ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Osval

Además de ridícula farsa, lo ocurrido el pasado día 27 frente al Ministerio de Cultura fue un frustrado ejercicio de posverdad: la sinrazón y el despropósito previamente calculados, con el objetivo de mostrar un mundo al revés.  

Supuestamente, allí se congregaron unos artistas para exigir diálogo, pero si en determinados medios –y también en las cámaras de eco que suelen ser las redes sociales– no hubieran repetido tanto ese propósito y supuesta condición, juraríamos que allí solo había una turba de excitados paparazis, y que las palabras «artistas» y «diálogo» eran apenas sonidos ausentes de cualquier significado lógico.

Por las redes sociales pudimos ver lo ocurrido: fue una provocación en toda regla, el insolente bullying a una institución del Estado. En ese reality show transmitido en tiempo real por ellos mismos, consiguieron abochornar hasta la mismísima indecencia.

Así vimos cómo, faltando a la más elemental ética, intentaron manipular al viceministro Fernando Rojas en una llamada telefónica que aquel suponía privada. Intuimos la perplejidad y la paciencia del funcionario; una y otra vez lo escuchamos proponer soluciones; pero, ante cada conformidad, siempre hubo una incoherencia para no aceptarla.

¿Qué perseguían con tal desparpajo? Posverdad se le llama a la distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones, con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Es un acto demagógico que irrespeta el sentido común y persigue potenciar el fanatismo; amputar de las mentes cualquier razón o trámite inteligente. 

¿A quiénes trataban de manipular o atizarle sus creencias? ¿Acaso pensaban que la inmensa mayoría de los artistas y escritores cubanos se les iban a sumar? ¿Por casualidad creían poseer el brebaje mágico de Puck, según la conocida comedia de Shakespeare, para encantar a una multitud en ese delirante «sueño de una mañana de invierno»?

Otras veces he dicho que el problema no es la crítica, sino el criterio que la ampara. ¿Qué criterio subyacía en esa manifestación frente al Mincult? ¿A qué respondía? Uno de los principales manifestantes allí presente fue el supuesto huelguista de hambre en la reciente farsa de San Isidro, quien con insistencia ha pedido al Gobierno de Estados Unidos un bloqueo total para Cuba.

Pero no el bloqueo que hasta ahora hemos sufrido –ya lo bastante criminal–, sino el de una Isla rodeada de barcos de guerra. Uno de los eslóganes de este sujeto es: No más «pacificancia», fuego es lo que hace falta, para de inmediato pedir la invasión militar estadounidense. La cultura de la muerte es lo que defiende este señor.

Curioso es que tal provocación coincida con el momento en que funcionarios de la Casa Blanca anuncian que la administración Biden revisa la política de ese país hacia Cuba, luego del lamentable estado a que la llevó Trump. ¿Casualidad o plan preconcebido?  

Otro grupo, de los allí presentes, respondía a medios diseñados y pagados por Estados Unidos para su habitual campaña de odio y manipulación de nuestra realidad. Unos medios que jamás han alzado la voz para condenar, y ni siquiera rozar con el pétalo de una rosa, la sistemática censura de artistas cubanos en la Florida, su linchamiento y metódica demonización, de lo cual se pueden poner numerosos ejemplos. 

¿Con qué derecho hablan en nombre de la cultura cubana? Cultura no es solo arte, también engloba el conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de toda la sociedad. Incluye la historia, las tradiciones, la idiosincrasia de todo un pueblo, y ese entreguismo y esa impudicia no forman parte de nuestra moral, de nuestros valores.

¿Quién facultó a estos jóvenes para hablar a nombre de todo un pueblo? ¿Por casualidad a esa arrogante autoproclamación le están llamando democracia? Ciertamente, en la manifestación precedente, realizada dos meses atrás, confluyeron jóvenes a quienes quizá pudieran animarles válidas intenciones. Sin embargo, ahora no están, y ello demuestra que otra vez no pudieron ser manipulados.  

Diálogo social es el que se origina a lo largo y ancho de todo un país, y a él, sobre todo, se tributa con una alteridad generadora de consenso, pues no es posible reunir a 11 millones de personas en una sala. Es el que se produce a diario en nuestras calles y centros de trabajo, con el hacer y la avenencia ciudadana.

