
Tiene más de un síntoma en común con otros virus como el dengue y el chikungunya, y su expansión creciente por 26 países de la región de las Américas, que han dado cuenta de transmisión, es motivo de preocupación para las autoridades sanitarias ante el riesgo real que representa para Cuba por su ubicación geográfica.
Hablamos de la enfermedad producida por el virus del zika, declarada por la Organización Mundial de la Salud como una emergencia sanitaria de alcance internacional y por ser además esta infección la principal sospechosa del incremento de malformaciones congénitas como la microcefalia en niños nacidos en Brasil, país de la región que hasta la fecha reporta el mayor número de enfermos de zika.
“Se detectó por primera vez en las Américas en el año 2014, específicamente en la Isla de Pascua, en Chile. Después, entre los meses de febrero y mayo del 2015 empezaron a aparecer casos en Brasil, principalmente en una zona llamada Pernambuco”, explicó a Granma el doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
En Cuba, puntualizó, hasta el momento no se han detectado casos con sospecha clínica o epidemiológica de este virus; pero no obstante el país se ha estado preparando para detectar y enfrentar cualquier transmisión que se pueda producir en el territorio nacional por el virus del zika.
De acuerdo con el entrevistado, esta enfermedad al igual que los virus del dengue (del cual se reportaron más de dos millones de casos en las Américas en el 2015), el chikungunya (del cual Cuba reportó en el 2015 casos importados, pero que ha presentado transmisión en 45 de los 55 países y territorios de la región) y la fiebre amarilla (no se reportan casos en Cuba desde 1909) se denominan arbovirus, ya que son transmitidos por mosquitos. “En el caso de las cuatro enfermedades mencionadas, estas se transmiten por mosquitos pertenecientes al género Aedes, especialmente el Aedes aegypti y el albopictus, los cuales ya la población cubana conoce, por el tiempo que llevamos batallando para eliminarlo o al menos reducir los índices de infestación”.

Este mosquito, refirió el experto, está distribuido en prácticamente todo el territorio nacional, y en varias provincias del país ha producido transmisión del dengue. “Por lo tanto, el riesgo de que pueda producirse la transmisión del virus del zika es real, porque el vector está presente”, alertó.
Para el doctor Durán García “solamente si no existe el mosquito, o sus índices de infestación son muy bajos, es que no existirá la posibilidad de que este nuevo virus se propague, y es algo que la población debe concientizar. Evitar la diseminación de este, y el resto de los virus ya mencionados requiere en primer lugar la eliminación del vector”.
El virus del zika se caracteriza por un cuadro clínico similar al producido por el virus del dengue y el chikungunya, pero tiene además características particulares. Al respecto, el doctor en ciencias, profesor e investigador titular del IPK, Eric Martínez Torres, explicó que el elemento distintivo, y que ha constituido en los países afectados el principal motivo de consulta es la aparición casi inmediata de un exantema maculopapular pruriginoso, “que pica notablemente y hace que la piel aparezca roja, se ve y se toca. Esta erupción se extiende desde la cabeza hacia el tronco y las extremidades”.
Otras de sus manifestaciones clínicas, señaló, son la aparición de fiebre moderada, dolores musculares y articulares, conjuntivitis no purulenta (enrojecimiento de los ojos), además de malestar y decaimiento. Sin embargo, según se ha reportado, la infección por virus del zika cursa de modo asintomático en un 70-80 % de los casos. “Ello significa que por cada persona que tiene síntomas, al menos cuatro infestados no tuvieron manifestaciones clínicas de la enfermedad, aun teniéndola y en condiciones de transmitirla”, dijo.
Asimismo, tanto el doctor Martínez Torres como el doctor Durán García, se refirieron a que este virus no tiene tratamiento específico, ni existe una vacuna preventiva. Entre sus principales complicaciones mencionaron el hecho de haberse evidenciado que en países con alta transmisión como Brasil, las embarazadas que tuvieron zika tienen un número mayor de niños con malformaciones congénitas como la microcefalia, así como la aparición de cuadros neurológicos y autoinmunes en personas que han padecido la enfermedad. En este sentido destacaron el Síndrome de Guillain-Barré, que provoca una parálisis progresiva, la cual puede incluso ocasionar la muerte.
Es útil recordar que los síntomas del dengue se caracterizan por fiebre alta, dolores de cabeza y musculares. Puede evolucionar a un dengue grave, con dificultades para respirar y hemorragias, entre otros, y puede causar la muerte si no se trata correctamente a tiempo. El chikungunya, por su parte, también puede presentar fiebre de inicio súbito, acompañado por dolor en las articulaciones.
“En un lugar donde coexistan zika y dengue, el seguimiento del paciente debe hacerse para descartar primero al dengue que es el que tiene una mayor tasa de mortalidad. Se recomienda consultar de inmediato al médico ante la presencia de fiebre o alguno de los síntomas que caracterizan estas enfermedades, el ingreso hospitalario, ingerir abundante líquido, usar mosquiteros y el seguimiento estricto. Es importante saber que cualquier enfermedad viral puede producir afectación miocárdica o encefálica y el reposo acostado es la forma de aliviar esos síntomas”, explicó el doctor Martínez Torres.
