ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Miguel Espinosa, copiloto del vuelo de Cubana saboteado en Barbados. Foto: Cortesía de su hija

Miguel Espinosa tuvo miedo. «Siento que no me queda mucho tiempo de vida», le dijo a su familia días antes del crimen en Bar­bados.

En otras dos ocasiones, en ese año de 1976, Espinosa había copilotado un avión en peligro de estallar. La primera vez, cuando trasladaba de México a La Habana a Hortensia Bussi, viuda del presidente chileno Salvador Allende. Uno de los equipajes de la aeronave contenía una bomba que no detonó.

Poco tiempo después, aguardaba su salida del aeropuerto de Kingston, Jamaica, el avión de Cubana que él comandaría de regreso a la Isla. La demora técnica impidió la muerte de Espinosa y del resto de los pasajeros, porque el artefacto explotó en el vagón que trasladaba los equipajes a la nave.

La tercera vez no corrió la misma suerte. No estaba en la lista del vuelo CU-455 de Bar­bados a La Habana ese 6 de octubre, pero a última hora tuvo que suplir a un miembro de la tripulación. La aeronave salió en tiempo con dos bombas activas que estallaron a po­cos minutos del despegue, a solo 600 metros de la costa de Bridgetown. Miguel Espinosa murió a la edad de 47 años, junto al resto de la tripulación y pasajeros. 73 en total, de ellos 57 cubanos. Es uno entre los 3 478 asesinados y miles de heridos, víctimas del terrorismo que ha azotado a Cuba con la complicidad de las sucesivas admi­nis­traciones norteamericanas desde 1959 hasta el presente.


***

Dra. Haymel Espinosa. Foto: Ismael Batista

«Yo tenía diez años» —dice Haymel Es­pi­nosa Gómez, mientras hojea un libro grueso de fotos y recortes de periódico, armado por ella a lo largo de los últimos 40 años. Cada titular guarda relación con el crimen en el que su padre, Miguel Espinosa, perdió la vida.

«El 6 de octubre habíamos quedado en que papá nos recogería a mi mamá y a mí a la salida de la escuela. Estábamos juntas allí, pues tuvimos que arreglar y pintar el aula junto a otras madres y compañeros de clase. Cuando a las cuatro de la tarde no habíamos tenido noticias suyas, sentimos que algo había sucedido».

Cerca de las cinco parqueó, justo al frente de su escuela primaria, una guagua pequeña de la que comenzaron a bajar hombres y mu­jeres vestidos con el uniforme de Cubana de Aviación. «Dedujimos que había pasado lo peor». La noticia del atentado corrió como la pólvora y la casa de la familia Espinosa-Gó­mez se fue llenando de vecinos, amigos, fa­miliares, conocidos…

«Todos fueron a darnos apoyo. Entre lágrimas se gritaban consignas revolucionarias. El dolor se había multiplicado. Días después es­cuché la grabación recuperada de la caja ne­gra del avión», recuerda mientras se empañan sus ojos. «Aunque era muy niña, nunca he podido olvidar la desesperación en esa voz tan querida».

Hoy, luego de tantos años, el dolor en Hay­mel Espinosa permanece intacto. «Cuan­do ponen la grabación, yo cambio el canal, o sigo de largo».

En el año 2006 familiares de las víctimas del atentado visitaron el monumento erigido en Barbados en honor a los 73 pasajeros a bordo del CU-455.

«Está muy cerca de la costa. Recuerdo que nos sentamos en silencio lo más cerca posible del mar. Así estuvimos buen rato mirando el horizonte y lloramos. Añoramos un sitio en Cuba donde colocar flores en honor a ellos».


***

«Él me puso Haymel. Formó mi nombre a partir del de dos heroínas cubanas: Haydée Santamaría y Melba Hernández. Eso da me­dida de lo comprometido que se sentía con la Revolución», cuenta orgullosa la hija mientras desempolva una foto de su padre, tomada en el año 1976. En ella viste de camisa blanca, pantalón negro y lleva con elegancia una gorra de capitán de Cubana de Aviación. En la foto sonríe.

