Desde su proverbial sencillez, al arquitecto Yosbel Hernández Peñate le resulta incómodo reconocer su papel protagónico en la recuperación de una obra de alto impacto para la capital del país: con 36 años de edad y 11 de experiencia en la profesión, fue el proyectista general del nuevo Centro Comercial Cuatro Caminos.
«Es fácil suponer, aclara, que este proyecto no es patrimonio de una persona en específico, sino fruto de un trabajo colectivo y de un enfoque multidisciplinario, en el que intervinieron especialistas de diversas ramas hasta conformar una propuesta viable que permitiera rescatar la edificación y aportarle valores contemporáneos».
Mientras muestra al equipo de Granma una bella obra a punto de concluir, Yosbel Hernández recuerda la situación precaria en que se encontraba el antiguo mercado hace apenas unos años atrás, con grandes y complejas afectaciones en su estructura, a las que se sumaban violaciones urbanísticas de todo tipo.
«Mucho hay que agradecerles en este minuto, refiere, a los especialistas de la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas (ENIA), quienes realizaron el estudio diagnóstico integral y trazaron las pautas a seguir para la regeneración estructural del inmueble, que considero resultó el trabajo más difícil por su alto estado de deterioro».
Algo sí quedó claro desde la propia concepción del proyecto: había que respetar, incluso rescatar, los valores originales del edificio (las fachadas, los portales, las escaleras, los relojes y el patio central, entre otros atributos), en una adecuada y exquisita armonía de modernidad y tradición para ponerlo a tono con los nuevos tiempos.

PRESERVAR UN RICO LEGADO CENTENARIO
El año próximo el Mercado de Cuatro Caminos cumplirá cien años de creado y lo hará bajo el signo de una imagen renovada, a partir de la optimización en el empleo de los espacios, la variedad de las ofertas y la calidad de los servicios, en una atractiva combinación de la gestión estatal y los trabajadores particulares.
Vecinos consultados agradecen el cambio ostensible de la edificación, que repercutirá de manera inexorable en el ambiente citadino, aunque el espíritu del bullicio callejero, los simpáticos personajes, los cadenciosos pregones y los olores característicos del lugar, quedarán como parte misma de la cultura de esa populosa zona habanera.
Crónicas de la época señalan a 1920 como el año inaugural, bajo el nombre de Mercado General de Abastos y Consumo Único o Mercado Único, instalación que pronto rebasó a sus similares por la estabilidad, el esplendor y la popularidad, para convertirse poco a poco en uno de los sitios comerciales más famosos de la capital cubana.
La plaza de Cuatro Caminos, como así la bautizaron los clientes, ocupó desde sus inicios toda una manzana limitada por las calles Monte, Cristina, Matadero y Arroyo, para conformar un verdadero enjambre de comerciantes, compradores y visitantes, rodeados por un creciente flujo vehicular y el trasiego incesante de mercancías.
Además de sus monumentales proporciones y elegante apariencia, mucho contribuyó, de igual manera, al renombre alcanzado su ubicación estratégica cercana al puerto, al ferrocarril, con acceso a vías principales de la ciudad y ser punto de encuentro de las barriadas de Centro Habana, Cerro y La Habana Vieja.
«CUATRO CAMINOS» POR DENTRO
Salvar al emblemático mercado constituyó, por tanto, una cuestión de honor para las autoridades capitalinas, las que en alianza con la corporación Cimex (inversionista de la obra) unieron recursos financieros, materiales y humanos para levantar uno de los símbolos identitarios de La Habana.
Quien recorre por estos días el lugar aprecia que solo faltan pequeños detalles constructivos, mientras los trabajadores del mercado, apoyados por brigadas llegadas desde otras sucursales del país, apuran las labores de limpieza, la colocación de los productos en los anaqueles y la puesta a punto de cada una de las dependencias.
Con accesos por las cuatro calles, incluido uno habilitado para el paso de vehículos con mercancías hacia el patio central, la planta baja dispondrá de floristería, tienda de Cimex, panadería, licorería, casa del lácteo, puntos de venta de Etecsa y Tecnoazúcar, talleres de garantía y posgarantía, y unidades para el expendio de gastronomía ligera.
En el mismo nivel estarán ubicados los almacenes y neveras de la instalación y funcionarán, además, una carnicería, un mercado agropecuario y una tienda para la comercialización de conservas enlatadas, todos equipados con moderno mobiliario bajo arrendamiento de la Empresa de Mercados de La Habana.
El segundo piso del Centro Comercial Cuatro Caminos estará dedicado por completo a la venta de útiles para el hogar, como colchones, ajuares de cama, muebles de cocina, artículos de ferretería y equipos electrodomésticos, y dispondrá de una espaciosa cafetería, un buró de información y una oficina de la Western Union.
Los novedosos aires de contemporaneidad se completan a través de un sistema centralizado de control inteligente, desde donde se verificará el adecuado funcionamiento del mercado en asuntos vitales como la climatización, la electricidad, la iluminación, la telefonía y el consumo de agua.






