PINAR DEL RÍO.—Dicen que es un barco fantasma porque vino navegando solo, sin nadie a bordo, tal como relatan las historias de terror y misterio que todavía se tejen sobre el Caribe.
Pero el Union Express tiene nombre y bandera, y por más sospechoso que le haya resultado a quienes seguramente se cruzaron con él durante su largo viaje a la deriva, todo indica que su historia es más sencilla de lo que algunos pudieron pensar en un primer momento.
Al parecer, simplemente perdió el ancla durante una tormenta, mientras sus tripulantes se guarecían en tierra y las corrientes lo fueron impulsando hacia la inmensidad del mar.
Así se supone que haya llegado a la costa sur del extremo occidental de Cuba, donde hace más de un año se encuentra encallado sobre los arrecifes.
Según reportes del Parque Nacional Guanahacabibes, el primer avistamiento de la embarcación por Tropas Guardafronteras (TGF), muy cerca de la Punta del Holandés, data del 1ro. de septiembre del 2015.
Poco después, a la par de las acciones legales para que el propietario se lo llevara, se realizó un intento de sacarlo con un remolcador, pero resultó infructuoso debido a que el barco se encuentra demasiado atorado en el suelo rocoso.
La inspección realizada por buzos arrojó que el impacto contra las rocas provocó una abertura en el casco, lo que ha permitido la entrada de agua hasta cubrir áreas importantes, como la sala de máquinas y otros espacios bajo la línea de flotación.
De ahí que, a pesar de que la nave conserva su estructura prácticamente intacta, los especialistas consideren que no es posible moverla con remolcadores y, en caso de que se lograra, con medios muy potentes, se hundiría de inmediato.
Esto ha disparado las alarmas en un territorio que atesora importantes valores naturales, donde un derrame de hidrocarburos pudiera tener consecuencias nefastas.
El director de la Oficina para el Desarrollo Integral de la Península de Guanahacabibes (ODIG), comandante del Ejército Rebelde Julio Camacho Aguilera, explica que la embarcación se encuentra muy próxima a la playa El Holandés, una de las que están comprendidas en los planes para el fomento del turismo en esta región.
«La principal preocupación que tenemos con este barco es la amenaza que representa para la playa», dice.
Así también lo cree Noel Brugueras, delegado del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en la provincia.
«Aunque por parte de Guardafronteras y de Seguridad Marítima se hizo una evacuación de la mayoría de los medios que traía, incluyendo los bidones de aceite para el motor y las baterías, todavía quedan en él materiales y sustancias que pudieran ser peligrosas».
Es el caso, por ejemplo, de los lubricantes que se hallan dentro de los equipos de la sala de máquinas.
«Las evaluaciones realizadas por los especialistas indican la necesidad de una solución lo antes posible; teniendo en cuenta las fuertes corrientes marinas que hay en esta zona y el daño que pudiera traer el derrame de algunos desechos, como el aceite que se encuentra dentro de los motores», añade Noel.
No obstante, a más de 14 meses de su arribo a la costa de Guanahacabibes, el futuro del Union Express sigue siendo un enigma.
La pesquisa realizada en la base de datos de la Organización Marítima Internacional reveló que el barco pesa 174 toneladas, mide 36 metros de largo y era propiedad de San Vicente y las Granadinas. Pero, tras hacer la reclamación, en el plazo de 30 días establecido internacionalmente, la naviera sanvicentina nunca procedió a retirarlo.
Por tanto, esto hace que le pertenezca ahora a nuestro país y corresponda a las instituciones cubanas buscar la manera de sacarlo y decidir qué hacer con él, asegura Noel.
«Sabemos que la operación para rescatarlo es costosa, pero la seguridad de la playa y de la fauna marina de esta zona tiene un valor igualmente alto», advierte el director de la ODIG, sobre un problema cuya solución escapa de sus manos.
«Hay que tener en cuenta que la embarcación está dentro de un sector del área protegida, con una importante diversidad biológica que pudiera ser afectada», coincide el delegado del Citma.
Sin embargo, aun cuando los organismos y ministerios implicados están al tanto de la situación, el comandante Julio Camacho Aguilera señala que ya pasó más de un año y el Union Express sigue varado en el mismo sitio.
Con una herida en el casco y atrapado entre las rocas, el barco fantasma que atravesó el Caribe sin tripulación, resiste desde entonces el embate de las olas que cada vez lo presionan más contra el arrecife y que pudieran terminar despedazándolo, si no se le saca de allí.

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Yeni dijo:
21
10 de diciembre de 2016
05:56:40
Ramiro Urquiza dijo:
22
10 de diciembre de 2016
20:01:51
jc dijo:
23
22 de junio de 2017
14:08:41
angel dijo:
24
1 de junio de 2018
00:21:31
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