«Era muy jaranero —cuenta Haymel con ternura—, le encantaba bromear con la gente. Gracias a eso comprobamos, en el año 1976, que era daltónico. Si no llega a elogiar el vestido rojo de una doctora de la cuadra, que en realidad era verde, aún pensaríamos que no se sabía los colores. Ella, asombrada con aquella equivocación, le hizo todos los chequeos debidos y los resultados dieron po­sitivo al daltonismo. No lo liberaron de Cu­bana de Aviación por la falta de pilotos que tenía el país, y, además, por su prestigio y experiencia en la aerolínea».

Haymel Espinosa se hizo médico, no solo por la vocación que sentía, sino porque así su padre habría querido. Integró las Fuerzas Armadas Revolucionarias como él. «Y hasta intenté ser piloto, pero no pude» —sonríe.

«La tragedia cambió mi vida. Poco tiempo antes del atentado en Barbados, yo estaba aprendiendo a tocar la guitarra. Mi papá me había armado una con partes de otras más viejas. El día antes de su partida, me juró que a su regreso a casa el 6 de octubre me traería una nueva, ya había reunido el dinero. Ese día habría ido a buscarme a la escuela con ella en las manos. Así lo imaginaba. La guitarra nunca llegó, él tampoco y yo nunca más quise tocar».

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rolando dijo:

21

23 de septiembre de 2016

14:49:17


El cubano digno nunca olvida su dolor es que se llora porque el dolor de esas y otras tantas acciones injustas contra familias de cubanos pacificos, alegres y trabajadores durante todos estos esta ahí entre todos nosotros que vemos en el sufrimiento de ella el de tantos, pero lo mas inmenso de este pueblo es como no odia, es de una estirpe fuerte pero sana. Gracias

DAN dijo:

22

23 de septiembre de 2016

14:53:47


Muy conmovedoras tus palabras finales Haymel. Como parte de este pueblo continuamos dándote nuestro apoyo moral, político y revolucionario como el primer día en que llegó al guagua a tu escuela.... multiplicado ahora por el profundo sentimiento antimperialssta que se ha consolidado en estos años de incansable lucha. Saludos para tí y toda tu familia.

nely dijo:

23

23 de septiembre de 2016

15:22:55


estas son as historias q se le tienen q contar a los jovenes paraq conozcan la realidad desde los q la vivieron en carne propia,,

Alberto García dijo:

24

23 de septiembre de 2016

17:27:46


Querida Haymel: Yo pasé por ese dolor cuando tenía 12 años. Mi padre murió peleando en 1958 por la revolución. Aunque yo estaba curtido cuando el crimen de Barbados lloré igual que en 1958, y nunca podré olvidar el discurso de Fidel. Aún retumban en mis oídos, su sentencia, expresada, con la fuerza que lo caracteriza: ¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla! Recibe un abrazo.

Andrachi dijo:

25

23 de septiembre de 2016

17:51:05


Estamos contigo, podemos entenderte. Recuerda con alegría que eres hija de un hombre ejemplar.

Margarita Salazar dijo:

26

24 de septiembre de 2016

21:47:34


Una historia dramática, igual que todas las que vivieron las familias de las 73 víctimas del maldito asesino Posada Carriles, pagado y protegido por Estados Unidos, enemigo mayor de la humanidad.

