ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

¿Qué significa ser revolucionario? Los estudiosos del marxismo saben que el partido socialdemócrata se fracturó en sus orígenes: los reformistas, que en lo adelante se alejarían cada vez más de las concepciones de Marx, se quedaron con el nombre y los revolucionarios crearon el partido comunista. La polémica «re­forma vs. revolución» tiene una larga historia.

Ahí están los textos de Lenin, de Rosa Luxem­burgo, entre otros.

Pero la definición o la opción revolucionaria, y su existencia práctica, no son exclusivas de un partido o de una clase social, aunque sí de una época. Los burgueses fueron revolucionarios en su momento y el movimiento anticolonial en la era del imperialismo tuvo por lo general un carácter revolucionario. José Martí creó el Partido Revolucionario para lograr la independencia de Cuba, y dicen que hablaba de la revolución necesaria que habría de iniciar una vez alcanzado el poder.

Por eso, me gusta hacer referencia a la tradición cubana del término. Cintio Vitier, por ejem­­plo, asumiendo los riesgos reductores de cualquier agrupamiento, establece dos tendencias «espirituales» en el último tercio del siglo XIX: la revolucionaria (independentismo, modernismo literario, antievolucionismo) y la reformista (autonomismo, preceptismo literario, evo­lucionismo positivista).

Lo cierto es que Revolución es Creación, salto sobre el abismo, o sobre el muro de la aparente imposibilidad —«seamos realistas, hagamos lo imposible», decían los estudiantes parisinos del 68—, mirada de cóndor, pero es sobre todo una toma de partido «con los pobres de la Tierra». Si tomamos a José Martí como modelo de revolucionario, observaremos en él tres características que se repiten en Fidel Castro:

1. Opción ética antes que teórica: se adopta una teoría para luchar contra la explotación, y no a la inversa. Es vocación de justicia social. «En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre», escribía Martí. «El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor», acotaba Ernesto Che Guevara. «Es precisamente el hombre, el semejante, la redención de sus semejantes, lo que constituye el objetivo de los revolucionarios» —ha dicho Fidel. El poeta revolucionario salvadoreño Ro­que Dalton se burlaba de las posiciones esnobistas de los «marxistas de café con leche» en estos versos:

Los que/ en el mejor de los casos/ quieren hacer la revolución/ para la Historia para la lógica / para la ciencia y la naturaleza/ para los libros del próximo año o el futuro/ para ganar la discusión e in­cluso/ para salir por fin en los diarios / y no simplemente/ para eliminar el hambre/ para eliminar la explotación de los explotados.

Hay revolucionarios que desconocen la teoría marxista. Y hay académicos marxistas muy conocedores de cada texto, de cada frase de Marx, que jamás han salido a la calle, que son incapaces de sentir, de vibrar, con el dolor o el júbilo ajenos, que no militan; esos académicos «marxistas» no son revolucionarios. Tampoco son continuadores de Marx. Uno de los resortes formadores y auspiciadores de una Re­vo­lución, es la solidaridad.

2. Radicalidad en la comprensión y en los actos; el revolucionario busca la raíz del problema, aún cuando no pueda extirparla de inmediato, aún cuando se equivoque al señalarla, y pasa rápidamente a la acción. A diferencia del reformista, no pretende mitigar el dolor o enmascararlo, sino eliminar la enfermedad.

3. El revolucionario es una persona de fe. No en el sentido religioso. Ninguna declaración mejor que la que hace Martí (otra vez Mar­tí) a su hijo, en la dedicatoria del Isma­elillo: tengo, le dice, «fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti». Fe en el pueblo, en sus capacidades. El revolucionario entiende los límites aparentes de lo posible, y los transgrede, porque cree en el pueblo. En esto también se diferencia el reformista, que por razones de clase desconfía o subestima al pueblo. Creer, no es extirpar la duda; los revolucionarios vivimos la angustia de la duda, que es la del conocimiento. Sin embargo, el cínico es contrarrevolucionario, aunque no lo sepa.

Algunos ideólogos de la contrarrevolución reducen la actitud revolucionaria al acto violento, al uso de las armas. Como si las revoluciones armadas no ocurrieran en respuesta a la violencia del poder burgués. Ser un radical —ir a las raíces—, no es optar por la violencia. En su afán por desideologizar hasta el mismísimo concepto de revolución, pretenden hacer pasar como acciones revolucionarias las revueltas violentas de los politiqueros de la seudorepública, que querían hacer valer el poder personal. Ni siquiera los antimachadistas o los antibatistianos eran necesariamente revolucionarios.

