A mí se me han alargado los brazos de tanta agua que he tenido que cargar en los últimos años, dice en tono jocoso Roberto Florín, vecino del consejo popular Capiro-Santa Catalina, de Santa Clara.
Él, que vive en un edificio multifamiliar, conoce, como pocos, la odisea que a diario viven miles de santaclareños, a los que no les llega el vital líquido con la frecuencia requerida, o incluso, nunca la reciben, debido al pésimo estado de las redes y conductoras.
«Hasta hace poco tiempo, el ciclo de entrega era de 20 o 25 días, lo que creaba una situación muy tensa para los vecinos, que se veían obligados a buscar agua en diferentes lugares, para su almacenamiento en tanques, cubos y todo lo que apareciera, con el consiguiente costo de esa acción para la salud y la higiene», refiere Florín.
En ese consejo popular también reside Julio Cabrera, quien guarda como reliquia una botella donde puede observarse la pésima calidad del agua que recibían hasta hace muy poco, proveniente de la potabilizadora Ochoíta, situación que se agravaba en la época de lluvias.
«Como puede observar, esta agua, con ese sedimento oscuro y borrascoso, era muy difícil de tomarla o usarla en otros fines», comenta Julio Cabrera, mientras remueve la botella del líquido para demostrar la certeza de su juicio; situación muy similar a la narrada por Ana Valdés, vecina del consejo popular Condado Norte, quien reconoce que el agua que circula por las redes hidráulicas, muchas veces se mezcla y se confunde con las que corren por las tuberías del alcantarillado, lo que las hace insalubres.
Para tener una idea de la complejidad del asunto, baste decir que, como reconoció el gobernador de la provincia, Alberto López Díaz, ante la más reciente reunión del Consejo de Ministros en la que se analizó el tema, en Santa Clara más de 25 000 personas mensualmente se abastecen de agua con el uso de pipas.
Las razones de tal situación están relacionadas con la existencia en la ciudad de redes y conductoras muy envejecidas, muchas de las cuales tienen más de un siglo de existencia, a las que no se les dio el mantenimiento adecuado en el momento requerido, señala Carlos Alberto Amores Hernández, director de Inversiones en la Delegación de Recursos Hidráulicos de Villa Clara.
Para ilustrar la gravedad del asunto, menciona un dato que alarma y preocupa: cerca del 45 % del agua que se envía hacia Santa Clara de las diferentes fuentes de abasto, se pierde en el camino y no llega a los consumidores, debido al pésimo estado de las redes, a lo que se suman otros problemas con válvulas y estaciones de bombeo y sus frecuentes roturas, además de la existencia de focos contaminantes en varias zonas de la ciudad, refiere el directivo.
MEJORAS QUE SE AGRADECEN
La solución de la crítica situación de los sistemas de abasto de agua y saneamiento de la ciudad de Santa Clara ha estado en la mira de la dirección del país y de la provincia, que, en medio de las difíciles circunstancias en las que se desenvuelve nuestra economía, ha tratado de buscar remedio a un problema que demanda recursos y cifras millonarias que no existen en estos momentos.
Tales esfuerzos se inscriben en el plan de Desarrollo Hidráulico de la nación hasta el año 2030, y dan respuesta a acciones de adaptación al cambio climático incorporadas en la Tarea Vida, y están en total correspondencia con el Plan de Ordenamiento territorial para la capital de Villa Clara.
En ese sentido, Carlos Alberto Amores señala que las soluciones que se han buscado con inversiones de unos 79 millones de pesos de 2014 a la fecha, parten de la infraestructura ya construida, y en el caso de las redes internas, tienen como premisa realizar las acciones constructivas interviniendo una sola vez en los diferentes sectores hidráulicos de la ciudad.
Al respecto, expone que, si bien las mejoras en el abasto de agua en la urbe han sido evidentes, aún resta mucho trabajo por realizar, tanto en redes como en conductoras, estaciones de bombeo y plantas potabilizadoras, todo lo cual demanda un financiamiento del que no se dispone totalmente en estos momentos.
Entre las acciones acometidas en los últimos seis años, Amores menciona las mejoras en la planta potabilizadora de agua Ochoíta, donde ahora se emplea la zeolita como filtrante del agua, lo que representa un gran avance para proporcionar al pueblo un líquido con mayor calidad, a la vez que supone un ahorro al país en cuanto a sustitución de importaciones.
