ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Era el 15 de mayo de 1943 y el ca­za­submarinos CS-13 se despegó del muelle en Isabela de Sagua y buscó las aguas del canal Viejo de Baha­mas. Era una lancha de 83 pies y dos pulgadas de eslora y casco de madera, con motor diésel de 1 200 caballos que le proporcionaba una velocidad máxima de 18 nudos. Co­mo armamento, un cañón automático de 20 milímetros, ocho cargas de profundidad de 115 kilogramos cada una y una corajuda tripulación.

En el puente de mando el comandante de la lancha, alférez de fragata Mario Rodríguez Delgado, el segundo comandante Carlos Cuadra y los timoneles Santiago Rodríguez y José Rubiera. Sobre cubierta, el contramaestre Luis Valdés, el artillero Eli­gio Carcasés y Luis Magín, señalero. Ba­jo la cubierta Cesáreo Bar­celar y Juan Pérez, maquinistas, trajinan en­tre el calor, el ruido y la grasa. Tam­bién bajo cubierta, en un nicho con ventilación forzada, trabajan por turnos, casi en posición fetal, los sonaristas Norberto Collado —que años más tarde sería timonel del Granma— y Andrés Abela, enviando pings y re­cogiendo ecos que le dicen, por aho­ra, que no hay ningún obstáculo al frente. Otros miembros de la exigua tripulación son el cocinero Roberto Bayona, y Luis Magín, artillero de la pieza.

La mañana transcurre sin novedad, navegando en una mar tranquila y soleada, pero sin confiarse. Antes de partir recibieron información de la presencia de un submarino en superficie al norte de Matanzas. Navegan en zigzag a ocho nudos, escoltando a los mercantes Camagüey, cubano, y Hanks, hondureño, ambos cargados de azúcar con destino a La Ha­bana. El jefe de la escuadrilla, teniente Ceballos, en el CS-11 abre la marcha del convoy y el CS-12 completa la escolta. El ambiente es tranquilo, pe­ro muy tenso. Solo dos días atrás, frente a Nuevitas, un submarino ata­có el convoy NC 18. El U Boat torpedeó y hundió el tanquero norteamericano Nickeliner, de 2 249 toneladas, cargado con agua amoniacal y el también tanquero cubano Mam­bí, de 1 983 toneladas, cargado de mieles.

Son las 5:15 de la tarde. Un sol de fuego cae sobre las espaldas de los marinos y la cubierta de la lancha. Están al norte de cayo Mégano, cuando se escucha el ruido del motor de un hidroavión Kingfisher, del escuadrón VS-62 de la Marina norteamericana basificado en el buque de cemento San Pascual fondeado en Caibarién. El aparato patrulla el canal buscando en las cristalinas aguas la indiscreta sombra de un tiburón nazi. De pronto gira, pica, colea, apaga y enciende el motor y deja caer un flotador de humo. Está marcando la posición de un submarino milla y media a la retaguardia del convoy.

Mario Rodríguez Delgado da má­quina y pone rumbo al humo, cuando el sonarista de guardia, Collado, le inf­or­ma que tiene el eco claro de un submarino a 1 600 yardas. ¡Za­fa­rran­cho de combate, velocidad máxima y car­gas preparadas para 150, 200 y 250 pies! A 350 yardas del blanco, Co­lla­do escucha nítidamente, además de los pings del equipo hidroacústico, el ruido de la propela del sumergible. Un pase sobre el blanco y tres cargas van buscando su objetivo. Ex­plo­siones que golpean el CS-13 como mandarriazos en la panza. Un nuevo pase. La cuarta carga se traba en la carrilera pe­ro el maquinista Juan Pé­rez la lan­za a pulso.

Esa fue definitiva. A través de los audífonos Collado escucha durante largo rato un glogloteo, señal inequívoca de que el casco del submarino se había quebrado y buscaba reposo en el lecho del mar, con más de 50 hombres en sus entrañas. Un surtidor de petróleo salió a la superficie y Rodríguez ordenó tomar muestras. Así terminó su carrera el U Boat-176 tipo IXC, que tenía en su haber tres patrullas y 53 307 toneladas de registro de mercantes aliados hundidos, incluyendo el Manzanillo. Pocos días antes, el 1ro. de mayo, su comandante, Reinier Dirksen, había recibido el ascenso a capitán de corbeta.

La operación se mantuvo en el más estricto secreto y no fue sino hasta 1946 cuando Mario Rodríguez Delgado fue promovido a alférez de corbeta y condecorado con la Orden del Mérito Naval con Distintivo Rojo.

La presencia del U-176 en aguas cubanas formó parte de la operación Paukenschalg (A tambor batiente), que concentró 23 submarinos en el golfo de México y el Caribe. Entre ellos estaba el U Boat 508, comandado por el teniente de navío Georg Staats, que hundió los mercantes cu­banos Santiago de Cuba y Man­za­nillo. Durante estos años, los submarinos alemanes torpedearon seis mer­cantes cubanos con el trágico saldo de 77 marinos muertos.

El almirante Samuel E. Morison, historiador oficial de la Marina de Guerra norteamericana, reconoció es­ta victoria en su trabajo, Historia de las operaciones navales de los Es­tados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, donde también elo­gió la capacidad y eficiencia de los marinos cubanos.