Y contraponen el socialismo revolucionario al que llaman «democrático» (socialdemócrata), porque aquel no respeta el orden burgués. El socialismo no solo puede, sino que debe ser democrático, aunque no en el sentido que el sistema capitalista otorga al término. Debe y puede ser más participativo, más inclusivo, más solidario, más representativo. Debe y pue­de defender la individualidad, no el individualismo, porque el socialismo es el único camino capaz de transformar a las masas en colectivos de individuos.

Ciertas cualidades o virtudes éticas constituyen el fundamento o la base sobre la que se erige un revolucionario. Pero es una ética esencialmente política, social, no privada, que no puede vaciarse o desligarse de las contradicciones fundamentales de la época. No se es revolucionario con respecto a los intereses personales, sino de cara a la sociedad.

Hay personas con­servadoras —por razones biográficas, y quién sabe si hasta por razones genéticas—, que repelen los cambios bruscos, la incertidumbre de lo nuevo, que disfrutan el orden y la rutina.

No son contrarrevolucionarias. En sus Pa­labras a los intelectuales (1961), Fidel Castro de­cía: «Nadie ha supuesto nunca que (…) todo hombre honesto, por el hecho de ser honesto, tenga que ser revolucionario. Ser revolucionario es también una actitud ante la vida, ser revolucionario es también una actitud ante la realidad existente (…)». Y agregaba más adelante: «Es posible que los hombres y las mujeres que tengan una actitud realmente revolucionaria ante la realidad no constituyan el sector mayoritario de la población; los revolucionarios son la vanguardia del pueblo, pero los revolucionarios deben aspirar a que marche junto a ellos todo el pueblo (…) la Revolución nunca debe renunciar a contar con la mayoría del pueblo; a contar, no solo con los revolucionarios, sino con todos los ciudadanos honestos que aunque no sean revolucionarios, es decir, que aunque no tengan una actitud revolucionaria ante la vida, estén con ella. La Revolución solo debe renunciar a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente contrarrevolucionarios».

Allí donde una Revolución ha triunfado, el adjetivo —que en el globalizado mundo del oficialismo burgués suele endilgarse como insulto—, se convierte en elogio. Una persona es trabajadora, «buena gente» y revolucionaria. La cotidianidad puede descontextualizar el sustrato rebelde y el significado político del término y reducir la condición del revolucionario a la honradez o a la decencia.

A veces, puesto que la Revolución ha tomado el poder, se identifica con el buen comportamiento o la corrección. Decimos: «en el fondo él (ella) es revolucionario(a)», como si dijéramos que, más allá de sus apariencias, «es una persona noble». Y creemos que el niño o el joven «más revolucionario», es el que «se porta bien». De cierta forma, el calificativo se aburguesa. Esto parece casi inevitable, pero no lo es; una Re­volución en el poder necesita establecer su «normalidad», su gobernabilidad.

Defenderse como poder político es la premisa de cualquier poder político, mucho más cuando se trata de un contrapoder acorralado por el poder global —que no solo acecha en el plano físico (material, militar), sino también en el espiritual, en el ámbito de la reproducción de valores—, y su normalidad es una «anormalidad» fuera de sus fronteras geográficas.

Ser revolucionario es participar en la consolidación del gobierno revolucionario, establecer un frente común con ese gobierno, para defender cada conquista y establecer las nuevas me­tas, aún cuando los grados de participación en la determinación de esas metas son aún insuficientes o se ejercen de manera formal. La democracia socialista, esencialmente superior, tiene todavía un largo camino por recorrer. Ser revolucionario también es participar desde la crítica comprometida. Criticar no es enunciar un hecho cierto, es actuar sobre él, empujarlo hacia su solución. Lo que otorga veracidad y justeza a una crítica no es el hecho enunciado, es su sentido. Si se desideologiza la crítica, se deshuesa, y se falsean sus enunciados.

De manera imperceptible, ocurre un lento proceso de separación o destilación del contenido «rebelde» que toda actitud revolucionaria presupone. Esto no es bueno. Vienen entonces los que enarbolan la rebeldía y la contraponen al ser revolucionario —vieja aspiración de la subversión imperialista: promover la rebeldía antirrevolucionaria, lo que significa decir, que  los rebeldes sean antirebeldes, que aspiren a ser «normales», inconformes frente a la rebeldía y conformes frente a la enajenación global—, o en sus antípodas, aquellos que consideran que el ser rebelde es el verdadero ser revolucionario.