Parece oportuno decir que nadie puede oponerse a la crítica. Bienvenida sea la crítica, pero la de criterio responsable, esa que ha permitido a muchos artistas y escritores trascender su tiempo y ser, para siempre, contemporáneos. Una que nos coloca ante el espejo y nos proyecta hacia el crecimiento espiritual; no aquella que, de repente, nos recuerda el muy citado pasaje bíblico del Sermón del Monte: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis».

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José Luis Luna Carballo dijo:

1

2 de febrero de 2021

08:50:52


Muy bueno el escrito, muy esclarecedor e instructivo, mucha gente necesitaría leerlo

Ramón L Gómez Morales dijo:

2

2 de febrero de 2021

10:13:14


José Luis muy de acuerdo con su comentario a, Antonio Rodríguez . Amén.

Modesto Hidalgo Acosta dijo:

3

2 de febrero de 2021

11:04:27


La palabra DIALOGO ha sido muy llevada y traída en el entorno cultural y político cubano de los últimos tiempos, a raíz del revuelo mediático causado por la provocación del (contra) movimiento de San Isidro". Para dialogar lo primero que debe existir, además de los interlocutores, es una voluntad real de intercambiar, de escuchar al otro, de atender sus razones, planteamientos y propuestas con el ánimo de llegar a acuerdos, siempre que sea posible, o de continuar los intercambios, si fuera necesario. Qué nos dice nuestro Héroe Nacional, José Martí, acerca del término hoy que se cumplen 168 años de su natalicio? Ahí les va la expresión: "El ideal del diálogo es que sin ser rastrero, ni decir palabra que no sea imprescindible para el arte y sentido del asunto, imite absolutamente a la naturaleza: cada caracter debe hablar en su tono y como quien es, sin usar idea, giro o palabra que conforme a sus antecedentes no sea del todo natural, y sin invadir el lenguaje ni el pensamiento de caracteres de diferente preparación". (Obras completas. T. 15, p. 184). Vean, amigos míos, la primera condición que propone el Apóstol para el diálogo ideal: NO SER RASTRERO (vil, miserable, bajo, indigno, innoble, ruin, despreciable, mezquino). Qué puede decirse de un retromovimiento y de los medios propagandísticos que lo promueven que perciben fondos de un gobierno extranjero, cumplen un guion estricto de orientaciones encaminadas a desestabilizar su propio país y dan señales de una ausencia total de valores éticos? Lo menos que se puede expresar es que su condición rastrera debería descalificarlos absolutamente como interlocutores de nadie y mucho menos de nuestra Revolución y sus instituciones culturales. "Águila no caza moscas", gustaba de decir el Comandante Chávez ante provocadores semejantes, cuyo propósito nunca será el de promover mayores garantías para los derechos humanos sino el de contribuir al desmantelamiento de nuestro socialismo y ganar así la paja y la avena que ofrece el imperio para los bueyes que le sirven. Martianos, como somos, no dialogaremos con quienes no hablan en su tono ni como quienes son sino en el de quienes los pagan y orientan con el fin avieso de robarnos la patria. "Primero se unirá el mar del norte con el mar del sur y nacerá una serpiente de un huevo de águila".

Delvis Déniz Morales dijo:

4

3 de febrero de 2021

10:46:45


Está muy claro cuáles eran las pretensiones de ese grupo de apatrios, que en su desespero por no aceptar el mejoramiento de las relaciones entre EU y Cuba están agonizando para que no se les acabe la entrada fácil de dinero proveniente de la agencias subversivas contra nuestro país tratando de convertir en tierra fértil cualquier patraña contra nuestra isla, pero se equivocan una vez más porque hoy más que nunca se demuestra que lo mejor que hace Cuba es exportar esperanza y vida a los rincones más recónditos del mundo, y aunque tenemos problemas como los tienen hoy la mayoría de los países del mundo, preferimos nuestro auténtico modelo social y político que unido a los ajustes de la tarea ordenamiento que se tendrán que implementar para perfeccionar la economía terminarán redondeando lo único que nos hace falta resolver en gran medida nuestros problemas económicos para tener una Cuba feliz alegre como solemos ser los verdaderos cubanos. .