ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Doctora en Ciencias Agropecuarias Raquel María Ruz Reyes. Foto: Internet

LAS TUNAS.–Hace diez años un proyecto renovador comenzó a impulsar, en el balcón del oriente, el conocimiento aplicado a la producción agropecuaria, en pos de difundir buenas prácticas entre los actores principales de esta actividad socioeconómica, los productores y productoras.

Bajo el nombre de Programa de Innovación Agrícola Local (PIAL) apostó por la capacitación desde una perspectiva diferente, sobre la base de las experiencias aplicadas en el surco, y del intercambio directo con el campesinado en su propio lugar de vida y trabajo. Con invaluables resultados, PIAL cierra el próximo 30 de mayo, pero abre el camino hacia nuevas perspectivas en materia de desarrollo agropecuario.

Sobre lo logrado hasta hoy y los retos por venir, dialogó con Granma la Doctora en Ciencias Agropecuarias Raquel María Ruz Reyes, investigadora de la Universidad de Las Tunas y coordinadora del proyecto en este territorio.

«Iniciamos en el 2006, en tres municipios con un objetivo muy claro, llevar adelante un proyecto esencialmente de capacitación. Nuestro objetivo fue desde el principio ofrecerles a los productores y productoras las herramientas necesarias para el dominio de sus actividades y para sacar de ellas el mejor provecho».

«Partimos de la idea de que no se hace nada con tecnología, con fertilizantes, con recursos materiales, si no existe un dominio de los tipos de suelo, del clima, de las especies que mejor se adaptan a esas condiciones. Lo mismo sucede en materia de cría de animales. Deben conocer acerca de razas, de alimentación, de cruzamientos, de producción de pastos y forrajes, para que los rendimientos sean superiores».

Sin embargo, uno de los grandes méritos de PIAL no ha estado en el «qué se hace» sino en el «cómo», de ahí el éxito del proyecto entre los hombres y mujeres que apuestan por hacer del campo un lugar más próspero.

«No trabajamos desde un aula, con todas las comodidades, lo hacemos directamente en el surco y buscamos para ello disímiles alternativas. Hemos logrado incluso enviar a productores fuera de la provincia o el país a recibir capacitaciones en determinadas temáticas y ellos, se han convertido luego en capacitadores».

«Es imposible comparar el efecto que puede tener un taller impartido por un profesor universitario, al que produce el intercambio entre las personas que aplican esas buenas prácticas, que socializan sus experiencias y las explican a su manera, con muestras fehacientes de lo que puede lograrse. Ese sistema de aprendizaje nos ha servido de mucho».

Las necesidades que en materia de conocimiento mostraron los campesinos, el trabajo articulado en otros factores de las localidades e incluso una notable voluntad política, hicieron que este proyecto alcanzara dimensiones significativas, como aseveró la doctora Raquel.

«Actualmente PIAL está en todos los municipios de la provincia, con una plataforma multiactoral de gestión, integrada por todos los que, de una forma u otra, tienen que ver con la producción agropecuaria. Aunque los centros universitarios municipales lideran este trabajo, nos hemos anclado en los gobiernos locales. De manera que pueden cambiar los actores, pero la plataforma existe, respaldada por resolución de los consejos de administración municipales».

Los testimonios de productores y productoras que aseguran que PIAL les cambió la vida, son la mejor muestra de cómo el conocimiento puede influir de forma ilimitada en la vida del ser humano. No obstante, la autocomplacencia no es una característica de quienes coordinan el proyecto.

«Estamos felices con lo logrado, pero no estamos satisfechos, porque aún nos faltan productores por dominar estas buenas prácticas. Además, abarcamos la transversalización de género, el trabajo con jóvenes y la adaptación y mitigación al cambio climático, elementos indispensables en la vida de nuestro campesinado».

«Es por ello que durante todo este tiempo hemos articulado nuestro trabajo con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Asociación Cubana de Producción Animal, la Estación Indio Hatuey, las delegaciones de la Agricultura y otros factores sociales».

Una interrogante se impone, ¿después de PIAL qué?, pero la respuesta ya está bien clara, pues resulta imprescindible mantener lo logrado y enriquecerlo con otras alternativas.

«Estamos apostando por un Sistema de Innovación Agropecuaria participativo. En nuestro país existe ese sistema, pero los retos en pos del desarrollo agropecuario se han incrementado y esa plataforma se nos ha quedado pequeña. Durante diez años nos enfocamos en el conocimiento para los productores. Hemos logrado excelentes experiencias, pero lo que queremos es que esas experiencias estén institucionalizadas. PIAL cierra el 30 de mayo, pero abre paso a una nueva fase, para la creación de un Sistema de Innovación Agrícola Local (SIAL), donde el centro sigan siendo quienes producen».

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Mª Magdalena, cooperativista matancera dijo:

1

12 de noviembre de 2017

13:41:12


Si en algún momento la colega dra. Raquel vuelve a leer este espacio (o algún colega de su entidad o territorio se lo haga llegar), les recomendaría contactar al investigador agrícola de esa región oriental (juan isidro sánchez leyva; no recuerdo de cual parte) con un artículo pero muy interesante en la Memoria del congreso del ICA 2015 e ICIDCA de igual año. Creo q contribuiría a la estimada y esperada sostenibilidad del terruño tunero (q es mi tierra natal). Contactese de inmediato, las tierras de la agricultura no esperan...

Alberto dijo:

2

21 de noviembre de 2017

11:51:57


Aquí en el evento 11/2017 de la UCLV aparece el investigador con otros trabajos que podrían servirles sus datos actualizados en aras de agricultura sustentable y realmente es de Oriente, aunque no recuerdo si santiaguero o de Guantánamo. Ojalá les sirva a colegas y agricultores interesados...