Estos últimos pueden perder el sentido de orientación, porque la rebeldía a secas, habitualmente manipulada por el mercado capitalista, tiene una larga historia de convivencia y a veces de connivencia con el capitalismo. La rebeldía juvenil no es ni puede ser enemiga del espíritu revolucionario; ser revolucionario es la forma superior de ser rebelde. Sin la inconformidad que propicia la rebeldía y sin su disposición para romper moldes, normas, esquemas, es difícil ser revolucionario.

Las universidades cubanas no pueden ser «de o para los revolucionarios», son centros formadores; deben ser, eso sí, formadoras de revolucionarios. De sus aulas salieron Mella y Fidel. El capitalismo (la cultura del tener) intenta domar la rebeldía incentivando sus formas primarias: el desacato, la irreverencia; intenta aislar al rebelde, concentrarlo en sí mismo, explotar al máximo su expresión individualista, transformarlo en un cínico. El socialismo (la cultura del ser), pretende encauzar esa rebeldía hacia la acción transformadora, ponerle mayúsculas, hacerla partícipe de las causas más justas de su época.

Viví en el barrio centrohabanero de Colón, y sé que muchas personas de aquel entorno deben enfrentar enemigos más concretos e inmediatos que el imperialismo norteamericano, al menos eso parece, cuando la corrupción, la burocracia, la doble moral, la insensibilidad, el «sálvese quien pueda» se imponen. Creo, como ellos, que ese es el enemigo principal.

Pero no podemos confundir su nombre: se trata del capitalismo, de su capacidad para regenerarse dentro del socialismo, que no es más que un camino (no un lugar de llegada) hacia otro lugar, hacia otra esperanza o certeza de vida mejor. Si desvinculamos ese nombre de aquellas manifestaciones, o las enlazamos erróneamente al camino socialista que hemos emprendido, perdemos el rumbo. No podemos ser re­volucionarios hoy, en este mundo globalizado, si no somos anticapitalistas, si no somos antimperialistas. Si no sentimos como propios las conquistas, los peligros, las humillaciones, de otros pueblos. Si no defendemos la unidad de los revolucionarios cubanos y la de los pueblos latinoamericanos frente al im­perialismo.

No podemos ser revolucionarios si creemos que el mundo tiene el largo y el ancho de una calle, o de un barrio, o de un país. Si aceptamos los consensos que otros construyen, y no construimos los nuestros. Si vaciamos cada palabra de los contenidos de combate, porque de in­mediato serán llenadas de otros contenidos, por aquellos que nos combaten.

Martí, Mella, Guiteras, el Che, Fidel, se parecen demasiado, para que nos inventemos ese asunto de las generaciones. No han dejado de ser jóvenes. Cambian las tareas, las coordenadas, pero no las actitudes, los principios, el horizonte al que siempre nos acercamos sin llegar. Por otra parte, nadie se hace revolucionario de una vez y para siempre.

Hay que nacer como revolucionario cada mañana, cada día. Los papeles no están predestinados ni son inmutables: el héroe de 1868 pudo convertirse en traidor 20 años después; el indeciso de entonces, quizá empuñó las armas con dignidad en 1895; el guerrero valiente de la manigua pudo dejarse seducir por la corruptora política neocolonial; el enérgico antimachadista, desilusionarse de sus ideales de juventud o convertirse en un profesional de la violencia; el revolucionario de la Sierra o del Llano, acomodarse o enredarse en las redes del burocratismo; el escéptico de aquellos días, transformarse en un miliciano fervoroso, en un héroe cotidiano e invisible; el dirigente juvenil, acodado en el balcón de la buena conducta y los aplausos, convertirse en un repetidor de consignas vacías y el profesional rebelde, crecer como tal hasta hacerse revolucionario.

Entre unos y otros, disfrazados, están los oportunistas, los «pragmáticos», los cínicos de siempre. A todos los cerca la historia y, de sus actos múltiples, solo perdura el instante de eticidad fundadora que sostiene a la Patria: «ese sol del mundo moral» que ilumina y define a los seres humanos, según la frase que Cintio rescatara de José de la Luz y Caballero. Una Patria que es Humanidad, que no está en la «hierba que pisan nuestras plantas», o en unas costumbres siempre en evolución, sino en un proyecto colectivo de justicia. Una Patria que aspira a fundirse con la Humanidad, y que mientras, defiende su espacio para fundar, para crear, para proteger la dignidad plena de sus hombres y mujeres.

