
CONSERVAR, salvaguardar y mostrar al mundo la historia del Ernesto Guevara y su pensamiento, enseñarlo a las nuevas generaciones y ayudarlos a que entiendan por qué deben ser como él, son algunas de las funciones del Centro de Estudios Che Guevara.
En el año 1983 se creó como Archivo Personal y no fue hasta finales de la década de 1990, una vez concluidas las labores de orden, transcripción y catalogación de los fondos, que comenzó a funcionar como Centro de Estudios.
Actualmente cuenta con una Coordinación Científica, que no solo rige y orienta las investigaciones en torno a la vida y obra del Che, sino que es la gestora de un Proyecto Editorial que ya cuenta con más de 25 títulos publicados. Además el Centro tiene una Coordinación de Proyectos Alternativos cuya premisa es adaptar esas investigaciones a otros espacios y públicos como los niños y jóvenes, a través de la elaboración de productos multimediales y la realización de talleres de creación infantil.

«Se puede decir que el archivo que atesora más de 1000 documentos en la colección Vida y obra de Ernesto Che Guevara (1928-1967) es el corazón del Centro, en torno al cual se nuclea la mayor parte de nuestras labores. Entre ellos se destacan manuscritos sobre filosofía que elaborara desde la juventud, sus crónicas de viaje y de campaña, su extensa correspondencia, así como fotografías tomadas a lo largo de su vida, audios y videos; archivos que hablan de cómo se fue conformando su personalidad desde sus primeros años hasta su muerte en Bolivia, e incluso documentos posteriores», explica Daína Rodríguez González, investigadora del Centro.
La importancia de este archivo fue reconocida en el año 2013 por el Programa Mundial Memoria del Mundo de la Unesco. Aún hoy, crece gracias a donaciones y descubrimientos de quienes estudian la obra del Che Guevara.
La inclusión en el Programa de la Memoria del Mundo, trae implícita la responsabilidad de conservar y divulgar estos fondos, lo cual se logra hoy en el Centro, no solo a través del Proyecto Editorial —que cuenta con títulos como La épica del tiempo. Biografía del Che en facsimilares―, sino mediante otras experiencias entre las que se encuentra la creación de multimedias y sitios digitales.

«Se han digitalizado muchos documentos para realizar, sobre todo, productos multimediales. Podemos mencionar en este caso, las multimedias Che, ciudadano del mundo y Cien sucesos en la vida y obra del Che. En ambas, se puede consultar información, fotos y videos de diferentes temáticas relacionadas con su vida y obra», explica Daína Rodríguez.
Otra manera ha sido a través de la página web Vida, obra y pensamiento del Che y la página institucional del Centro, ambas actualmente en proceso de rediseño.

PARADIGMA
Muchos de los facsimilares del Che también encuentran espacio en las páginas de la revista Paradigma, anuario institucional del Centro.
«Paradigma, es una anuario atípico con estilo de revista que nos permite organizar el contenido de una forma diferente, e incluir mucho material fotográfico y sobre todo, materiales facsimilares que es un propósito del Centro», explica Otto Alejandro González, diseñador del Centro.
La revista se desarrolla a partir de un tema central y así se estructuran las secciones. La primera de ellas, está dedicada a un escrito del Che y en función de eso se organizan las demás.

«La segunda pretende Reflexionar junto al Che. En ella, filósofos y pensadores latinoamericanos escriben sobre la permanencia de su pensamiento en la actualidad, en función de lograr el debate contemporáneo.
«La tercera sección está dedicada al Centro de Estudios Che Guevara y al trabajo que realizamos en los talleres comunitarios, los proyectos de investigación y las publicaciones», agrega Otto González.
Desde la Memoria, es la última. En ella, se recogen testimonios de personas que han compartido momentos o experiencias particulares con el Che Guevara. También se publican en ese espacio materiales inéditos o poco conocidos pertenecientes al archivo.

CHE FOTÓGRAFO
Cuando todavía no se le conocía como el Che, Ernesto Guevara, era un joven aficionado a la fotografía. Durante sus viajes por Latinoamérica, capturó y guardó testimonios de esa realidad que lo circundaba. Las cámaras fueron una compañía permanente, incluso en el Congo y en Bolivia. A través de la fotografía mostró esa visión particular que tenía del mundo y que hoy también se encuentra en el Centro.
«Che fotógrafo es el proyecto del Centro de Estudios que durante años rescata esa arista poco conocida y divulgada del Guerrillero Heroico. Se trata de una exposición que recorre el mundo, desde que en 1991 se expusiera por vez primera en Casa de Las Américas.
«Es una exposición en la que mostramos al Che como artista, creador y como un hombre que supo, desde las imágenes, reflejar las complejidades de su contexto histórico», agrega Otto Alejandro.

SEREMOS COMO EL CHE
Más allá del héroe, hay un hombre común. Un Che, que también disfrutó de las cosas simples. Reconocerlo como tal, es la intención de los talleres comunitarios que realiza el Centro de Estudios, un espacio que ha logrado presentarlo más cercano en la comunidad.
Desde el 2007 se desarrollan estos talleres para niños. En ellos aprenden cerámica, fotografía, pintura, ajedrez... aficiones vinculadas de modos diversos a la vida del Che.
«La acción comunitaria es una de las necesidades del Centro porque si queremos ser coherentes con el modo de ser del Che, que no solo era un hombre de pensamiento, sino también de acción, tenemos que trascender el ámbito académico. Por eso los talleres buscan acercar el legado y las experiencias de ese hombre universal, a la vida cotidiana de los niños y niñas que asisten a los talleres», explica Daína Rodríguez.
«Les mostramos facetas de su vida y obra a partir de juegos y de técnicas participativas, privilegiando sus valores. En cerámica, por ejemplo, les leemos algunas de las crónicas que escribió sobre las culturas precolombinas. En fotografía, toman las cámaras y retratan su realidad, dibujan y hacen historias animadas. Nuestra intención siempre es revivir la experiencia.

«La idea no es que salgan como especialistas del Che, pero sí que a través de la educación o de la enseñanza de lo que puede ser una manifestación artística o un juego ciencia como el ajedrez, tengan un contacto más cercano y les sea un poco más fácil entender por qué dicen todos los días en la escuela que quieren ser como él», agrega la investigadora del Centro.
Sin embargo, los niños se convierten también en promotores del Centro dentro de sus hogares. Muchas son las anécdotas de padres y abuelos que conocen de las actividades de esta institución gracias a los más pequeños.
El Centro de Estudios Che Guevara, logra con su trabajo vincular el archivo y la educación. Rescatar valores tan importantes como la solidaridad y la amistad. Preservar documentos y mostrar al mundo gran parte de esa colección mediante coloquios, seminarios y otras actividades.
«Rescatarlo desde su obra, desde sus acciones, desde su pensamiento, y traerlo hasta al presente; hacerlo partícipe de nuestros desafíos, para que siga formando a las nuevas generaciones como lo hizo en su tiempo, es por lo que trabajamos hoy en el Centro de Estudios Che Guevara», afirma Daína Rodríguez.
Su empeño va desde la investigación hasta la comunidad, siempre para hacerlo presente. Así, como diría Eduardo Galeano, su memoria se enciende y crece porque ella encarna la energía de la dignidad humana porfiadamente viva.

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