ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Productores de avanzada consideran que la agroecología no es una agricultura de subsistencia, sino una agricultura de alto potencial productivo. Foto: Ronald Suárez Rivas

¿Cómo combinar agroecología con desarrollo social? ¿Cómo combinar la introducción de nuevas tecnologías, la modernidad, dentro de la agroecología? ¿Cómo concebir la mecanización de los procesos agroecológicos? Fueron algunas de las interrogantes que «puso sobre la mesa» el ingeniero Fernando Funes Monzote, durante un nuevo intercambio del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con un grupo de científicos y expertos que trabajan en función de la soberanía alimentaria y la educación nutricional en el país.

Ingeniero agrónomo y doctor en Ecología de la Producción y Conservación de Recursos, tras dedicarse por más de 20 años a la investigación y la docencia, decidió emprender, en la práctica, el camino de la agroecología y, desde 2011, lidera el proyecto agroecológico familiar Finca Marta, un espacio en el cual contribuye a la transformación del sistema agroalimentario cubano desde una experiencia local.

Sus conocimientos no solo tienen sobrados basamentos científicos, sino también prácticos. De ahí la importancia de las reflexiones que compartió, en el Palacio de la Revolución, con los participantes en el intercambio, luego de ser presentada la propuesta de Política para la Agroecología en Cuba.

La agroecología –subrayó Funes Monzote– no está reñida con la mecanización, ni con la utilización de nuevas prácticas y métodos que van emergiendo, como los sistemas más eficientes del uso del agua, sino que «está reñida con el mal uso de la tecnología, con la degradación del medioambiente y con los riesgos que traen nuevas tecnologías que nos imponen nuevos retos para transformar el medio rural».

Como pilar fundamental para su desarrollo tiene en cuenta, en primer lugar, la experiencia tradicional campesina, una fuente inagotable de conocimiento que no puede obviarse en el desarrollo de nuestra agricultura, valoró. «La modernidad nos va a aportar muchas cosas, pero no la capacidad y la resiliencia que tiene el agricultor, demostrada en el devenir de los años».

UNA POLÍTICA PARA EL FUTURO DE LA NACIÓN

Justamente, cómo llegar a una política para la agroecología en Cuba fue una de las principales problemáticas discutidas nueve meses atrás, cuando los expertos y científicos del sector fueron convocados por primera vez a este tipo de encuentros en el Palacio de la Revolución, para encontrar respuestas desde la ciencia y la innovación a los problemas de la agricultura en la producción de alimentos.

El documento presentado en la provechosa jornada, reconoció el Presidente de la República en diálogo con los participantes, es resultado de ese primer encuentro. «Con este sistema de trabajo estamos dando continuidad a los planteamientos y no se van quedando elementos por el camino», subrayó.

«Este es un aporte importante, es uno de los caminos, aunque no es el único, por el cual podemos llegar a un estado diferente en la producción de alimentos para nuestra población», reflexionó el Jefe de Estado durante el intercambio, que estuvo dirigido por la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh.

Si bien la propuesta debe ser sometida aún a un amplio proceso de debate dentro del sector, Díaz-Canel reconoció el trabajo que se ha realizado para llegar a esta primera versión, orientada, entre otras cosas, a la innovación dentro de la agroecología, un camino para también contribuir a resolver el complejo problema de la producción de alimentos en el país.

Precisamente en ese camino, según detalló el doctor Giraldo Martín Martín, perteneciente a la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, la propuesta de política tiene, entre sus principales objetivos, el de contribuir al fomento de una agricultura sostenible en armonía con el medioambiente.

El trabajo desde la agroecología no es nuevo en Cuba, acotó, es algo en lo que, desde hace mucho tiempo, se han ido consolidando acciones para enfrentar la problemática del acceso a insumos que son importantes para la producción agropecuaria.

El primer gran paso que se dio en esa dirección, recordó, fue iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien incentivó el desarrollo de los programas de medios biológicos y biofertilizantes, y otros como el de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar que ha sido atendido directamente por el General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Son cuatro los temas estratégicos que se han priorizado en el Plan de Soberanía Alimentaria Nacional en lo referido a la agroecología: disminuir la dependencia de las importaciones de alimentos e insumos; garantizar la calidad e inocuidad y disminuir las pérdidas y desperdicios de alimentos; consolidar los sistemas alimentarios territoriales; así como movilizar los sistemas educacionales, de la cultura y de comunicación, para fortalecer la educación nutricional.

Un documento profundo y a tono con los «tiempos que corren», da vida a esta propuesta de política que, según consideró el doctor en Ciencias Sergio Rodríguez Morales, director general del Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales, es de inestimable valor.

Al presentar el dictamen del texto, señaló, entre otros aspectos, la pertinencia de que en él se recoja la necesidad del encadenamiento entre todas las alternativas y tecnologías que existen para la producción de alimentos, con un enfoque agroecológico y sostenible, sin agredir al medioambiente.

Si bien es importante reconocer los resultados alcanzados con el uso de la agroecología como alternativa tecnológica, puntualizó, debe quedar claramente definida su convivencia con alternativas convencionales de producción, cada una adecuada a los diferentes escenarios productivos y ecosistemas existentes en el país.

FINCAS DONDE SE HACE AGROECOLOGÍA

Acerca de mejores maneras de hacer en la agricultura, los beneficios que significa el empleo de esta tecnología para la producción de alimentos, el aprovechamiento de los suelos, la urgencia de incrementar la cultura agroecológica en la sociedad cubana y otros tantos temas, se dialogó profundamente por espacio de casi dos horas.

