
VILLA CLARA.—Durante más de 50 años de ejercicio de la profesión, el Premio Nacional de la Radio 2014 y recién nombrado Premio Nacional Periodismo José Martí por la Obra de la Vida, Luis Orlando Pantoja Veitía, siempre ha estado, como expresara el Apóstol, como los correos antiguos, “con el caballo enjaezado, la fusta en la mano y la espuela en el talón”.
La explicación de tal conducta habría que buscarla en su profunda vocación martiana, según me confesó hace unos días.
“Del Maestro aprendí que la Patria está ante todo y que lo más sagrado es el pueblo, a quien nunca un periodista puede traicionar, porque deja de ser creíble, y cuando eso ocurre, es mejor dedicarse a otro oficio, no al periodismo”.
La verticalidad de un hombre de su estirpe, fue lo que lo llevó a arriesgar tantas veces la vida por las ideas en las que siempre ha creído, razón por la cual hasta sufrió prisión en 11 ocasiones por defender, por sobre todas las cosas, la justicia y la verdad.
Fue en su natal Ranchuelo donde según él, gracias a su bravuconería y por andar en “cosas extrañas” como creer en las prédicas de Eduardo Chibás y Fidel Castro, se buscó problemas con la policía por primera vez. Eso fue en 1956. Luego en Santa Clara, La Habana y hasta en Estados Unidos, volvería a ir a la cárcel por “revoltoso” y por apoyar a aquellos jóvenes que combatían a la tiranía en el llano y las montañas.
Desde esta última nación sería deportado hacia Panamá, y de allí se trasladó a escondidas a Ecuador, país en el que reconoce comenzó a ejercer el buen periodismo, mientras escribía comentarios y artículos sobre la Revolución Cubana en medios tan diversos como los diarios La Nación y El Universo, además de la radio de aquel país.
En abril de 1959 regresó a Cuba, a su Patria que lo necesitaba y a la cual se ha entregado en cuerpo y alma hasta el día de hoy. Unas veces como cuadro político y otras como periodista, lo cierto es que Pantoja siempre ha estado en el lugar en el que ha sido más útil, según nos contó.
En su labor reporteril, el laureado periodista ha sido director de programas, locutor y editor en emisoras tan disímiles como Radio Progreso, Rebelde, la CMHW u otras muchas que han conocido de su competencia, en las que ha brillado su talento en programas de gran audiencia como A primera hora, Punto de vista, Hablando Claro o Pido la Palabra, entre otros.
Al indagar en los secretos de su maestría, señala sin titubeos: estar cerca del pueblo. Ese nunca se equivoca. Tal vez por eso, y mientra su salud se lo permitió, Pantoja salía bien temprano de su casa a recorrer las calles y escudriñar en los rincones de la urbe en busca de las cosas que no andaban bien, temas que luego llevaba a sus programas con una maestría inigualable.
Hoy, cuando ya no tiene la vitalidad de ayer, el pueblo lo sigue queriendo y reconoce en él al hombre que nunca tuvo “pelos en la lengua” para llamar las cosas por su nombre y defender la verdad, como el cabal soldado de la palabra que siempre ha sido.



















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Pp El Mayorquin dijo:
1
11 de marzo de 2016
08:01:00
pedro dijo:
2
11 de marzo de 2016
08:18:14
Felix Orestes Suarez dijo:
3
11 de marzo de 2016
11:36:27
Miguel Angel dijo:
4
11 de marzo de 2016
13:14:20
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