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SldsMiramar dijo:

41

22 de septiembre de 2016

11:09:12


Lei con detenimiento y satisfaccion este articulo, cuya lectura deberia orientarse en los Nucleos del Partido y los Comite de Base de la UJC.

Redelio dijo:

42

22 de septiembre de 2016

12:44:58


He descubierto hoy este articulo. Tal como propone Rodolfo Pedroso Sosa, lo llevare al seminario, que tendre con mis estudiantes del Centro de Capacitacion del MINTUR, esta tarde. Muchas gracias, profesor Ubieta

TOKIN dijo:

43

22 de septiembre de 2016

14:12:21


Bueno he escrito dos comentarios y me los han prohibido....lo que pienso lo ha comentado Lucilo Sanchez mas breve e inteligentemente....

Miguel Angel dijo:

44

22 de septiembre de 2016

14:16:41


Bueno, realmente se trata de una clase magistral del concepto de revolucionario, sus matices, se identifican a los seudorevolucionarios, politiqueros, oportunistas, burócratas y otros negativos personajes q tanto daño hacen al proceso revolucionario. Creo q el mayor mérito del autor es la adecuada ejemplificación y utilización de los pensamientos y las ideas de los clásicos de nuestro proceso, q se pudieron ampliar mucho más, incluso acotando otros a nivel nacional y fuera de nuestras fronteras, pero con estos fueron suficientes para ilustrar la esencia del objetivo del trabajo: como debemos ser para convertirnos en verdaderos revolucionarios y jugar el papel protagónico q nos corresponde, válido para las viejas y nuevas generaciones, pues existen muchos jóvenes q son ejemplo en este sentido y otros de más edad q no lo son ni lo fueron jamás, siempre flotaron. Me gusta sobremanera una frase q considero cardinal en el trabajo: "No podemos ser re­volucionarios hoy, en este mundo globalizado, si no somos anticapitalistas, si no somos antimperialistas. Si no sentimos como propios las conquistas, los peligros, las humillaciones, de otros pueblos. Si no defendemos la unidad de los revolucionarios cubanos y la de los pueblos latinoamericanos frente al im­perialismo". Es axiomático. Felicidades profesor por su contribución teórica y sobre todo práctica sobre la condición de REVOLUCIONARIO.

Fernando Respondió:


22 de septiembre de 2016

18:31:41

Ese es un concepto estrecho de ser revolucionario, dentro del capitalismo se puede ser revolucionario, ese concepto es más genérico que la ideología, se puede ser revolucionario con un descubrimiento, un invento, una forma de hacer o de actuar.

Camilo Rodríguez Noriega dijo:

45

22 de septiembre de 2016

15:08:01


En mi criterio debe ser saludada, en primer lugar, la idea de especializar una página del órgano oficial del PCC en Pensamiento. Haberlo iniciado con el tema “Ser revolucionario en Cuba, hoy” lo considero de la mayor pertinencia contextual. Si la sociedad va cambiando como lo hace y se introducen, desde la propia política revolucionaria, nuevos factores conformantes de realidad, antes no presentes ni con la intensidad actual, ni siempre con la legalidad y legitimidad política otorgada ahora, es natural que surja la pregunta ¿cómo ser consecuentemente revolucionario hoy?. El trabajo de Ubieta se aproxima a una respuesta en esta dirección. Y digo se aproxima no porque tenga algo que objetarle; concuerdo totalmente con la esencia de las ideas que expresa y le felicito por la síntesis lograda, que registra códigos medulares de permanencia y cambio; de continuidad y ruptura. En este trabajo el ser humano es asomado en la historicidad de su comportamiento desde complejidades de su constitución moral e integral general que la vida confirma. Precisamente este rostro humano y no caricaturesco de la condición histórica de revolucionario me parece algo valioso, pues al fin todos vivimos en un contexto que nos influye, aunque de diversas maneras y con disímiles posiciones más o menos activas. Y creo más completa la reflexión cuando en su curso queda delineada la responsabilidad individual ante la condición política individual que se sostiene; que es, en primer lugar, de carácter social. Apunta Ubieta allí algo muy sustancial al subrayar que se es revolucionario de cara a la sociedad y desde un compromiso que queda apuntado de un modo bastante integrador. Y subrayo esto en un contexto en que también se juguetea con el concepto revolucionario y se llega hasta expulsar su médula política. Igual de esencial es la cita a Fidel en aquellas palabras refundadoras de la visión de pueblo que la Revolución compartió desde sus albores y que tan bien precisadas habían quedado ya desde La historia me absolverá. Pero es en la dialéctica de ese pueblo donde se decide el rostro histórico de la condición compartida de ser pueblo revolucionario, que es una categoría colectiva, no igual a la suma de individuos revolucionarios. Y esa condición colectiva brota cada vez desde la relación dialéctica entre lo que se constituye de modo histórico como la vanguardia, en su definición política revolucionaria en permanente reconformación y el resto de los hombres decentes, que al serlo consecuentemente, también en el sentido político, no se apartan del proceso revolucionario si este es consecuente consigo mismo y logran entenderlo así. En esa lucha tremenda andamos, con un camino empedrado, donde nos hace cada vez más falta ver bien de conjunto para poder salvar a la nación y resultan imprescindibles los que vean más rápido y mejor y se afanen en expandir su visión para unir. Es en esa contienda donde nos refundamos en pensamiento y acción como revolucionarios. De cualquier manera Ubieta ha abierto públicamente una reflexión que probablemente haya sido íntima de muchos desde hace buen tiempo. Y lo que ha dicho puede andar por el camino del debate, aunque sinceramente creo que, sobre todo, debiera cursar por el esfuerzo de llegar cada vez más hondo hasta tocar los modos cotidianos de actuar desde la compleja madeja de la cotidianidad en que vivimos. Agradezco a Granma la propuesta y a Ubieta la calidad de esta primera reflexión inconclusa, no por él sino en el tono de la convocatoria que se nos hace. Y creo que eso se aviene al espíritu de la página al calificarse como espacio para el conocimiento, el debate y el análisis. Pero no queda claro si el Granma impreso tendrá espacio para ese debate o solo será por vías alternativas, no al alcance de todos. Esto también es importante y concurrente en la confirmación revolucionaria de la convocatoria.

ytp dijo:

46

22 de septiembre de 2016

15:07:46


Acertado comentario una lección para este tiempo un verdadero llamado a la unidad la humildad el humanismo y la solidaridad.

Alexis Segundo dijo:

47

22 de septiembre de 2016

15:35:36


Excelente trabajo publicado, las nuevas generaciones necesitan de argumentos como ese, gracias por hacer recordar nuestra esencia.

Neco dijo:

48

22 de septiembre de 2016

17:26:53


Camaradas comunistas cubanas y cubanos: comienzo por establecer las bases sobre las cuales les ofrezco estos comentarios. Se trata de un profundo respeto y admiración por los logros revolucionarios de la clase trabajadora de Cuba. Al proletariado en Puerto Rico se nos avanzan encima unos acontecimientos que ofrecen oprtunidades y retos de adelantar las luchas de clase contra el capital financiero de Wall Street y de sus sirvientes criollos, y de echar a caminar los procesos necesarios de autodeterminación de todo el pueblo puertorriqueño. Urge que iniciemos y consolidemos vínculos de comunicación entre los comunistas cubanos, que también confrontan serios y profundos retos, y los comunistas en Puerto Rico. Martí y Betances comprendieron que solamente la revolución antillanista victoriosa, en el contexto de las grandes luchas del proletariado mundial, podrá sentar las bases transformadoras de todas las sociedades donde se emancipe el trabajo en toda la región del yugo del capitalismo y del imperialismo. Ser revolucionario, estemos en Cuba, en la República Dominicana, en Haití o en Puerto Rico —o en el propio Estados Unidos—, es empujar sin pausa y sin descanso, esa lucha proletaria hacia adelante. Un fuerte abrazo comunista. Neco

Belkis Respondió:


23 de septiembre de 2016

14:07:21

Saludos Neko,empujar el sistema capitalista hacia el abismo debe ser un esfuerzo comun de todos los pobres y humildes del planeta y todos los revolucionarios que aman la paz,la justicia y el amor entre todos.El sistema capitalista egoista ,predador y consumista no es la mejor opcion para la humanidad ,viva la revolucion!!

