
La sal –aunque no es recomendable consumirla en grandes cantidades– constituye, sin duda, un producto básico para el uso diario de cada familia. Por eso ha causado preocupación entre la población cubana notar problemas en la distribución de la sal en la canasta básica normada, la venta liberada y las distintas cadenas de tiendas.
Aunque en estos momentos la restauración del producto en los almacenes del Ministerio del Comercio Interior (Mincin) se realiza de forma paulatina, en algunas provincias del país todavía se aprecian faltantes en los puntos comercializadores, tanto en moneda nacional como en divisa.
CUESTIÓN DE PRODUCCIÓN
En Cuba, la Empresa de la Sal (Ensal) es la única productora, y la conforman nueves unidades empresariales básicas (UEB); siete distribuidas en las márgenes de la costa norte y dos en la costa sur.
Como encargo social, la entidad lleva a cabo la producción, extracción, procesamiento, transportación y comercialización de la sal en todos sus surtidos y derivados.
De acuerdo con Jorge Luis Bell Álvarez, su director, el proceso de obtención puede durar 90 días. En un primer momento, se toma el agua por gravedad o bombeo y se introduce en sucesivas lagunas de evaporación y concentración, donde se controla el movimiento de la sal hasta alcanzar la saturación del cloruro de sodio a los 25,7 grados Baumé, en lagunas cristalizadoras.
Luego de su obtención, la sal recibe un primer beneficio, al ser lavada y afinada antes de pasar a las plantas en donde se centrifuga, seca, muele, clasifica y envasa, para luego comercializarla a los clientes.
Con el paso del huracán Irma por el país, en septiembre del pasado año, las seis salineras existentes en el territorio nacional sufrieron grandes daños. La recuperación en el sistema comenzó por Guantánamo y Joa, y luego abarcó al resto de las salinas. Sin embargo, durante ese tiempo se presentó una falta de yodo –producto de importación–, que produjo un paro de dos meses (octubre y noviembre) en la elaboración de sal para el consumo humano, acotó el directivo.
«Previo al huracán, y en correspondencia con lo previsto, se había entregado al Mincin una reserva para tres meses, que estaba en sus almacenes; sal que se distribuyó a la población durante el tiempo en que la empresa no la producía. Una vez reiniciado este proceso, la distribución a la cadena mayorista se efectúa en la misma medida en la que las salinas trabajan».
Por ello, de las 742 toneladas previstas a entregar para el consumo en el mes de abril, de la sal perteneciente a la canasta familiar (bolsas de 1 kg), solamente dos provincias presentaban faltantes: Sancti Spíritus y Las Tunas, aunque en tránsito, al momento de realizar este reportaje, había 1 320 toneladas en espera de ser entregadas a las comercializadoras, informó Bell García.
En el caso de la sal destinada al consumo social, existen problemas en cuanto a la estabilización de la cobertura al Mincin, pues todavía se entrega el producto dentro del mes. Esto conllevó un trabajo conjunto entre la Empresa y el citado Ministerio para disponer de la sal en las provincias que lo soliciten, puntualizó el Director de Ensal.

Una cuestión importante para este proceso de reserva aplicado por la entidad, es que cualquier tipo de sal, mientras se mantenga en locales con condiciones óptimas para la conservación, no se echa a perder.
CALIDAD
Uno de los factores que inciden en el proceso de calidad del producto tiene que ver con que los llamados flujos tecnológicos no están funcionando a plenitud. De forma general, los equipamientos de las salineras requieren de un mantenimiento constante debido al alto nivel de corrosión provocado por el efecto salino, destacó Oslirio Hernández Pola, director de Operaciones de Ensal.
«Esto influye de cierta manera en la calidad final, pues al tener dificultades las cribas, los cristales de sal gruesa (las piedras) caen en el producto antes del envase. Independientemente de esto, no se puede negar el descuido humano, al no estar pendientes del proceso».
Dentro de los parámetros de calidad establecidos en la norma cubana 480, por la cual se rige la empresa, se destaca que la granulometría correspondiente a la sal de consumo humano debe estar entre 0,2 y 1,2 milímetros la fracción, en cuanto a tamaño. Debe tener, aproximadamente, entre un 18 y un 25 ppm (partes por millón) de concentración de yodo y menos del 2 % o 3 % de humedad, puntualizó el Director de Operaciones.

Otro aspecto que atenta es la falta del propio envase del producto (bolsitas de 1 kg), ya sea para la sal de la canasta básica normada o para las tiendas.
Se suma la poca estética del diseño en el caso de los paquetes destinados a las familias.
Es importante precisar que, en el caso de que el consumidor reciba una bolsa de sal abierta o rota, está en su derecho de no aceptar el producto y esperar, en el próximo mes, la reposición del mismo. En esa situación, la entidad debe reportar la mercancía dañada a los organismos pertinentes, destacó Vilma Gómez Ramos, especialista de Alimentos de la Dirección de Ventas Minoristas del Mincin.
COMERCIALIZACIÓN SIN TRABAS
La sal llega a la población por diferentes vías: la normada (correspondiente a la canasta básica), la liberada (en los mercados industriales) y en las tiendas. Para las dos primeras, la distribución se realiza mediante las empresas mayoristas, que pertenecen al Mincin.
La política de distribución de la sal fina aplica dos normas diferentes: en las zonas rurales se distribuye una bolsa de un kilogramo por consumidor, mientras que en las urbanas se realiza por composición de núcleos familiares, declaró Gómez Ramos.
De acuerdo con la viceministra primera del Comercio Interior, Odalis Escandel García, la comercialización de la sal normada no sufrió daños, y se previó que la liberada comenzara a estabilizarse para su venta a la población en los mercados a partir de abril.
Para el proceso de comercialización, Ensal parte del plan establecido con los clientes: la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios y Otros Bienes de Consumo, que se lleva alrededor del 70 % de la producción; la industria electroquímica, suministro agropecuario, piensos y cadenas de tiendas, explicó Isabel Zamora Sosa, directora comercial de la entidad.
En el caso de las cadenas de tiendas, a Caracol se le entregó en el primer trimestre del 2018 el 30 % de la sal Caribeña, producto que se elabora solamente para este sector. Sin embargo, se dieron dificultades en la entrega del mes de enero a la corporación Cimex, aunque se trabaja para cumplir la demanda.
En cuanto a este tipo de comercialización, la empresa tiene previsto el siguiente orden de prioridades: la distribución en la capital, Santiago de Cuba, Guantánamo, las provincias occidentales y el resto del país.

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Joel dijo:
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8 de mayo de 2018
21:19:59
Antonio Vera Blanco dijo:
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9 de mayo de 2018
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Cuba dijo:
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9 de mayo de 2018
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lionis dijo:
4
9 de mayo de 2018
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Yrai dijo:
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9 de mayo de 2018
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luis dijo:
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9 de mayo de 2018
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ALEXIS dijo:
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9 de mayo de 2018
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salinero dijo:
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15 de mayo de 2018
13:09:45
Rafael León Pérez dijo:
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17 de abril de 2021
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Dimas dijo:
13
26 de agosto de 2021
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