Afirman descendientes de héroes y mártires que los clandestinos de nuestra historia no podrán ser suplantados

Los «Clandestinos de nuestra historia patria no podrán jamás ser suplantados por viles lacayos, serviles e inmorales, que sin escrúpulos pretenden mancillar al más grande de los cubanos». Así manifestaron los descendientes de héroes y mártires de la lucha clandestina en La Habana, quienes agrupados en el club martiano Herencia Rebelde hicieron público un mensaje de rechazo a los recientes hechos de agravio a José Martí.

Publicado en el sitio La pupila ­insomne, el texto cuestiona: «¿Quién dice que se puede manchar a Martí en esta tierra? ¿Quién osa creer que un acto así puede contagiar o sumar voluntades?», y luego afirma que «ese actuar es repudiado por todo patriota digno que se precie de ser cubano. A Martí lo llevamos en el alma por ser lo más puro y genuino de nuestra historia: raíz y tronco de la obra más humana y trascendente de esta Isla».

Los descendientes de los héroes y mártires precisan que insulta e indigna, «pero a la vez alivia ver cómo exponen sus entrañas pútridas, y hacen público al mundo quiénes son los que “combaten” a esta Revolución y a sus admiradores».

Para estos jóvenes, los verdaderos «Clandestinos serán siempre esos cientos de héroes y mártires que se enfrentaron a la muerte inspirados en el legado martiano y por la felicidad de nuestros niños». De ahí que condenen a esos «mercenarios, apátridas, que en maniobras rastreras se prestan para tamaña infamia, a cambio de los aplausos y míseros pagos de los enemigos de la Revolución, apadrinados por la mafia de Miami y agazapados bajo las alas del águila imperial».

Aquellos «jóvenes colmados de ­decoro» que se movían por las calles de La Habana «organizando la lucha contra el gobierno corrupto y sanguinario de Fulgencio Batista», tenían a Martí como «arma moral», y «quien intente el ultraje a nuestra historia sagrada, avivará la llama de ímpetu patriótico en sus hijos y recibirá el vehemente repudio de este pueblo. Ni “siervos futuros”, ni “aldeanos deslumbrados” seremos jamás los cubanos dignos de esta tierra», sostienen.