
HOLGUÍN.—La lucha contra el mosquito Aedes aegypti prosigue. El vector es acosado por todas partes y con diversidad de fuerzas, entre las que sobresalen 390 reservistas de las FAR, integrantes del tercer contingente de este tipo empleado en el municipio cabecera en la Operación Salud.
Con el objetivo de conocer detalles de lo hecho, Granma abordó a la doctora Yanelis Calviño Vega, directora del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología.
—¿Cuál es el panorama que presenta el territorio a partir de la campaña iniciada el 22 de febrero de este año, tras el llamado del General de Ejército Raúl Castro al pueblo para enfrentar al vector?
—En la tercera etapa de lucha intensiva solo está el municipio de Holguín, que es el número 19 del país en esta situación. En el resto de los municipios hemos tenido focos, pero muy localizados, porque por lo general el mosquito ha sido detectado por los sistemas de vigilancia creados allí. Por eso hoy no tenemos transmisión en ninguno de aquellos.
“Si bien en el municipio cabecera las acciones emprendidas lograron una notable disminución de la transmisión de dengue, son intensas las labores de fumigación y de detección y destrucción de focos.
“Hoy el mayor número de estos últimos los tenemos en las áreas de salud de Máximo Gómez, Alcides Pino, René Ávila y Díaz Legrá. La situación es complicada allí porque el abasto de agua es discontinuo y las personas poseen muchos depósitos, gran parte con malas condiciones estructurales y no están tapados. Además, constituyen lugares con alta concentración de población y las condiciones higiénicas también son complejas.
“En la última semana, al insistir tanto en el cuidado a tener con los tanques bajos, están mejor tapados y se respetan más en general las indicaciones dadas, pero el problema se ha trasladado a los depósitos elevados, como demuestra el número de focos encontrados en ellos”.
—La evaluación del trabajo es constante, ¿puede definir las debilidades detectadas?
—Desde el año anterior vinculamos el operario de lucha antivectorial al equipo básico de salud, es decir, al médico y la enfermera de la familia. Pero nos falta que este trío marche al unísono y emprenda acciones diferenciadas con las viviendas en las que el trabajo contra el mosquito no es efectivo.
“Hoy tenemos un número importante de cargos que no están cubiertos porque los operarios han pedido la baja o están enfermos. Si no tenemos completo el personal técnico preparado para desarrollar el enfrentamiento, ya estamos en desventaja. No podemos permanentemente movilizar personal y traerlo a Holguín, donde hoy laboran de forma temporal 150 compañeros de los demás municipios nuestros, así como 47 de las provincias de Las Tunas, Granma y Santiago de Cuba.
“También debemos trabajar en el aumento de la calidad del trabajo técnico que realizan los operarios, entre otras cosas, para combatir la gran cantidad de huevos residuales de mosquito en los depósitos que no se cepillan correctamente. El operario es responsable de la eliminación del mosquito. Al hacer esto e instruir a la vez a los residentes de las viviendas, los huevos caen en el agua que tiene abate, producto que mata a las larvas tan pronto nacen.
“Aunque se ha hecho un intenso trabajo de divulgación, sigue el problema de las casas cerradas, causa de parte de las 750 contravenciones aplicadas por inspectores en lo que va de año.
“Muchas personas no comprenden que al ponerse en marcha la fumigación, es difícil regresar al sitio que quedó atrás. Los fumigadores realizan considerables esfuerzos con sus moto-mochilas y bazucas en medio del calor. Al día caminan grandes tramos. No responder positivamente pone en peligro tanto al que se niega, como al que colabora con la operación”.
—¿Cuáles otras lecciones han sacado de esta campaña?
—No debemos dormirnos en los laureles. En un momento determinado el mosquito, que aprovecha todas las oportunidades para perpetuar su especie, se apoderó del territorio. Por suerte hemos reaccionado con vigor y el Sistema de Salud en el territorio está más integrado y mantiene estrecha colaboración con otros organismos, principalmente Comunales y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.
“El ciclo de limpieza de focos se ha acortado. Hay lugares donde los ríos que atraviesan la ciudad se han saneado cuatro veces.
“Reconocemos la participación de los estudiantes de Medicina. Han realizado pesquisas de febriles, trabajo de destrucción de focos y acciones de educación para la salud. A partir del 3 de mayo la tarea se les asignó a los alumnos de segundo y tercer años de la carrera de Medicina, así como a los de
Tecnología de la Salud. Actúan acompañados de profesores y eso incrementa la calidad.
“Su trabajo es decisivo porque conduce a ingresar a todos los que padecen fiebre y determinar cuál es su causa. En agosto y septiembre pasados tuvimos días con varios centenares de ingresos y hasta hubo que abrir un centro más de aislamiento. Hoy la cifra de pacientes febriles ha disminuido a unos 20 y basta con las camas disponibles en los hospitales Lucía Íñiguez y Octavio de la Concepción y de la Pedraja (pediátrico).
“Pero no puede haber confianza porque en esta etapa debemos ingresar a todo el que tenga fiebre, para aislarlo, determinar si es dengue y así cortarle el camino a la propagación”.
COMENTAR
Habanera dijo:
1
11 de mayo de 2016
07:48:23
Responder comentario