La experiencia del uso de la zeolita como lecho filtrante en la referida planta, constituye un hito en el país y tiene la ventaja de que ese mineral es un producto nacional, que existe en cantidades suficientes en territorio villaclareño, explicó el ingeniero Orel Pérez García, de la empresa Geominera del Centro.
Con anterioridad, allí se empleaba arena sílice importada, cuya tonelada se cotiza en el mercado internacional por encima de los mil dólares, sin contar los costos de transportación, dinero que ahora podrá ahorrarse, señala el especialista.
También se benefició la potabilizadora de La Bayoya, que ahora suministra agua tratada y con mejores indicadores de calidad a varias zonas de la urbe, reconoce Amores Hernández, quien añade que, en cuanto estén las condiciones, se continuará con esa tarea en otras plantas, por la importancia que ella reviste para la población.
Respecto a la rehabilitación de conductoras y redes de agua potable, explica que en los últimos años han sido favorecidos 52,1 kilómetros, entre los cuales se destacan las acciones desarrolladas en el anillo que circunda la ciudad, que ha sido interconectado con el objetivo de maniobrar las tres fuentes de abasto hacia una u otra parte de la urbe y mejorar así el suministro a zonas que con anterioridad se veían afectadas.
En ese caso, de muy importante ha sido calificada la reparación de un tramo de la conductora Hanabanilla-Palmarito, que se veía afectada por frecuentes salideros, inversión que alivió la difícil situación del abasto de agua a los repartos Condado, Virginia, Manuelita, Dobarganes, Centro, El Carmen y José Martí, entre otros.
También fueron reparados tres kilómetros de la conductora Minerva-Ochoíta, una de las más afectadas de las tres que suministran el vital líquido a la ciudad, además de la que conduce el líquido de Palmarito a Cerro Calvo y del tanque ubicado en la Autopista hasta la circunvalación y calle Roble, señala el directivo.
En el centro de la urbe se resolvió, en parte, el añejo problema de la carencia de agua que padecía el barrio de El Carmen, con la ejecución de una nueva conductora y otras acciones en válvulas y acometidas; además del populoso reparto José Martí y otros sitios, que también han sido beneficiados.
Respecto a la rehabilitación de redes, explica el Director de Inversiones de la Delegación de Recursos Hidráulicos de Villa Clara, que es una de las partes más complejas, atendiendo a su alto nivel de deterioro, avanzándose en esa tarea solo 1,9 kilómetros en los últimos siete años.
En ese sentido, menciona las inversiones llevadas a cabo en las redes del reparto Camacho Libertad y los barrios Poli Palo y Tránsito, entre otros, que han mejorado la entrega del líquido a esas zonas, llevando el ciclo de 15 y 20 días en que se encontraba, a cinco, lo cual no quiere decir que ese sea un problema resuelto porque todavía allí, como en otros lugares de la ciudad, se producen frecuentes roturas que, en ocasiones, alargan el ciclo, más allá de la fecha prevista.
Menciona, asimismo, los problemas que han tenido con las tres plantas de agua segura que se montaron en diferentes sitios de la urbe, de las cuales solo una se encuentra en funcionamiento por diversas razones de índole objetivo y subjetivo.
Para paliar la crítica situación con la pérdida de agua en la ciudad a causa de los miles de salideros que existen en todas partes, se han realizado esfuerzos para la supresión de estos por parte de brigadas creadas por la dirección de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, esfuerzo que no ha sido sistemático, dada la carencia de combustible y otros recursos, reconocieron autoridades de esa entidad.
EN CONTEXTO: INFORMACIÓN EN EL MÁS RECIENTE CONSEJO DE MINISTROS
- El presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez Rodríguez, informó que la solución de los sistemas de abasto de agua y saneamiento de la ciudad de Santa Clara, se inscribe en el plan de Desarrollo Hidráulico hasta el año 2030, da respuesta a acciones de adaptación al cambio climático incorporadas en la Tarea Vida, y está en total correspondencia con el Plan de Ordenamiento territorial para ese municipio cabecera.
- Las soluciones que se han buscado –dijo– parten de la infraestructura ya construida, y, en el caso de las redes internas, tienen como premisa realizar las acciones constructivas interviniendo una sola vez en los diferentes sectores hidráulicos de la ciudad.
- Si bien las mejoras en el abasto de agua en la urbe han sido evidentes, aún resta mucho trabajo por realizar, el cual demanda de recursos y no poco financiamiento que no se dispone totalmente en estos momentos.
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TYSAN dijo:
1
11 de febrero de 2021
10:46:09
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