Raúl dijo:

49

22 de septiembre de 2016

17:38:40


Muy bien Ubieta, el gran dilema del revolucionario hoy es no dejarse tentar por la cultura del tener. Muy bien lo planteó usted en la Conferencia Inaugural del I Evento Nacional de Clásicos del Marxismo - Leninismo, Universidad Pedagógica "Pepito Tey" de las Tunas en noviembre de 2013. Estuve allí y lo escuché muy bien y hoy suscribo sus palabras. La revolución ha de ser permanente, dialéctica, renovadora. Actualmente, se tiene un concepto erróneo de la crítica, de las ideas nuevas, ya que el verdadero revolucionario ejerce la crítica con el objetivo de que cambien las cosas para bien y suele ser vetado y tildado de contrarrevolucionario por quiénes creen ser revolucionarios pero no lo son realmente. No debemos temerle a ese tipo de crítica ni dejarla en manos de nuestros adversarios.

OSCAR FERN'ANDEZ MORALES dijo:

50

22 de septiembre de 2016

20:38:33


CREO QUE EL VALOR QUE TIENE ESTE ARTICULO ES QUE PONE EN EVIDENCIA LA NECESIDAD QUE EXISTE EN CUBA DEL DEBATE POLÍTICO, PUBLICO Y ABIERTO. PARA LOS QUE ASPIRAMOS A QUE EL CAMINO DEL SOCIALISMO CUBANO ROMPA CON ESTERIOTIPOS Y TAPUJOS INNECESARIOS, LO DEMUESTRA EL HECHO DE QUE SE HAN ENVIADO MAS DE 50 COMENTARIOS HASTA AHORA. OJALA, SE ENTIENDA QUE LA CUESTIÓN NO PUEDE REDUCIRSE AL PERIÓDICO GRANMA Y A LOS COMENTARIOS POR INTERNET. LA DIRECCIÓN DE LA REVOLUCIÓN ESTÁ URGIDA DE QUE LAS GENERACIONES QUE LAS VAN A SUSTITUIR APRENDAN DE LA NECESIDAD DEL DEBATE Y DE ROMPER DE UNA VEZ POR TODAS CON LA FALSA UNANIMIDAD. DISENTIR ES UN DERECHO, Y EL CAMINO M'AS VIABLE PARA APRENDER. LO DIGO POR MI PROPIA EXPERIENCIA CON MIS ALUMNOS DE LA UNIVERSIDAD, A LOS CUALES NO SOLO ENSEÑO SINO DE LOS CUALES SIEMPRE APRENDO.

tony dijo:

51

22 de septiembre de 2016

21:30:26


En realidad desearia que este articulo estuviese permanente y al alcance de todos a diario para que los ciudadanos opinen sobre el mismo y ademas puedan decirte cuantas contradicciones se reflejan en el mismo.

ISABEL CRISTINA Respondió:


23 de septiembre de 2016

13:23:37

TONY, LOS SERES PENSANTES EST’’AN LLENOS DE CONTRADICCIONES, PERO E L SOLO HECHO DE PODERLAS EXPONER HACE QUE SE LLEGUE A CONSENSOS DE OPINIÓN O NO, PUEDE QUE COINCIDAMOS EN ALGO O NO. LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO SE DEBE RETROALIMENTAR, QUIZÁS YO PiENSÉ ALGO QUE USTED NO, O VICEVERSA. Y LO QUE USTED PIENSE SEA MEJOR ESTRUCTURADO Y FACTIBLE de HACER PARA EL BIEN COMÚN DE LOS CUBANOS. SABEMOS QUE EL ‘CAPISOC’ HASTA AHORA NO SE HA FILOSOFADO, PERO, BUSCANDO UN EQUILIBRIO, POR EXPRESARLO DE ALGUNA MANERA, LOGREMOS OBTENER LO BUENO DE CADA SISTEMA, Y AUN PODREMOS EQUIVOCARNOS. CONTRADICCIONES VAN A EXISTIR, PERO LAS VOLUNTADES VAN EN POS DE LO MEJOR PARA TODOS. NADIE TIENE VERDADES ABSOLUTAS. PERO COMO TODO SISTEMA DE LA NATURALEZA QUEREMOS LLEGAR A UN ESTADO IDEAL EN EL QUE SE AVANZA , .AUNQUE NO SE LLEGA. PUEDO DECIR SIN LLEGAR A ESA BELLEZA MUSICAL TANTO EN LETRA COMO EN MELODÍA DE LA CANCIÓN DE LENNON DONDE PLANTEABA esta, LA ESTROFA EN LA QUE M’AS EN MI CASO COINCIDO, POR SUPUESTO, EN MIS DESEOS … “Imagina que no hay posesiones, Me pregunto si puedes, Ninguna necesidad de codicia o hambre, Una hermandad del hombre, Imagina a toda la gente Compartiendo todo el mundo… Tu puedes decir que soy un soñador, Pero no soy el único, Espero que algún día te nos unas, Y el mundo vivirá como uno solo”. SIEMPRE SEREMOS SOÑADORES, NUNCA INOCENTES DE LO QUE HAGAMOS, POSIBLEMENTE INGENUOS, PERO ESTAMOS ENFOCADOS BUSCANDO LAS VÍAS DEL MEJORAMIENTO DE LA SOCIEDAD. CUBANA, Y ESO ES YA UN VALOR AL QUE NO DEBEMOS RENUNCIAR NINGÚN CUBANO Y COMO SE DICE EN BUEN CUBANO, ¡ ATERRIZANDO PORQUE ESTO NO ES UN SUEÑO, OJALA SIGA EL ARTICULO PUESTO.!

