ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Las plantas proteicas y los desechos de cosechas se aprovechan también para alimentar los carneros y los conejos. Las plantas proteicas y los desechos de cosechas se aprovechan también para alimentar los carneros y los conejos. Foto del autor Foto: del autor

CAMAGÜEY.—No ha amanecido aún y ya el enviado por el Comandante en Jefe desde La Habana arriba presto a esta ciudad, para entregarle al primer secretario del Partido, Jorge Luis Tapia Fonseca, un mensaje escrito la víspera de su puño y letra.

Debajo del texto y de la inconfundible fir­ma, una fecha: agosto 27 del 2014. El objetivo primero de la carta es agradecerle al dirigente por las rápidas gestiones realizadas en este territorio para encontrar información acerca del árbol nombrado Guáimaro.

Como explica en la misiva, las indagaciones sobre la susodicha planta forman parte del trabajo al que ha dedicado casi la totalidad de su tiempo, en los últimos cinco años: la búsqueda de respuestas propias a las necesidades de la alimentación animal.

La insistencia de Fidel respecto a Ca­magüey no es fortuita: fue él quien concibió, hace algunas décadas, el programa de desa­rrollo ganadero de la provincia, cuya ejecución se vio afectada de manera considerable con la llegada del periodo especial.

«Me agrada mucho la idea, escribe, de que Camagüey vuelva a ser el territorio que más leche y carne produzca en Cuba, aun con mu­cho menos superficie que antes de ser cuna de otras dos provincias creadas por la Revolución en el este del país.

«De los 15 000 kilómetros cuadrados que aún le quedan a la tierra de Ignacio Agra­monte, añade, saldrán las riquezas que convertirán a Camagüey en un modelo de la nueva Cuba, con el desarrollo agrícola e in­dustrial que tanto el pueblo de Cuba como el de esa provincia puede y debe alcanzar».

RESPUESTA A PIE DE VAQUERÍA

Una vez al tanto del contenido de la carta, los ganaderos camagüeyanos coinciden en que la mejor respuesta a tanta dedicación es ex­tender cuanto antes en sus fincas y vaquerías las experiencias promovidas por el líder de la Revolución.
Jorge Luis Jiménez Delgado, subdelegado provincial de ganadería, explica que de inmediato se conformó un equipo de trabajo integrado por especialistas del sector, la ANAP, la Estación de Suelos y Sanidad Vegetal, para definir qué plantas proteicas y pastos se adaptan mejor a cada tipo de terreno.

«Se hizo un levantamiento, unidad por unidad, campesino a campesino, sobre la base de la más estricta voluntariedad y, en cada lugar, se asumió el compromiso de intensificar el cultivo de moringa, morera, tithonia y leucaena, entre otras especies, con probados resultados en su aplicación».

Informa el directivo que este año se han sembrado 1 744 hectáreas, una cifra que es apenas el punto de partida de todo lo que debe hacerse en las 14 000 unidades pecuarias para garantizar la alimentación de más de 635 000 cabezas de ganado, el 70 % de las cuales está hoy en manos del sector cooperativo-campesino.

Según Jiménez Delgado, esas plantas tienen alrededor de un 27 % de proteína vegetal, por lo que su inclusión en la dieta de los vacunos (unos cinco kilogramos de los 50 que debe comerse un animal diariamente) resulta vital para suplir el ya inexistente suministro de pienso importado.

«Lo cierto es que, comenta, en aquellos lugares donde se han mejorado los pastos y se cuenta con bancos de plantas proteicas, los niveles de producción de leche y de carne se han incrementado y ha disminuido la mortalidad por desnutrición, enfermedades y deficiente manejo del rebaño».

QUE NO QUEDE EN BOTÓN DE MUESTRA

Motivar y convencer a los vaqueros, a partir de ejemplos y resultados concretos, de que es esta la vía más segura para garantizar la alimentación de la masa vacuna, sobre todo en periodo seco, constituye hoy una de las prioridades del programa de recuperación de la ganadería camagüeyana.

