ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Abilio Piedra Torres recibió la condecoración de manos de José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido. Foto: Endry Correa Vaillant

Reconforta conversar con personas como Abilio Piedra Torres. La suma de sencillez  y entrega al trabajo, la certeza del presente y la disposición para hacer futuro tal parece que lo alimentan y así lo irradia en su querida cooperativa de producción agropecuaria (CPA) 17 de Mayo, en el municipio mayabequense de Quivicán.

Tantos méritos acumulados lo hicieron merecedor de la condición de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, un momento inolvidable que no lo envanece.

«Ser Héroe del Trabajo no nos da el derecho a quedarnos detenidos en el tiempo. Hay que seguir luchando. No trabajé para este premio. La vida me fue imponiendo tareas, pues me he dedicado a cumplir todo lo que me indicaban la Revolución, el Partido y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y hoy recibo con sorpresa esta condecoración, que no es un estímulo individual sino colectivo; de mis cooperativistas, de mi familia».

Abilio es de esas personas que uno quisiera tener siempre al lado. Nada pesimista, laborioso en extremo, sencillo y sensible ante los problemas de los demás, como nos dijeron algunos de sus compañeros de andanzas no solo por los surcos, cuartones y cochiqueras.

«Hace más de 25 años soy delegado del Poder Popular en la cooperativa, además fui por más de diez años delegado a la asamblea provincial y en 2018 concluyó mi responsabilidad como diputado, misión en la que me desempeñé durante una década».

Como él mismo define «he transitado por una vida dedicada a la Revolución como mi padre me lo inculcó», allá en Cayo Piedra, una zona que si usted la busca en el mapa la encuentra entre Batabanó y Cajío, por la carretera a Güira de Melena; que desde pequeño conoció como la palma de su mano, lo que le permitió servir de guía a los alfabetizadores.

SACAR FRUTOS A LA TIERRA

Veintidós años lleva Abilio al frente de esa CPA, cuya producción fundamental es la caña. No siempre les fue bien y tan es así que hace unos seis o siete años tocaron fondo, al alcanzar el negativo rendimiento de 19 toneladas por hectárea. El mérito está en haber sorteado las deficiencias en la atención del cultivo y burlar en cierta medida la sequía, para ocupar actualmente un puesto en el pelotón de vanguardia de las que logran en el país más de 40 toneladas por hectárea.

No solo es que él lo diga. Los números evidencian la responsabilidad del colectivo que dirige con el desarrollo de la zafra azucarera en su provincia. Sus pelotones de combinadas y camiones tuvieron la tarea diaria de entregar 350 toneladas de caña para el central Manuel Fajardo. Cifra posible porque dedican 1 832 hectáreas a la siembra de la gramínea, el 42 % de toda el área vinculada a este ingenio para satisfacer su demanda, y que en la presente contienda representaba el 30 % del azúcar a producir.

Consumar tan alta encomienda ya es loable, sin embargo, hay otras. Se diversifican en la siembra de varios cultivos, manteniendo las orientaciones recibidas de Fidel desde la creación de la cpa, el 21 septiembre de 1977, respecto a que ese tipo de organización tenía que desarrollar el autoconsumo para abastecer al comedor y a las familias.

«Por eso producimos arroz, frijoles, plátano, boniato y yuca, entre otros renglones, y el excedente lo entregamos al punto de control del consejo popular o a la empresa acopiadora del municipio. Todo está en función de dar un poquito más.

«En 2013 Fidel nos seleccionó entre las cooperativas para producir leche y carne a partir de forrajes, lo cual nos ha dado excelentes resultados. Todos los animales machos que nos nacen los cebamos como toros hasta alcanzar 400 kilogramos o más. En su alimentación incorporamos plantas proteicas, como orientó el Comandante en Jefe. Nuestro ganado vacuno consume moringa, kingrass, morera, titonia y caña.

«En aquel año tuvimos tres encuentros con él para el programa ganadero. Pusimos nuestras vacas en función de ese proyecto. Antes de su puesta en práctica no lográbamos per cápita ni dos litros de leche diariamente. Después pasaron a los cuatro litros el año entero y en la primavera las hay que dan hasta seis».

Veintidós años lleva Abilio al frente de la cpa 17 de Mayo, cuya producción fundamental es la caña. Foto: www.diariomayabeque.cu

SIN TEMOR A LOS DESAFÍOS

Los 164 trabajadores de la CPA 17 de Mayo de Quivicán han asumido el compromiso de criar cerdos destinados a la alimentación del pueblo. Es una tendencia actual entre un grupo de anapistas con alta eficiencia en la tarea, que incluye sembrar parte de la comida que van a suministrar a los animales.

«El contrato que establecimos con el Estado fue disponer de un centenar de puercos y plantar en la propia cooperativa maíz, aprovechando estos meses de lluvia y no tener que invertir en riego. Además de plantar yuca y boniato, con los que se prepara un tipo de yogur. Es tremendo alimento, no es la soya, pero rinde.

«Con pienso importado cualquiera cría un animal, pero en la situación económica del país los campesinos tenemos que ayudar a recuperar la tradición de aumentar el uso de recursos nacionales. Muchos lo hemos hecho y por eso estamos fuera de las estadísticas negativas y vamos a aportar en el objetivo común de entregar más carne de cerdo.

«Eso significa lucha y mucho trabajo, lo mismo que hacemos con las vaquerías, con la diversificación. Y así sembramos el arroz del año y nuestros cooperativistas cada vez que necesitan van y compran, no un quintal, pero sí para su sustento, a un precio asequible, igual que las viandas, frijoles, un poco de leche. Es como dijo Fidel, que  la cpa es una forma superior de producción y también es forma de vida social, porque las casas donde viven hoy no son las mismas que tenían cuando no estaban asociados».

PERO, ¿Y LA CAÑA?

«Incrementar el rendimiento cañero es un reto permanente y eso solo podemos lograrlo con una atención esmerada al cultivo, sembrando y reponiendo el que no puede llegar a aportar más de 30 toneladas por hectárea, aplicando el fertilizante y herbicida cuando lo tengamos y los bioproductos nacionales. En fin, trabajar bastante, de manera organizada y atendiendo a los socios de la CPA.

«Así me lo inculcó mi padre, campesino, y es lo que he transmitido a mis dos hijos y tres nietos. Todos, incluida mi esposa, trabajamos en la cooperativa. Allí también hay continuidad».

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zati dijo:

21

27 de junio de 2019

09:06:11


Muchas felicidades a este Heroe del trabajo, es usted un ejemplo a seguir para los trabajadores azucareros