Mireya dijo:

52

23 de septiembre de 2016

15:02:04


Reflexiones como esta hacen mas fuerte mi eisión de ser cada día más revolucionario y de creer más en el legado de nustro comandante en Jefe Fidel.

pedro dijo:

53

24 de septiembre de 2016

00:15:44


EN ESTOS TIEMPOS SE NECESITA MUCHO DE ACTITUD Y COHERENCIA . ES DECIR TRANSPARENCIA ANTE TODOS Y TODAS.

Lupa-Catalejo/art.53 Const. dijo:

54

24 de septiembre de 2016

15:30:41


Estimado Ubieta: leo los comentarios elogiosos, al artículo donde conceptualiza, que es ser revolucionario, y estoy en esencia de acuerdo con todos los planteamientos que allí expone. El hecho de hablar de cómo ser revolucionario en Cuba, hoy me inspira a pensar que se pudo ser revolucionario de otra forma ayer. Algo que el propio artículo refuta, ya que no se puede ser revolucionario de dos tiempos, si no creo yo, que solo se puede ser revolucionario en el tiempo histórico que nos toca vivir. Si no pudieramos correr el riesgo de ser oportunista de estos tiempos. Digo eso porque a mi juicio, en cada momento estar dispuesto hacer algo beneficioso para los más necesitados, sin tomar en cuenta las ventajas personales que se obtengan, luchar por la justicia, el bienestar de las mayorias, ser honestos, y estar siempre al lado de los que más pobres y estar dispuestos a dar hasta nuestras vidas, nos da la oportunidad que los demás nos llamen REVOLUCIONARIO, sobre todo si lo hacemos en cada momento historico que nos encontramos. Ahora usted y yo, tenemos 57 años más o menos ambos, ya usted no vive en Centro Habana (Colón).como dice su artículo, ya fue un importante funcionario de la Oficina de Asuntos Martianos, con otro nombre como se llamaba antes. Al parecer vive en el Plaza o Playa, quien sabe. Pero haga correr su imaginación, con 40 años menos cuando ambos estudiabamos en La Lenin, y Fidel pidió que salieran de nuestra generación los maestros para la contribuir a la formación de los estudiantes que se esperaban en un futuro cercano ¿dónde se encontraba toda esa conceptualización de hoy? ¿hubiera usted olvidado su sueños de periodista para cumplir la misión que Fidel nos pedía? ¿ entonces porque no fue maestro del DESTACAMENTO PEDAGOGICO MANUEL ASCUNCE DOMENECH? Seria para poder escribir esos importantes artículos que hoy escribe. Ah, a lo mejor me va a decir que dio el paso y no fue escogido, es verdad pudo suceder, pero al terminar 13 grado, Fidel , volvió a pedir maestro para formar el DESTACAMENTO PEDAGOGICO INTERNACIONALISTA ERNESTO GUEVARA ¿y tampoco estuvo usted?. Entonces ahora, vienen a decirle a otros, como ser revolucionario hoy.En función a su artículo no lo imaginaba en otro lugar que no fuera en primeras filas en ambas tareas antes mencionadas. Y AHORA PIENSA QUE PUEDE DAR CLASE ,DE COMO SER REVOLUCIONARIO. Usted debe saberlo mejor que yo, porque lo estudia y dirigió ese departamento, Martí dijo para todos los tiempos: “…Hacer es la mejor manera de decir…” con permiso de Apostol, diria [decir= escribir] para este caso. No creo que usted sea inconsecuente de sus palabras escritas con sus acciones actuales, pero al menos, lo que tuvimos suerte de si oir a Fidel y estar dispuestos a cumplir su pedido como revolucionarios, a costo de perder nuestro futuro.No he díficil leer una clase de historia muy bien contada de hombres que hasta el final de sus días fueron muy consecuente con sus palabras escritas. Le aclaro que en ello no hay nada personal e incluso nunca hemos tenido que cruzar palabras porque la vida no nos dio esa oportunidad, a pesar de estar tan cerca uno de otro, por lo que ratifico que no hay nada personal, solo nuestras historias que se entrecruzan. Espero su respuesta. Ubieta.

