía no alcanza su pleno desarrollo, Onay Martínez señala que solo en el mango se sobrepasan las 200 toneladas anuales con destino a la industria, los mercados y el turismo.

Por la manera de labrar la tierra, su finca es la única del país con la categoría de avanzada en el manejo sostenible de tierras.

Unido a esto, cuenta con la cuarta excelencia del movimiento de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar y con el sello de Finca Agroecológica.

No obstante, asegura que ni él ni su familia se consideran campesinos, sino «manejadores» de un ecosistema que ellos mismos han conformado.

«Creemos que se puede producir de manera amigable con el medioambiente. Por eso, mientras muchos agricultores tienen estrés en estos momentos debido a la escasez de insumos, para nosotros eso no es un problema. En más de diez años, jamás hemos comprado un saco de abono químico».

Con el plus de que todas sus producciones son orgánicas, hace alrededor de un año, como parte de un proyecto de desarrollo local, decidieron sumar una microindustria que les permitiera cerrar ciclo y abastecer un mercado en la cabecera municipal de Los Palacios.

Las pulpas congeladas de mango, guanábana, pera o tamarindo, desde entonces son habituales en la unidad, a precios asequibles a la población, gracias a los mecanismos para evitar intermediarios.

Sin embargo, Onay y su familia todavía esperan más.

«Estamos trabajando con las empresas de Frutas Selectas y Cítricos Caribe, para colocar nuestros productos en el mercado europeo», y añade que también han elaborado muestras de pulpas con la intención de comercializarlas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

«Lograr que nuestras producciones se puedan exportar es un sueño cada vez más cercano», confiesa este ingeniero informático devenido agricultor, que supo sortear las adversidades para transformar un monte espeso de marabú en una finca cuyo nombre no podía ser más elocuente: Tierra Brava.

Precisiones:

Si bien hay notables buenos ejemplos como el de Onay Martínez, en reunión del Consejo de Ministros la Fiscalía General de la República informó que se han detectado violaciones en el proceso de entrega de tierras estatales ociosas en usufructo, entre ellas:

  • Explotación deficiente de las tierras.
  • Deficiente control sobre la contratación de las producciones e incumplimiento de lo pactado.
  • Relaciones de aparcería y ocupaciones ilegales de tierra.
  • No afiliación a la Seguridad Social.
  • Incumplimiento de los términos de tramitación de los expedientes de solicitud.
  • Variaciones no autorizadas de las producciones aprobadas.
  • Falta de control sobre el proceso de contratación de las producciones.
  • Existen usufructuarios que no trabajan directamente la tierra. (R. S. R.)
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miguel dijo:

1

16 de junio de 2021

16:56:31


Estos hermanos, profesionales de COPEXTEL, aplicaron y aplican el concepto martiano que dice, "SI EL HOMBRE SIRVE, LA TIERRA SIRVE". En todo el pais, las tierras que hoy no producen son grandes extensiones, con jóvenes como éstos y sin burocratismos y trabas, nuestros campos fueran otra cosa asi como las tierras que rodean a pueblos y ciudades. Gracias por su ejemplo, solo deseo que se multiplique por todo el verde caiman.

Roberto Arias Domínguez dijo:

2

19 de junio de 2021

14:22:27


Onay es un productor excepcional, con palabras no se puede valorar todo lo que uno aprecia cuando visita su finca, hoy está reconocido como Avanzada y está optando por el de Manejo Sostenible de Tierra ( MST) Es cliente de Bandec, quien lo ha reconocido bonificando la tasa de interés en sus créditos. Como sugerencia que asesore a campesinos de todo el país. Felicidades