IMPRESCINDIBLE EFECTO DINAMIZADOR
«Los trabajos de restauración del mercado, asegura Yosbel Hernández Peñate, en modo alguno se pueden ver como algo que representará un contraste para el resto de las edificaciones circundantes; al contrario, constituirá un elemento dinamizador que contribuirá a levantar la imagen de esta parte de la ciudad».
Entre otras acciones que se acometen con ese fin, pone como ejemplo la remodelación de que es objeto actualmente la antigua estación ferroviaria de Cristina, ubicada frente al propio mercado, y que significará un detalle trascendente más en la jerarquización de una zona de gran circulación vehicular y peatonal dentro de la capital.
De toda esa experiencia ha bebido en los últimos años, junto a su equipo de trabajo, el joven arquitecto oriundo de Guanabacoa: «Es mucho lo que se aprende en obras de restauración como esta, de una complejidad tal, que a cada momento te obligan a buscar nuevas soluciones y alternativas no previstas en el proyecto inicial.
«Al verla ya casi concluida en toda su monumentalidad, fruto también del esmerado trabajo de cientos de constructores pertenecientes a tres cooperativas no agropecuarias, me enorgullece haber sido partícipe de uno de los principales regalos a la ciudad y a su pueblo, vísperas ya del 500 cumpleaños».



















COMENTAR
vic dijo:
1
1 de noviembre de 2019
06:37:40
Osvaldo dijo:
2
1 de noviembre de 2019
07:28:26
Anibal garcia dijo:
3
1 de noviembre de 2019
08:07:10
capitalinadeapie dijo:
4
1 de noviembre de 2019
08:29:10
sachiel dijo:
5
1 de noviembre de 2019
08:34:28
cirilo dijo:
6
1 de noviembre de 2019
09:04:19
yeyo dijo:
7
1 de noviembre de 2019
09:29:40
JP dijo:
8
1 de noviembre de 2019
10:02:00
Marina Gertrudis Pupo Pérez dijo:
9
1 de noviembre de 2019
10:20:24
fermin dijo:
10
1 de noviembre de 2019
11:22:51
Moraima dijo:
11
1 de noviembre de 2019
11:26:07
rk dijo:
12
1 de noviembre de 2019
14:45:50
Omaira Juana galdona rodriguez dijo:
13
1 de noviembre de 2019
19:05:29
Rafael dijo:
14
1 de noviembre de 2019
22:30:37
dante ruiz molina dijo:
15
2 de noviembre de 2019
11:34:25
Ulises dijo:
16
2 de noviembre de 2019
21:50:36
CRM dijo:
17
3 de noviembre de 2019
00:28:14
Mary guerra dijo:
18
5 de noviembre de 2019
21:37:47
Magaly dijo:
19
8 de noviembre de 2019
12:04:39
Responder comentario