MIRIHAM MIYAR dijo:

55

24 de septiembre de 2016

19:27:35


GRACIAS POR DARNOS SU OPINION FUI FUNDADORA DE M-26-7 EN SANTA CLARA VIVO EN ESTE PAIZ DESDE EL ANO1970 ME CASE CON QUITIN PINO MACHADO Y CON BELARMINO CASTILLAS TENGO A LA REVOLUCION EN MI SANGRE Y LA SIENTO COMO USTED DEBE SER UN REVOLUCIONARIO YA ESTOY MAYOR PERDI UNA HIJA POR CANCER SUFRO POR SU MUERTE Y MI HIIJO JULIO PINO ES ESQUIZOFRENICO EL CUAL VIVE EN NICARAGUA NO SOPORTO ESTE PAIZ NO QUIERE VOLVER YO VIVO EN ORLANDO NO TENGO COMUNICACION CON NADIE DEL EXILIO CUBANO NI MI FAMIA QUE VIVE EN MIAMI CUEVA DE GUSANOS GRACIAS POR SU ARTICULO ES FABULOSO

michael vazquez montes de oca dijo:

56

25 de septiembre de 2016

08:45:24


La acogida que ha tenido entre nosotros este articulo evidencia la necesidad de contar, regularmente, con una pagina dedicada a la teoria y la practica de la construccion del socialismo en Cuba.Para continuar sugierose haga una seleccion de los parrafos más vigentes del Manifiesto Comunista, documento basico que ha sido practicamente olvidado y que en muchas de sus partes tiene todavía absoluta vigencia.Tambien, a continuacion, pudiera hacerse lo mismo con La Historia me Absolvera, el Estado y la Revolucion, etc., más temas netamente cubanos.Me parece que esa es una responsabilidad ineludible del organo de prensa del PCC en la Batalla de Ideas.

pedro dijo:

57

25 de septiembre de 2016

10:24:51


s siempre la voluntad.obre los pesimismos

maria dijo:

58

28 de septiembre de 2016

16:31:46


Maravilloso, inspirador, necesario. Recomiendo su especial estudio por nuestros jóvenes Quiero además compartir este poema que escribí hace un tiempo porque no todos los Revolucionarios son Comunistas , pero todos los Comunistas estamos por principio obligados a ser unos eternos Revolucionarios Ser Joven Comunista Ser Joven Comunista significa parecerse a su tiempo y marchar con banderas que enarbolas al viento, ocupar las trincheras para hablar de derechos de deber y de entrega de sudor y de esfuerzo. Es romper las barreras del que dice no puedo y crecer cada día en misiones y empeños Ser Joven Comunista significa ser rebelde y profundo ser valiente y honesto, defender tus criterios combatir lo mal hecho y mostrar sobre todo la virtud del ejemplo Significa también imitar a los buenos, recoger ideales y hacerlos muy nuestros y vivir de por siempre con la estrella en la frente con los pies sobre el yugo y la luz de los sueños

Plácido dijo:

59

29 de septiembre de 2016

11:27:19


Magistral su reflexión de lo que significa ser Revolucionario, lo que desearia es que este material le llege a los más jovenes, para que entiendan su importancia.

Joel dijo:

60

2 de octubre de 2016

11:44:30


coincido con los demas, revolucionarios creos que no pocos mantienen sus principios, pero los que no lo hacen hacen mucho daño por la posicion social que ocupan, a los revolucionarios nos toca descubrirlos y eliminarlos y hoy no todos estan dispuesto a esto, tenemos que tomar las riendas como parte del pueblos y no dejar sacar la cabeza a los que hacen daño a la revolucion