Cienfuegos.–Asistido por una fe inconmensurable, Norjis Lázaro Estepa Fernández considera día de trabajo cada uno de los que trae un año. Disfruta ese «sacrificio», y tal capacidad para entregarse a cuanto hace merece ser recompensada, justo como ha pasado con el joven productor cienfueguero.
Con 38 años, no es tan solo uno de los punteros en la esfera ovino-caprina en la provincia; sino, además, alguien cuyas dotes ya resuenan a nivel nacional. Sin embargo, no hay jactancia en su verbo, menos esa arrogancia que permeó a algunos en estos tiempos. En cambio, lo acompaña la sencillez natural perfecta para redondear la humilde grandeza de Norjis Lázaro Estepa.
Resulta casi increíble cómo, en tan breve tiempo, se ha labrado un nombre en el sector y ha podido levantar una finca fabulosa como La Muralla, así como un sistema productivo a su vera, que funciona semejante a un mecanismo de relojería suiza.
Aunque desde su infancia rural le gustaron, y crio, los animales, «lo suyo» no parecía tener que ver con el campo. Licenciado en Matemática y Computación, impartió clases por unos tres años en la Universidad de Cienfuegos, donde, en la actualidad, su esposa es profesora. Pero un día, convencido de que debía volver a sus raíces, así lo hizo.
Amparado en el Decreto Ley 259, en 2014 se responsabilizó con 8,11 hectáreas, las cuales desbrozó completamente, para iniciar allí un pequeño convenio porcino. De entonces a acá su historia se moduló. Cuenta a Granma que, «a medida que fue avanzando el proyecto, sembré mucha comida animal: caña, king grass... Llegó un momento en que me sobró y me embullaron a la cría de ganado menor. Me regalaron unas carneras y compré algún pie de cría racial.
«Fue creciendo el número de animales, y con el apoyo de la Empresa de Ganado Menor (Egame) –que lo respaldó a través de la asistencia técnica, desparasitación, guía, preparación metodológica y la mejora racial mediante sementales de capa oscura con alto valor genético–, llegué a tener 150 reproductoras ovinas».
En 2019, apenas un lustro después de comenzar la limpieza de sus tierras, resultó el productor de ganado menor más destacado de la provincia, al entregar más de 16 toneladas de carne ovino-caprina.
Tal logro, e indicadores envidiables de 1,8 crías por parto, fueron motivaciones para su objeto productivo, del cual hoy es abanderado indiscutible en Cienfuegos.
Otro elemento agradable de la conversación con Norjis Lázaro Estepa es su claridad sobre cuánto demanda el país ahora. Él, que anda en el bando martiano de los que aman y fundan, considera que «pese a que es un momento complicado para la nación, los campesinos tenemos que pensar que es la hora de crecernos y producir más. En tal sentido, aspiro a alcanzar 500 reproductoras ovinas e igual número de caprinas, y cultivar más alimento animal, para evitar los gastos de alimentación por concepto de compra de pienso animal. En La Muralla se aprovecha cada metro de tierra, tenemos montado un sistema de cadena de alimentación; por ejemplo, siembro boniato, entre otros fines, para garantizar el bejuco que se comen los conejos. Es básico que los campesinos de Cienfuegos, muy preparados, varios de ellos jóvenes y con ganas de luchar, entiendan que hay que sembrar comida animal, plantas proteicas, morera, moringa…», complementa el entrevistado.
Es la finca del productor, afiliado a la cooperativa de producción agropecuaria Romárico Cordero, un sitio donde, además del objeto-estrella –el área ovino-caprina–, también se fomenta la cunicultura (tiene ahora 112 conejos), la cría porcina (cerca de 400 cerdos) y la producción de cultivos varios, con mucho intercalamiento en las plantaciones, dice.
Norjis Lázaro Estepa apoya a sus trabajadores y a la comunidad en la alimentación, en tanto asiste de forma sistemática a las ferias, según refiere. Revela que uno de sus principales objetivos ahora consiste en finalizar los procedimientos para insertarse, además, en el sistema de ventas directas al turismo y comprar insumos e implementos agrícolas en las tiendas habilitadas en moneda libremente convertible.
En 2020, solo se alejó un día de La Muralla: fue para ir a la playa con su esposa y su hijo de tres años, confiesa. «Eso tiene también, como recompensa, el trabajo, que le permite a esta familia vivir bien y tranquila, mientras aporta a su país, cuando más lo necesita este».
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Socorro dijo:
1
17 de mayo de 2021
12:59:18
José Addiel Morales Jiménez dijo:
2
3 de mayo de 2023
21:40:12
José Addiel Morales Jiménez dijo:
3
3 de mayo de 2023
21:41:05
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