Educar, entre todos, en el sentido de la libertad

CAMAGÜEY. — Para aquellos que se empeñan en el asedio, la intolerancia y el ataque desmedido contra todo lo que huela a Revolución, Mariela Castro Espín tiene la respuesta precisa: los irreverentes e «indisciplinados» que protagonizan esta maravillosa experiencia revolucionaria no se dejan dominar por nadie.

En encuentro con profesores y estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, de esta provincia, la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) se refirió a los retos que enfrenta hoy el pueblo cubano ante el recrudecimiento de la política agresiva del imperialismo estadounidense.

Especial énfasis puso en la campaña mediática orquestada en los últimos tiempos por los enemigos externos e internos para desacreditar la realidad de la Revolución cubana, sus sueños, metas y anhelos, y la calidad maravillosa de este pueblo, unido por valores y por un proyecto histórico emancipador.

Frente a tanta hostilidad, intentos de manipulación y malas intenciones que solo pretenden confundir, desarticular procesos y acabar con la Revolución, la diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular llamó a contraponer la inteligencia, la sensibilidad y el compromiso de los verdaderos patriotas.

En ese primer frente de combate marcha hoy el Cenesex, como institución del Estado cubano encargada de asesorar en la definición de políticas relacionadas con la defensa de los derechos sexuales, a través de la educación integral de la sexualidad y de la promoción de salud.

Junto a un entusiasta equipo de especialistas y activistas, desarrolla también una activa labor investigativa, de organización de programas docentes y comunitarios, y de ejecución de campañas educativas, como la que desde hace doce años promueve en el país contra la homofobia y la transfobia.

«Eso es lo que combatimos: todo aquello que genere discriminación, desigualdades e inequidades para humillar, excluir y quitar derechos y oportunidades», expresó Mariela Castro Espín, al referirse a la esencia de la labor de la institución que dirige, a la que llamó con toda justeza: educar en el sentido de la libertad.

La duodécima edición de las Jornadas Cubanas contra la homofobia y la transfobia, con sede en esta ciudad, ha constituido un paso más en el empeño por hacer realidad el lema que la preside: Todos los derechos para todas las personas, a sabiendas de que, junto a los cambios jurídicos necesarios, deberá marchar también un profundo proceso de transformación cultural.