Con caminar las calles en Cuba salta a la vista un gran número de personas con más de 60 años y según estimados, este sector se aproxima al 19% del total de la población, para lo cual se trazan estrategias multisectoriales para enfrentar el envejecimiento poblacional.
Este fenómeno plantea innumerables desafíos para la sociedad actual al conocerse que en sólo cinco décadas creció aceleradamente el número de longevos cubanos cuando Francia tardó cuatro siglos en asumir este problema social.
El tema causa alarma al analizar las estadísticas del año 2010, con un cruzamiento de las personas que superan los 60 años con los mayores de 15, lo cual se traduce en el no reemplazo de las fuerzas productivas. Se agrava también por menos nacimientos y las altas tasas de emigración dentro de la población mayoritariamente joven, incluidas mujeres en edad reproductiva.

Los demógrafos alertan que la población cubana ya llegó a su volumen máximo sobre los 11 millones de habitantes y, a partir de ahí, será siempre de crecimiento negativo.
La causa del problema parece paradójico marcada en los éxitos más rotundos de la Revolución, con un sistema nacional de salud pública, que posibilitó el aumento progresivo de la esperanza de vida al nacer de 69 años en la década del 60 del pasado siglo hasta 78 en la actualidad.
A su vez el acceso femenino a la educación propiciado por el proyecto social emprendido después de 1959, trae aparejado un descenso en la tasa de natalidad, lo que ha provocado que las cubanas tengan como promedio 1,5 hijos, cifra indudablemente inferior a la del reemplazo poblacional.
Desde el 2010 se definió en el lineamiento 144 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución una propuesta de articulación de todos los ministerios para buscar soluciones a este proceso, con acciones centradas en mejorar la calidad de vida de las personas de la tercera edad, concebido en un programa denominado Atención al Adulto Mayor.

En el sector de la salud, el programa se centra en la atención especializada con cobertura médica en hospitales, círculos de abuelos, hogares de ancianos y casas de abuelos, que tienen como propósito primordial la socialización de los longevos defendiendo la premisa, de que la familia es el marco adecuado para la supervivencia de ellos.
Por tal motivo existen en el país 250 escuelas de cuidadores que capacitan a las personas encargadas de auxiliar a los ancianos necesitados de ayuda personalizada por padecer algún tipo de invalidez. Quienes realizan esta actividad pueden ser asalariados por el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social o ejercer el trabajo por cuenta propia (reciben ingresos económicos de parte de los familiares que los contratan).
Así lo explicó a Granma Internacional el doctor Alberto Fernández Seco jefe del departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, y refirió que las modalidades de semi o internamiento buscan la reinserción de los adultos mayores a la solución de problemas en la comunidad; ampliar la cultura general integral de estas personas y lograr una mayor utilidad del tiempo libre en ellos.
«En los últimos años ascendió el número de longevos solos. Estimamos que un 15% del total de esa población no tiene acompañamiento de otro ser querido por diversas causas, pero sin embargo al anciano lo ayuda la propia idiosincrasia del cubano. Ellos establecen una interrelación activa con la comunidad, se refugian en los vecinos y estos a su vez los amparan como a un familiar», comenta el máster en Gerontología.

Los círculos de abuelos nacieron a finales de la década de los 80 con el propósito de destinar varias horas del día a la realización de ejercicios físicos en plazas y parques de las localidades. Estos grupos también organizan actividades culturales y recreativas para el disfrute de sus miembros.
Las casas de abuelos son instituciones diurnas con un régimen de vida seminterno abiertas a partir de las 8:00 am hasta las 5:00 pm, a las cuales ingresan los ancianos carentes de familiares que puedan atenderlos durante el día, pero duermen en sus casas. Ellos deben valerse por sí mismo y contar con capacidad para asumir actividades de la vida diaria.
Fernández Seco acotó que el país cuenta con 274 casas de abuelos con capacidad para 9393 personas, más otras 3310 plazas de días que se otorgan en los propios hogares de ancianos. Con ello, la mayor isla del Caribe está en condiciones de atender 12 703 ancianos en la modalidad diurna. Sólo cuatro municipios carecen de este tipo de institución (Mariel, Caimito, Alquizar y Madruga), pero se trabaja para crearlas.
Mientras que en los hogares, el anciano hace una vida de internamiento total con atención las 24 horas del día y recibe alimentos y medicamentos de forma subsidiada, servicio de fisioterapia y rehabilitación, interconsultas especializadas para atender las diferentes patologías, más ropa de cama, vestuario y calzado.