“El buque patrullero CS-13, co­mandado por el segundo teniente Mario Ramírez Delgado (1), giró  hacia el humo, hizo un buen contacto de so­nar y lanzó dos ataques perfectos con cargas de profundidad que aniquilaron el U-176. Este fue el único ataque exitoso contra un submarino hecho por una unidad de superficie menor que un PCE de 180 pies, así, el hundimiento es considerado justamente con orgullo por la pequeña pe­ro eficiente marina cubana”.

* Investigador del Instituto de Historia de Cuba

(1) En el texto original aparece Ma­rio Ramírez Delgado refiréndose al alférez de fragata Mario Ro­drí­guez Delgado.

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Soraya dijo:

1

1 de junio de 2016

07:46:52


Que historia, que valor y mas tarde timonel del Granma, maravilloso.

Orlando Triana dijo:

2

1 de junio de 2016

09:54:36


Es la 1ra vez que leo en la prensa el nombre de cada uno de los tripulantes del CS-13, más allá de Collado nuestro glorioso timonel del Yate Granma. Todos merecen ser tenidos en cuenta porque hicieron historia. En los años 70 del pasado siglo tuve el honor, el privilegio, de conocer y trabajar como subordinado de Mario Ramírez Delgado (que es el nombre correcto del Comandante del CS-13) quien permaneció en el país, fiel a la Revolución, desempeñándose como Capitán de la Marina Mercante Cubana. Un hombre sencillo e integro.

Osvaldo Escalona dijo:

3

1 de junio de 2016

11:04:07


Es un grandisimo orgullo haber acabado con un lobo de la jauría del Almirante Doenitz, de la poderosa maquinaria bélica nazi-fascista que asoló las aguas del Atlántico, y como vencedores, haber puesto nuestros esfuerzos en ello. Gloria a esos valientes.

Jose Luis Quiroga dijo:

4

1 de junio de 2016

11:21:55


Tuve la suerte y el honor de haber conocido a Collado. Humilde y EXCELENTE persona.

pablo andres pitaluga dijo:

5

1 de junio de 2016

12:05:52


Me llena de satisfacion que esta historia nuevamente vuelva a los titulares; pues el decada del 80 conoci a Luis Valdes, en el ultramarino pueblo de Regla quien fuera el contramaestre del caza-submarino CS-13, quien me conto con lujo de detalles, tal y como aparece en este articulo, resaltando como el maquinista Juan Perez al ver que la carga se traba la toma y la lanza con una serenidad extraordinaria. Gracias Ángel, tu artículo es un digno homenaje a aquellos hombres cuya proeza fue oculta durante años

Juan Carlos dijo:

6

1 de junio de 2016

13:13:44


Sabia que se habia combatido con los alemanes y se habia undido un sudmarino pero no conocia tantos detalles, seria bueno que se documentara mas esta historia que realmente es muy poco conocida.

Nébuc dijo:

7

1 de junio de 2016

13:15:41


"Durante la 2da Guerra Mundial los submarinos alemanes torpedearon 6 mercantes cubanos con el trágico saldo de 77 marinos muertos". Muchos habrán leído sobre este hecho histórico que nos acerca a la barbarie nazi en aguas del Caribe pero nos cala muy profundo el hecho del sonarista Norberto Collado que luego trajo la carga definitoria para defender la Cuba de hoy, además nunca imaginé el estrago en barcos y vidas cubanas como consecuencia de los submarinos alemanes en las aguas cercanas a nuestro archipiélago.

Jorge L Gomez dijo:

8

1 de junio de 2016

14:57:48


Bonito relato de la marina de Cuba,,pero fuera bueno,q lo mismo q,digeron de marinos cubanos muertos,,porque no digeron nada de la suerte de la tripulacion,,del sumarino,aleman undido,poel Cubano,,

singh dijo:

9

1 de junio de 2016

19:30:07


El hundimiento de U-176 fue el hecho más notable logrado por Cuba en la SGM. Como le tocó a la Isla en su condición de aliado menor de EE.UU., a la marina de guerra criolla le tocó, básicamente, la escolta de convoyes en el Mar Caribe y el Golfo de México. Los propios cazasubmarinos CS fueron recibidos como parte de la ayuda militar norteamericana para realizar esas tareas auxiliares. El inicio de la Operación Paukenschlag (Redoble de tambor) y no Paukenschalg, como aparece escrito en la crónica, dio la oportunidad del enfrentamiento al enemigo nazi-fascista. También el trágico saldo señalado en el trabajo de 77 marinos cubanos muertos por el hundimiento de sus mercantes. Si mal no recuerdo, personeros de la US Navy reprocharon al alferez de fragata Delgado abandonar demasiado rápido la zona del enfrentamiento. Tras la derrota de la Alemania fascista, se convencieron de la hazaña tras ocupar y revisar informes de la Kriegsmarine que señalaron la pérdida definitiva de comunicación con el U-176 alrededor de la fecha del hundimiento. En general, esta publicación es un digno homenaje a cubanos sencillos que cumplieron de manera ejemplar con su deber y luego, como el propio Delgado y Collazo, se incorporaron a la Revolución y a ella dedicaron el resto de sus vidas.

Miguel Angel dijo:

10

2 de junio de 2016

03:19:25


Otro excelente trabajo del investigador Ángel Jiménez, ya había leído la historia, fue publicada hace años en los medios de comunicación, de forma escrita y radial, pero no deja de impresionarnos y enorgullecernos por el valor de estos tripulantes y en particular de su comandante, el compañero Mario Rodríguez Delgado y el maquinista Juan Pérez, es preciso coraje, colocamos otro granito de arena en la lucha contra el fascismo alemán, recibieron su merecido castigo. Gloria a esta heroica tripulación.