
El procedimiento para el uso de las tarjetas magnéticas en los cajeros automáticos de todo el país fue modificado a partir del 16 de enero del presente año. El nuevo ajuste incide directamente en el sistema de seguridad de la operación, que en estos días se ha convertido en algo habitual para muchos cubanos.
A grandes rasgos el cambio no resulta abrumador. Las tarjetas internacionales ahora son expulsadas luego de cada extracción, mientras que las de uso nacional requieren del PIN o código de identificación personal después de cada retiro de efectivo, siempre que se desee seguir utilizando la cuenta.
Las opiniones respecto al tema no se hicieron esperar, y, desde el sábado 14, día en que el diario Granma dio a conocer la noticia, muchos han sido los comentarios tanto en la web como en la calle.
Hay palabras de felicitación y agradecimiento a la directiva del Banco Central de Cuba; las personas reconocen que el riesgo de sufrir un desfalco en su cuenta, debido al olvido de la tarjeta en el cajero, ahora se hace casi nulo.
Aislados juicios expresaron que la medida solamente debía abarcar a los casos de tarjetas extranjeras, y aprovechando el tema, no fueron pocos los que adicionaron que resulta común encontrar a los cajeros fuera de servicio o sin dinero.
Pero existe un eje en el que convergen la mayoría de los puntos de vista: «Si antes tenían necesidad de pedir ayuda, ahora qué van a hacer» repite uno y otro encuestado refiriéndose a los de la tercera edad. Los abuelos por su parte, muestran criterios muy variados; algunos comentan que seguirán con la chequera hasta el final y otros aseguran confiados que es una bobería, «solo cuestión de informarse».
Para el análisis de la nueva medida, el diario Granma no se conformó con la opinión pública, sino que intentó recopilar información de la mano de profesionales bancarios, voces autorizadas en el tema. Como resultado, Julio César Reyes Portilla, director general de Banca Electrónica del Banco Metropolitano y Estela Rodríguez Delfín, especialista en comunicación institucional y mercadotecnia de la mencionada entidad, realizaron declaraciones exclusivas a nuestro diario.
«Con esta modificación intentamos atemperar la operatoria nuestra a las prácticas más comunes internacionalmente. No es una defensa para el cajero o el sistema, es una protección al cliente. Teníamos reclamaciones de ciudadanos que dejaban olvidadas sus tarjetas magnéticas, las cuales luego eran vaciadas por personas inescrupulosas. También se trata de una solicitud muy reiterada por los clientes internacionales», explicó Reyes Portilla al abordar el por qué de la implementación de la nueva medida.
Estela Rodríguez aseguró que la comunicación del público con el Banco está garantizada por la existencia de un departamento de atención a la población, donde se reciben quejas y reclamaciones, además de contar con una dirección de comunicación institucional. Asimismo, brindó también dos números telefónicos (7860 6000/ 7862 7686) que están disponibles para obtener toda clase de información relacionada con los cajeros automáticos.
Respecto al tema, Reyes Portilla agregó: «Directamente no nos han llegado muchas opiniones sobre la modificación, pero damos seguimiento a los comentarios que el público emite en las respectivas páginas web de los diarios Granma y Juventud Rebelde».
Atendiendo a las preocupaciones respecto a los de la tercera edad, la funcionaria expresó:
«Todos los cajeros están relacionados con una sucursal bancaria y la mayoría de ellos está justo al lado de una, pero en caso de que no sea así, siempre se le recomienda a la población dirigirse a la sucursal más cercana para cualquier duda.
Todos sus trabajadores tienen por indicación apoyar al sector de los jubilados en sentido general y sobre todo con esta medida.
«Es necesario leer con atención y detenimiento todos los textos que se muestran en la pantalla del cajero. Un error muy frecuente es introducir la tarjeta y requerir un monto que exactamente la máquina no puede entregar. Son dificultades que crean molestias y se deben al desconocimiento».
Julio César Reyes Portilla también añadió: «Cuando la persona se jubila, es una práctica ofrecerle un medio de pago en tarjeta, que en realidad resulta más cómodo para el cliente. Adicionalmente si el jubilado desea cambiar de chequera a tarjeta, el banco le ofrece esa oportunidad y promueve que así se haga por todas las ventajas que tiene».
Rodríguez Delfín hizo hincapié en no sobrevalorar el grado de dificultad de la modificación: «Inicialmente en los medios al tratar el tema se decía que era complejo y realmente no lo es. Resulta algo que necesita ser explicado para que se comprenda. Todos los cambios, incluso los que son para bien, necesitan de un tiempo mínimo para que las personas puedan ajustarse y crear un hábito.
«En ocasiones es menester tomar medidas que complican al cliente y este no es el caso, la dificultad ahora puede estar en la novedad, la falta de costumbre, de conocimiento, de información, pero es una medida positiva. Pienso que las molestias deben subsanarse en poco tiempo. Queremos recalcar que es un servicio seguro, cómodo y fácil».
Ambos entrevistados insistieron en la necesidad de no olvidar la problemática y regresar sobre ella dentro de un determinado periodo de tiempo para conocer cómo ha evolucionado la opinión indispensable del pueblo cubano.
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jesús dijo:
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25 de enero de 2017
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alay dijo:
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ramses dijo:
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Joaquin sabina dijo:
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ariel dijo:
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Miguel Pacios dijo:
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kubano dijo:
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Mucades Oliva Ferrer dijo:
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José L. Pacheco dijo:
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Elliott dijo:
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26 de enero de 2017
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