Las contribuciones socioeducativas de Celia Sánchez a la educación cubana entre 1950 y 1979 fueron presentadas, en la Oficina de Asuntos Históricos, por la investigadora Eugenia Palomares, quien definió los hitos de sus aportes y elaboró la periodización de esas contribuciones:
-1950-1964: Transformación del desarrollo socioeducativo desde la instrucción y la educación de las masas humildes, con la cooperación internacional.
-1965-1975: Construcción de una concepción formativa desde la educación ambiental, artística y vocacional en estrecha relación con el patrimonio histórico de la Revolución.
-1976-1979: Cambio significativo para materializar la educación del ocio y el tiempo libre de los ciudadanos, como expresión de la cultura general integral.
Asimismo, la investigadora sustentó que esa entrega de Celia está contextualizada mayormente en tres periodos, en los que amplió el campo de su labor al idear y ejecutar la construcción de edificaciones educativas y recreativas.
La determinación de las áreas y contextos de desempeño de Celia, relacionados con las ideas para el mejoramiento de la educación revolucionaria; el sistema de relaciones socioeducativas, así como los puntos de vista para el fortalecimiento de los valores y convicciones para salvar el patrimonio histórico de la Revolución en favor de la educación, destacan entre las novedades del estudio sobre la heroína.
La extensión del programa educativo, concebido en principio para los educandos cubanos y que se fue abriendo escalonadamente hasta rebasar las fronteras nacionales en la década de los 60 del pasado siglo, ha ido creciendo hasta el momento actual y proyectado hacia el futuro.
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