A nivel nacional, funcionan 148 de estas instituciones con 11 771 capacidades, incluidos 11 asilos atendidos por órdenes religiosas que también reciben presupuesto estatal y abastecimientos en medicina y comida, para su normal funcionamiento.
Tanto las casas de abuelos como los hogares de ancianos están actualmente en un proceso de reparación y mantenimiento, iniciado en el año 2013, respondiendo al cumplimiento del Lineamiento 116 el cual establece una política bien diseñada hacia todos los Organismos Centrales del Estado con un seguimiento muy puntual de una comisión permanente nombrada por el Parlamento, quienes rinden cuenta en los períodos de sesiones ordinarias.
Esto ha permitido intervenir 248 Casas de Abuelos, lo cual significa un 94% del total y de las cuales se han concluido 143. Con respecto a los Hogares de Ancianos se realizaron acciones en 139 de ellos, para un 94,5% del total y ya concluidos 56. Esto ha permitido ampliar las capacidades, mejorar el bienestar, las condiciones de vida y la calidad de atención para el grupo de la tercera edad.
El profesor Fernández Seco valora estas políticas institucionales como una gran fortaleza de Cuba porque al programa de remodelación lo acompaña la entrega de mobiliario y equipamiento: sillones, mesas, sillas de comedor, taquillas, ventiladores, refrigeradores, cajas de agua, congeladores horizontales, televisores y calentadores solares.
EL EJEMPLO DE CENTRO HABANA
Así lo atestigua la doctora Alina Rodríguez Sánchez, Jefa del Programa de Atención del Adulto Mayor en el municipio capitalino de Centro Habana con una población calculada en 158 171 habitantes y de ellos el 27% (43 154) pertenecen al grupo etario de la vejez.
El territorio con una extensión geográfica de 3,42 km2 y una densidad poblacional de 44 822 hab/km 2, tiene concebida una casa de abuelos por cada Consejo Popular (barrio): La Felicidad con 60 plazas; Alegría de vivir con 45 y Eterna Juventud con 45. En remodelación se encuentra la casa Sol de Otoño.
También existen otras 50 capacidades diurnas en el Hogar de Ancianos, Alfredo Gómez Gendra. Este centro ubicado en la céntrica calle Reina en una edificación aledaña a la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, fue construido a finales del siglo XIX y convertido en asilo para ancianos a partir de la década del 60. Recibió una remodelación valorada en más de un millón de pesos a partir del año 2014.
En ambas instituciones (las diurnas y la interna) los acogidos al programa amanecen con un matutino y actividades participativas para el desarrollo del intelecto. Luego realizan ejercicios físicos, seguidos de juegos de mesa, entretenimiento con el televisor u otro medio audiovisual, más charlas de especialistas para cuidar su salud o conocer otro tema de actualidad. Reciben desayuno, merienda matutina, almuerzo, merienda vespertina, comida y cena, esta última destinada para el interno total.
La también máster en salud ambiental y diplomada en Gediatría asegura que el grupo de los ancianos frágiles aumentan y están en riesgo de desarrollar a corto o mediano plazo un estado de necesidad propiciado por sus condiciones biológicas, psicológicas y sociales. Le alegra que 29 personas en la municipalidad hayan sobrepasado los cien años de vida y la más longeva, con 106, sea atendida en el hogar de ancianos.
A su vez, la cifra de ancianos solos ronda en los 1166, y 802 de ellos reciben alimentación balanceada en diez mercaditos comunitarios además de los alimentos subsidiados de la canasta básica, entregado a cada cubano desde su nacimiento hasta la muerte.
Rodríguez Sánchez explica:«Todos nuestros abuelos evaluados como frágiles son visitados por su médico y enfermera de la familia, el psicólogo y la trabajadora social de cada policlínico. Estos profesionales realizan un análisis funcional, biomédico, psicológico y social del adulto mayor, y en conjunto, se toman las decisiones para mejorar su calidad de vida».
Nuestros máximos dirigentes: Fidel y Raúl Castro han reiterado en varias ocasiones que lo más humano a realizar por la sociedad es ocuparse de los ancianos. Cuba va en esa dirección, sin prisa, pero sin pausa, con la integralidad y gradualidad requeridas, sin apresuramientos ni improvisaciones, contribuyendo a la superación de la vieja mentalidad dogmática y corrigiendo oportunamente los errores.
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Rogelio dijo:
1
15 de octubre de 2016
07:01:12
MARIO BORINI dijo:
2
15 de octubre de 2016
09:02:11
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