Actualmente se garantiza en el país el diagnóstico de laboratorio de zika, dengue, chikungunya y fiebre amarilla en el centro de referencia nacional Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK).
DEL MOSQUITO, UNA ACTUALIZACIÓN
A partir de la importancia que reviste conocer el comportamiento del mosquito Aedes, Granma conversó además con la doctora Carilda Peña García, directora nacional de Vigilancia y Lucha Antivectorial, quien señaló que persisten en el país elevados índices de infestación por mosquito Aedes aegypti.
“Hay un grupo de seis provincias que además de ser las que históricamente han tenido los mayores niveles de infestación, hoy los mantienen: La Habana con sus 15 municipios, Villa Clara, Camagüey, Holguín, Matanzas y Santiago de Cuba. Estas concentran el mayor riesgo, lo cual no quiere decir que no existan otros territorios donde los índices del vector también sean de mucho riesgo para la transmisión de esas enfermedades. De ahí que la población debe cumplir todas las medidas de enfrentamiento, prevención, vigilancia y lucha antivectorial”, dijo.
“El papel que juegan las comunidades organizadas en el control del vector es fundamental, en cuanto al ordenamiento del medio en las viviendas y centros laborales. Hoy no es despreciable el número de focos del mosquito Aedes aegypti que se detectan en los centros de trabajo; y la gran mayoría con responsabilidad de trabajadores y administraciones que no exigen el cumplimiento de las medidas higiénicas y no realizan autofocal laboral”.
De acuerdo con la entrevistada, si bien es cierto que quedan deficiencias técnicas por mejorar en el trabajo de la campaña antivectorial, también son muchas las personas que no perciben aún el riesgo de estas enfermedades, y no toman medidas ni favorecen y exigen la inspección de las viviendas. Son numerosos los locales que permanecen cerrados, tanto particulares como estatales; desconociéndose incluso la responsabilidad legal en que incurren entorpeciendo las acciones de control vectorial.
Ahora bien, sobre cómo enfrentar este fenómeno complejo toda vez que el riesgo se incrementa por la posibilidad de introducción del virus del zika al circular el mismo en prácticamente toda la región, la doctora Peña García aseguró que se refuerzan un grupo de medidas intensivas de enfrentamiento antivectorial, de ordenamiento del medio, comunicación de riesgo, superación profesional y asistencia médica.
Sobre ese aspecto mencionó la mayor organización e intensidad del tratamiento adulticida tanto intra como extradomiciliario, y teniendo en cuenta también el hábitat del mosquito Aedes albopictus. Este último tiene presencia en todas las provincias del país y hábitos tanto rurales como urbanos, lo cual complejiza su erradicación en tanto las medidas de control para este vector son las mismas que para el Aedes aegypti, a las que se suman otras como el tratamiento biológico y físico de zanjas y cañadas, oquedades de los árboles, limpieza de solares yermos, microvertederos y otras medidas de saneamiento.
En cuanto al tratamiento adulticida, conocido popularmente como fumigación, la especialista reiteró que “es extremadamente importante que la población colabore, pues es justamente este tratamiento el que mata al mosquito en su fase adulta, donde es capaz de transmitir la enfermedad”.
La entrevistada refirió que es vital la revisión y tratamiento de los tanques elevados, en tanto constituyen focos potenciales del vector. “Las personas tienen que facilitar la inspección de los mismos pues es responsabilidad de ellas hacer que su depósito sea seguro, y este es uno de los principales problemas que enfrentamos. No obstante, siguen siendo los depósitos bajos y para almacenar agua —factibles de prever o controlar con las acciones del autofocal— los que constituyen actualmente el foco mayor de cría del vector”.
Agregó la importancia de asesorarse en cuanto a la utilización de medios alternativos para el control del vector, como por ejemplo las larvitrampas caseras, que de no revisarse con la periodicidad requerida, lejos de convertirse en un freno pueden derivar en un foco generador.
La doctora Peña García subrayó que la disciplina y el cumplimiento de las medidas en el tiempo indicado por las autoridades sanitarias son un eslabón clave para lograr que si entra la enfermedad al país no se disemine, y lograr un nivel de contención en favor de la salud del pueblo. “La vía más efectiva sigue siendo eliminar los criaderos y aun cuando en ello tengan responsabilidad instituciones gubernamentales como Comunales, el interior de la vivienda es responsabilidad de la familia”.
Solamente con los niveles de infestación del mosquito transmisor el riesgo de introducción del virus del zika se eleva, y aumenta si consideramos la amplia cooperación e intercambio internacional de Cuba con la región, y el resto del mundo.
Pero hay algo cierto y seguro: las brechas de lo que hoy no sabemos aún sobre este virus, no deben demorar las acciones de cada uno contra su posible propagación. Porque no se trata solo del zika, este es apenas la más reciente amenaza de un viejo conocido: el mosquito Aedes aegypti, y viene siendo hora de desterrarlo de una vez de nuestras casas.



















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