Es con ese fin que entra en funcionamiento, desde el mes de julio pasado, la finca integral Así será, en el municipio de Guáimaro, cuyas tierras se dedican a tres propósitos básicos: el fomento de semillas de plantas proteicas y forrajeras, la ceba de toros y la producción de viandas y frutas.

Ángel Félix Comendador Riverón, su ad­ministrador, asegura que la unidad dispone, tanto para la venta a los productores como para el consumo interno, de sembrados de mo­ringa, morera, tithonia, leucaena, canavalia, yacaré, mulato, estrella, pangola, king grass y cañas forrajeras, entre otros.

Una manera de dar el ejemplo es que, en 36 cuartones de pastoreo, divididos por cercas eléctricas, rotan en estos momentos, en fase de prueba, unos 40 toretes en condiciones de ceba semiestabulada y se espera que para junio del próximo año alcancen pesos promedio por encima de los 430 kilogramos.

«Con la ayuda de una máquina forrajera, agrega Comendador, las plantas proteicas y los residuos de las cosechas de otros cultivos se aprovechan igualmente para alimentar los carneros ubicados en tarimas y los conejos, cuyo rebaño debe crecer con la incorporación de nuevas naves».

CAMBIA LA MENTE… TAMBIÉN LOS RESULTADOS

Quienes primero comprendieron la magnitud de la propuesta y se entregaron de lleno a su materialización, contrario al parecer de algunos escépticos, son los que pueden hablar hoy con orgullo de una transformación gradual, para bien, de sus fincas y vaquerías, aunque están claros de que tienen potencialidades para más.

«Ha hecho un buen año para el ganado; eso no se puede negar, pero cumplir el plan de leche desde noviembre y tener unas 200 muertes menos ha dependido también de la mejoría que ha tenido la alimentación de los animales», refiere Rafael Rodríguez Domín­guez, administrador de la unidad empresarial El Rincón.

Pertenecientes a la Empresa Agropecuaria Jimaguayú (Triángulo Uno), los vaqueros de la zona aseguran estar preparados para proteger las 1 470 cabezas de ganado durante el periodo seco y de ello dan fe los pastos recuperados y las vigorosas plantaciones de tithonia, morera, moringa y leucaena.

«Las vacas están que son una maravilla y es porque no han pasado hambre», afirma Ri­cardo Rodríguez Rodríguez, jefe de la vaquería 5-30, mientras explica con lujo de detalles la manera de elaborar la dieta para su rebaño, una mezcla de masa vegetal molida que le suministra en los comederos dos veces al día.

«Esta y no otra, ratifica, es la solución a un problema ya histórico de la ganadería: hay que olvidarse, de una vez por todas, del barco cargado de pienso y ponerse a recuperar po­treros y a sembrar comida para los animales, que es la única manera de salir adelante y responder con honor al encargo del Co­man­dante».

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Oscar Ramos Isla dijo:

1

14 de diciembre de 2016

09:27:26


Lo que hoy vemos como experiencia positiva en la Empresa Agropecuaria Jimaguayú (Triángulo Uno) de Camagüey. En la siembra de pasto y forrajes para mantener la alimentación del ganado en el periodo seco. Con ello seguir manteniendo la producción de carne y leche a la población. Esa iniciativa la tenemos que llevar a todo el país con la misma calidad, exigencia y disciplina.

habanero.com dijo:

2

16 de diciembre de 2016

10:58:36


Para mi es increíble leer lo escrito por este periodista. El que conozca algo del Triangulo 1 sabe que en 5 vaquerías típicas habían las 1470 vacas como un gran logro se expone en el escrito. Se culpa del periodo especial el deterioro de dicha empresa y me consta que desde mediados de los años 80 empezó la debacle en la misma, y por esas fechas era casi imposible circular por los llamados anillos por donde circulaban los camiones cisternas refrigerados que recogían los miles de litros de leche que se producían y se veía como se iban desmantelando y destruyendo las vaquerías. No fue solo el periodo especial lo que destruyo ese gigantesco proyecto ganadero, no voy a expresar lo que pienso al respecto para que no se ofendan aunque nunca utilizaría frases vulgares y mucho menos obscenas.