CAMAGÜEY.–Cada cumpleaños de la antigua Villa de Santa María del Puerto del Príncipe sirve de pretexto a estudiosos de disímiles disciplinas para acercarse, desde lo académico, a los muchos problemas que enfrentan hoy los asentamientos urbanos ante los retos del desarrollo económico, social y demográfico.
Para celebrar los 506 de la urbe principeña, la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey recibió a investigadores de buena parte del país, prestos a participar en un evento de singular impacto en la preservación del patrimonio cultural: el XIV Simposio Nacional «Desafíos en el manejo y gestión de ciudades».
Esta vez los organizadores escogieron como «pie forzado» el tema del espacio público como articulador y dinamizador de los centros históricos, un asunto no exento de polémica que requiere de un enfoque multidisciplinario a la hora de enfrentar acciones dirigidas a lograr ciudades amigables para residentes y visitantes.
«Se trata, en este caso, de abrir mucho más los vasos comunicantes entre arquitectos, ingenieros, urbanistas, escultores, diseñadores y otros especialistas, para que fluyan proyectos integrales en los que prime, por encima de todo, la calidad», aseguró el artista de la plástica José Villa Soberón.
Una obra suya, la escultura «Arcada», fue develada en la Plaza de los Trabajadores, céntrico y populoso espacio de la ciudad ubicado dentro del segmento urbano más antiguo de la urbe, que por sus valores excepcionales fuera proclamado en el 2008 Patrimonio Cultural de la Humanidad.
«Cosas que parecían imposibles, se hicieron realidad en estos años», comentó José Rodríguez Barreras, director de la Oficina del Historiador, para aclarar que resulta más fácil construir que cambiar las maneras de actuar de las personas, a través de una paciente labor persuasiva que toque la conciencia y el corazón de la gente.

Como definiera en la conferencia inaugural el Doctor en Ciencias Luis Álvarez Álvarez, no basta el diseño y la remodelación de los espacios públicos si no están bien definidos el uso que se les dará, las funciones a cumplir y los responsables de su atención, lo que requiere de una elevada flexibilidad de pensamiento.
«El espacio público no es un adorno de la ciudad, sino una imperiosa necesidad», afirmó el Premio Nacional de Literatura 2017, para detenerse en el papel que desempeñan los mismos en la comunicación, la distracción, el esparcimiento y la relajación contra el estrés cotidiano de las personas que habitan una ciudad.
A partir de ejemplos positivos y negativos, el evento abordó igualmente elementos relacionados con la presencia de la escultura ambiental y monumentaria en esos espacios citadinos, siempre sobre la base del más extremo rigor con la calidad de la propuesta artística y con el resultado final obra-entorno.
«Se trata de conformar espacios virtuosos hechos por virtuosos», aseveró la Doctora en Ciencias Anelis Marichal González, del Instituto de Planificación Física, al poner énfasis en el empeño y la voluntad institucional por lograr asentamientos humanos bellos, funcionales, inclusivos, seguros y sostenibles.
COMENTAR
Responder comentario