CAMAGÜEY–.«Mientras haya claridad, el equipo y yo no nos detenemos», grita desde la marcha Víctor Hernández Martínez, todo un gigante encima del buldózer, como si ambos, hombre y máquina, olvidaran por momentos su veteranía en la nada agradable y en extremo agotadora faena de desmontar el marabú.
«A cada rato le salen los achaques de los años de explotación, pero entre una pieza que aparece por aquí y un remiendo por allá nunca me falla, mucho menos ahora en que se nos ha convocado a dar la batalla por la producción de alimentos», asegura el operario, satisfecho de la respuesta de su equipo.
Ya en la recta final de la misión, Víctor y su viejo «corcel» han contribuido a transformar un espeso marabuzal en lo que es, a ojos vistas, agradable realidad: el polo productivo de San Antonio, uno de los seis frentes abiertos en el municipio de Minas para el cultivo de viandas, hortalizas, granos y frutas.
Se trata de 140 hectáreas de tierra que campesinos asociados a las cooperativas Primero de Mayo y Combate de Bonilla se encargan ahora de alistar y sembrar, una vez culminada la electrificación de los sistemas de bombeo para el riego de las nuevas plantaciones donde prima el policultivo.
Las Catalinas, Don Manuel, Gregorio López… zonas de antiguos cañaverales o terrenos en desuso, cercanos al río Saramaguacán o a la presa La Josefina, recobran poco a poco el esplendor productivo de antaño, como señal inequívoca de una firme voluntad de cambio en las llanuras camagüeyanas.
ESPUELAS CEDEN ANTE AZADONES
Tierra de enraizada tradición ganadera, Camagüey relegó durante muchos años a un segundo plano la producción agrícola, al punto de que buena parte de sus necesidades se cubrían, y se cubren aún, con envíos desde otras provincias en un permanente y nada económico flujo de transporte para tales menesteres.
A modo de ilustración, datos ofrecidos por la delegación provincial de la Agricultura reflejan que solo el 26 % del fondo de tierra agrícola del territorio se dedica a los cultivos varios y el resto a la ganadería, diferencia que se amplía notablemente si se analiza el empleo que le han dado a sus fincas los nuevos usufructuarios.
Según estudios realizados en fecha no muy lejana, campesino a campesino, no son pocos los productores que hasta ese momento no tenían nada sembrado, ni para ellos y sus familias ni para los animales, una práctica de «vacas flacas» a todas luces imposible de mantener y permitir.
De transformar ese estado de cosas se encargan las autoridades locales, convencidas de que, si bien hay que poner todo el empeño en la recuperación ganadera, urge también virarse para la tierra y hacerla producir, a partir de un fuerte movimiento que involucre a las 360 entidades del sector en la provincia.
No sin cierta resistencia a la hora de romper el apego a viejas costumbres y tradicionalismos, se abre paso un nuevo modo de pensar y de actuar, que se sustenta en la necesidad impostergable de diversificar el espectro productivo e incrementar, en cantidad y calidad, el aporte de alimentos a la sociedad.

PRIMAVERA DE BUENOS AUGURIOS
Suman más de 40 los polos agrícolas recuperados o recién estrenados hasta la fecha en los 13 municipios camagüeyanos, en una ofensiva sin precedentes contra el marabú y las malezas, que se baten en retirada ante el empuje incansable de hombres y máquinas hacia los cuatro puntos cardinales.
No se trata, en modo alguno, de derrochar sudor y combustible: al programa inicial de siembra de primavera (hasta agosto) se han incorporado más de 1 900 hectáreas listas para recibir las simientes, lo que constituye un serio compromiso que exigirá una buena dosis de precisión y rigor en las acciones.
Lo importante es no demorar en darles valor de uso a las inversiones que en materia de electrificación y de instalación de sistemas de riego se han ejecutado, como parte de una bien trazada estrategia dirigida a aprovechar todas las fuentes de agua posibles, entre presas, micropresas, ríos y canales.
Como respaldo a tan ambicioso proyecto, la provincia ha recibido, entre otros equipos, tractores, sembradoras, cosechadoras, asperjadoras y bombas de agua alimentadas con paneles solares, además de mejorar el suministro de fertilizantes, plaguicidas, herbicidas y medios individuales de trabajo.
Aunque insuficientes aún, tales entregas constituyen, sin lugar a dudas, una fuerte inyección de recursos que de aprovecharse de manera óptima se traducirán en mayores volúmenes de alimentos para responder a las demandas de la población, del llamado consumo social y del desarrollo turístico del territorio.
DE LAS PANCHAS… A SANTA JUSTA
«La gente está embullada, ve que la unidad se recupera y que hay perspectiva de desarrollo. Lo que sí está claro es que no podemos permitir que esto se pierda más», afirma Osmani Iraola Pérez, al frente del polo agrícola de Las Panchas, perteneciente a la Empresa Agropecuaria Rectángulo, de Guáimaro.
A unos kilómetros de allí, la finca Así será ofrece a quien transita por la carretera central vía oriente una nítida imagen de la armonía que se puede lograr cuando se conjugan áreas dedicadas a los cultivos varios, al fomento de plantas proteicas, a la ceba de toros y a la cría de carneros y conejos.
En eso de aprovechar cada centímetro de suelo mucho ha aprendido también José Antonio Ibáñez Soria, quien ha transformado la finca El corojo, en Sierra de Cubitas, en un hermoso jardín donde conviven la toronja y la piña, el mango y la guayaba, la fruta bomba y los frijoles.
«Si no hubiéramos cambiado, reconoce el fornido productor, la quiebra de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Amistad Cuba-Argentina era casi segura ante el decrecimiento de las plantaciones de cítricos. Solo la diversificación de las cosechas nos ha abierto las puertas del bienestar económico».
Eso esperan igualmente quienes ponen a punto uno de los mayores macizos agrícolas de Vertientes, conformado por los polos productivos Santa Justa y La Vega: más de 600 hectáreas de tierras fértiles liberadas de marabú, que se beneficiarán de las aguas cercanas del río San Pedro.
«Además de arroceros por excelencia, seremos también buenos productores de viandas. El 75 % del área cultivable se sembrará de plátano y el resto de otros cultivos de ciclo corto», explica Michel Ballate Camejo, director general de la Empresa Agroindustrial de Granos Ruta Invasora.
Los verdaderos frutos de tanto esfuerzo están aún por venir. Queda, sin embargo, la certeza de que en los campos del Camagüey hay mucha gente digna y capaz, como la que hoy contribuye a levantar, en medio de no pocas adversidades, la agricultura de una provincia genuinamente vaquera.



















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Jose R Oro dijo:
1
15 de abril de 2017
07:19:28
Orsato dijo:
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15 de abril de 2017
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Jose R Oro Respondió:
15 de abril de 2017
16:34:09
Ramon Pacheco dijo:
3
15 de abril de 2017
09:14:52
Andrey Respondió:
15 de abril de 2017
12:26:51
Jose R Oro Respondió:
15 de abril de 2017
16:41:15
AEF dijo:
4
15 de abril de 2017
12:07:57
Juan ramon dijo:
5
16 de abril de 2017
05:20:44
Víctor Ramos dijo:
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16 de abril de 2017
12:49:55
chaviano dijo:
7
16 de abril de 2017
16:52:14
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