Ingrid Romero Leyva dijo:

27

26 de septiembre de 2016

17:27:29


A pesar que cuando esto ocurrio era muy pequeña estas palabras que se mencionan tambien me entristecen y pienso en la maldad que pueden tener algunos hombres al realizar actos tan criminales como este.Todas las personas que aqui murieron dejaron una ola de tristeza en nuestros corazones y al mismo tiempo de coraje y pedimos justicia y que se condene a los criminales.

juampi dijo:

28

28 de septiembre de 2016

08:23:45


yo también felicito a la periodista Alejandra García, me pareció muy especial este trabajo, sin dudas muy auténtico, nunca había leido nada sobre el atentado de Barbados desde una perspectiva tan intima y personal.

milagros cordova dijo:

29

28 de septiembre de 2016

09:21:13


Nunca voy olvidar a quel 6 de octubre del 76,y mucho menos cuaNDO NUESTRO COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO pronuncio aquellas palabras Cuando un Pueblo energico y viril llora la injusticia tiembla ,las lagrimas de dolor de nuestro pueblo se convirtieron en fusiles,yo era una adolecente de 13 años Gloria eterna a los martires de Barbado

Dulce María Anglin dijo:

30

28 de septiembre de 2016

10:26:05


Siempre leo los artículos referidos al crimen de Barbados, porque soy de esa generación que no quiere y sabe que no se puede olvidar y tengo que reconocer que es este uno de los artículos que más sensibles palabras y términos ha utilizado, nos acerca mucho al ser humano que sufrió una pérdida y no cualquier pérdida sino la de un ser querido, la de un padre. Qué decir de Posada Carriles, ya todos los adjetivos negativos no alcanzan para esa ´´bestia humana´´. Saludos y abrazos a Haymel y que sepa que estamos con ella.

Alejandro dijo:

31

5 de octubre de 2016

23:14:05


Q buen articulo, me encanto!!!

marta rodriguez vals dijo:

32

11 de octubre de 2016

18:17:30


también lloro siempre que hablan de barbado del horrendo crimen cursaba el 2do año de mi carrera en la EPEF de Villa clara hoy soy máster en deporte estoy en mi segunda mision en Venezuela no puedo escuchar nada relacionado con el hecho sin llorar marco un dolor en mi corazón que nunca he podido borrar por eso al igual que todo nuestro pueblo sufrimos junto con los familiares de las victimas del terrorismo y lo mas triste los autores están impunes

Elsie Carbó dijo:

33

6 de octubre de 2019

13:59:30


Soberbio trabajo, no tengo otras palabras

Miguel dijo:

34

6 de octubre de 2019

14:05:45


Cómo me piden que m olvide de la historia, sería como traicionar a los caídos y traicionar a mi condición de cubano. Es imposible

Ariel Arocha dijo:

35

6 de octubre de 2019

14:32:01


Me uno al dolor de esta familia, abajo el imperialismo terrorista de los EEUU

Digna dijo:

36

6 de octubre de 2019

14:39:59


Yo también tiemblo cuando oigo lo desesperado que estaba como si pegarse al agua tendrían salvación tu no estas sola hoy el pueblo de cuba está triste por aqui no se siente ni una mosca gloria eterna a nuestros hermanos.

Bernardo dijo:

37

6 de octubre de 2019

15:34:13


Me solidarizo con Haymel en su dolor y su recuerdo, trabajé en Cubana y conocí el valor y la dignidad de los pilotos como Espinosa,Que en momentos tan difíciles asumieron con valentía su responsabilidad. Gloria eterna a los martires de tan monstruoso crimen, viva Ud. Haymel orgullosa de tan valioso padre, y que la injusticia tiemble ante este pueblo tan viril y Heroico

Adriana dijo:

38

6 de octubre de 2019

16:16:02


Bello artículo mi Alejandra García.Besos ,Adriana!

Ilka dijo:

39

6 de octubre de 2019

17:38:15


¡Cuanto dolor!, no sólo en las familias sino en todo el pueblo de Cuba. Pero los cubanos dignos tenemos memoria y los que no estaban nacidos o éramos muy pequeños conocemos la historia y no permitiremos que se olvide.

Reynaldo tola dijo:

40

6 de octubre de 2019

22:18:02


El dolor sullo es el de muchos cubanos los 43años de ese crimen nos duele a todos yo en su lugar no se q hubiera hecho muchas veses e pensado como ellos pero no somos así por ideología y principios