Fernando Donis Infante, productor de Matanzas, compartió la experiencia de su finca Cayo Piedra, cuyos suelos se dedicaron por más de 50 años al cultivo de la caña. Esa práctica provocó la existencia de tierras totalmente degradadas, que demostraron muy poca productividad cuando se comenzaron a sembrar cultivos varios en ellos.

Tras el propósito de cambiar esa realidad, recuerda, la agroecología fue fundamental y de ella aprendimos muchísimo. «Hoy los resultados son fenomenales, sin el empleo de químicos», aseguró.

Esta no es una agricultura de subsistencia, subrayó, «es una agricultura de alto potencial productivo, a partir de la cual se pueden lograr altos rendimientos, mejorar nuestros suelos y abastecer de alimentos al país».

En la finca La Luisa, ubicada en Batabanó, provincia de Mayabeque, donde años atrás solo había terreno pedregoso, hoy Pedro Romero Estévez dispone de suelos productivos que acondicionó mejor gracias a los conocimientos adquiridos del vínculo con diferentes centros de ciencia.

Uno de los mayores retos de la actualidad radica en poder transmitir a los productores la confianza de que, con técnicas agroecológicas, sí se pueden producir alimentos en Cuba. Esta finca es ejemplo de ello.

La estrategia, necesariamente, es seguir haciendo agroecología en nuestro país, consideró.

Al referirse a estos temas, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, señaló que estas prácticas tienen que ser vistas como algo «súper necesario», que darán respaldo a la producción de alimentos, y la soberanía alimentaria que estamos defendiendo, por lo que implica en lo económico y en lo social para el país.

Llevar exitosamente a la práctica las ideas y acciones que se han definido como parte de la propuesta de Política para la Agroecología en Cuba, es uno de los grandes retos que deja, a partir de ahora, este documento.

Tal y como dijera Fernando Funes Monzote en un momento de la jornada, el objetivo mayor es lograr que lo diseñado realmente tribute en beneficio del país, de la población cubana y, de manera general, al desarrollo de nuestro sistema agrícola.

Hacer desde la ciencia es también un reto para la agroecología en Cuba.

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Fermín Manuel Fornaris Campa dijo:

1

18 de marzo de 2021

08:01:45


Magnífica reunión, debemos sembrar y comer lo que es bueno para la salud. Cuando Critóbal Colón llegó a Cuba, nuestros aborígenes no tenían electricidad, ni tractores, ni combustible fósil, ni tan siquiera bueyes y con la ¨coa¨sembraban y alimentaban a unos 600,000 habitantes que algunos autores estiman. Todos los aborígenes de américa tambien sembraban y domesticaron cientos de alimentos que no se conocían en otras partes del mundo y que ahora recibimos enlatados de los paises más desarrollados. El feto ya siente el gusto desde que está en el vientre, pero cuando nace lo acostumbran a comer ¨chatarra¨ y nosotros los padres las producimos y también la comemos. No producimos ni hacemos propaganda a las comidas saludables, incluso no hay programas televisivos y poca información en la radio y en la prensa sobre esto, ni literatura abundande ni enseñanza en las escuelas, y eso es en el mundo entero. Igual que los paises se hunden en el armamentismo, también nos hundimos en la comedera de ¨chatarra¨por que es mas barata y los capitalistas tienen más ganancia. Los Tainos y Siboneyess abastecieron de casabe a Colón, a Hernán Cortes y a los demas invasores que vinieron a conquistar nuestras tierras, y nos enseñaron a comer el ¨pan nuestro de cada día¨hecho de harina de trigo y así llevamos más de 500 años comprando un producto, que incluso se puede sembrar aquí con semillas buenas para nuestro clima desarrolladas por el INIFAT en el siglo pasado. Tenemos en el mundo muchas veces veces más agua que tierra, aguas territoriales que explotamos mal esas riquezas marinas, contaminamos los rios y el mar, no criamos los peces suficientes ni organizamos a los pescadores para que produzcan más y mejor y no sólo saquen peces del agua, sino también que los crien.

Melquisedec dijo:

2

18 de marzo de 2021

21:14:58


Creo que desde la agroecología empoderada en los.productores y con las necesarias ayudas del gobierno se resolvería el tema de soberanía alimentaria

Angelina dijo:

3

18 de marzo de 2021

22:27:24


Mucho se puede hacer desde la agroecologia, mucho se puede producir y mucho se puede proteger el medio Ambiente, bebamos de aprendizajes que nos dejó la revolución verde y cómo con su evolución quedaron devastado áreas enormes de suelos que antes de aplicar técnicas de monocultivos y químicos eran muy productivos y fértiles. Oigamos y aprendamos de conocimientos campesinos ancestrales que supieron entender la naturaleza y veámonos en el espejo de America Latina que está llorando por cómo se está degradando su tierra por el desarrollo del agro y el hidronegocio y los cultivos transgénicos. No cometamos el mismo error de empresarios capitalistas que solo quieren sacar provecho de la tierra. No podemos asimilar que el agro negocio que desarrolla Brasil es una panacea, veamos cómo cada día qué pasa se ocupan más tierras del Amazonas por degradación de suelos donde se desarrollaron cultivos transgénicos. Aprendamos a convivir con la naturaleza

Jorge Padrón dijo:

4

25 de enero de 2022

16:56:19


No hay valientes para decir las verdades que duelen. Las prácticas agroecoloógicas requieren 10 veces ma´s mano de obra que la agricultura industrial. Al liquidarse el tejido social que producia sosteniblemente ahora no hay quien la haga. Cuando se elimine el bloqueo interno a esta producción en Cuba, pasarán muchos años para que se recupera la producción de alimentos. La agricultura convencional da resultados más rápidos con menos mano de obra, pero necesita de capital extranjero y no se quiere liberar la posibilidad pq vendría una terrible hecatombe para Cuba.