ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
De izquierda a derecha Celedonio y Ricardo. Foto: Humberto Lister

ARTEMISA.—Un rendimiento de esos que no eran usuales alcanza la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Ni­ceto Pérez, del municipio de Güira de Melena: había logrado 11 000 quintales de papa por caballería. La prensa se hace eco de la noticia.

“Imagínate, por esa época se obtenían como promedio hasta 7 000, a veces”, explica Celedonio Raúl Barroso Pérez, uno de los fundadores, quien fungía como jefe de producción en ese momento. Dos días después, tras su regreso del Oriente del país, el 19 de mayo de 1981, Fidel visita la cooperativa, quería saber cómo lo habían conseguido.

Hoy varias fotos cuentan la historia de aquellos instantes, las cuales conservan con mucho orgullo en la Niceto Pérez, al igual que las palabras que dejara plasmadas el Co­man­dante en Jefe en el álbum de visitas.

“Con profunda satisfacción y optimismo por los primeros resultados de esta cooperativa…”, escribiría Fidel aquel día. Fundado el 2 de septiembre de 1979, este lugar ha sido visitado siete veces por el líder de la Revolución, según algunos de quienes más años han dedicado a ese sitio.

“La primera vez llegó sobre las dos de la tarde, y estuvo alrededor de tres horas. Lo atendió Gregorio Orlando Gómez —presidente de la cooperativa desde su fundación hasta su último adiós en agosto del 2010—, junto al organizador de la ANAP. Y no solo se interesó por la papa, sino también por el ajo, pues pretendía generalizar la siembra de este en el país.

“Hizo miles de preguntas, como es costumbre en él”, asevera Celedonio, quien rememora otras visitas algún tiempo después.

“En una oportunidad estábamos cerca de las matas de uvas, escuchándolo atentamente, y le dijo al presidente de la cooperativa: ‘Hay que trabajar duro Orlando’, a lo que este contestó: ‘Si, Comandante, trabajaremos’. Esa frase se convirtió para nosotros en un lema, y estuvo plasmada durante cierto tiempo en una de las paredes del centro”, agrega.

Ricardo Largacha Fiandor se desempeñaba como económico en ese entonces, y asegura que “también vino cuando la cooperativa alcanzó 325 000 quintales de producción total para ventas al Estado, primera ocasión que una CPA rebasaba los 300 000”.

Todavía recuerda, con especial gratitud, cómo esa visita le cambió su vida: tras una pregunta que le hizo Fidel durante un intercambio con un grupo de cooperativistas se vio motivado a matricular en la universidad para hacer la licenciatura en Economía.

Tanto Celedonio como Ricardo hablan con satisfacción de cada momento, de cuando vino con Robert Mugabe —presidente de la República de Zimbabwe—, o cuando se interesó por conocer el primer consultorio que se hizo en Güira de Melena, gracias a la labor de varios cooperativistas…

Y a pesar de no tener un vínculo directo con el Comandante, como el que quizá tuvo Orlando —quien dada su responsabilidad de­bía atenderlo en cada visita— narran los detalles como si hubieran vivido cada instante, porque indiscutiblemente Fidel, también forma parte de la historia de esta cooperativa.

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