
“(...) Al tercer intento de desfibrilación la alegría fue intensa al observar los latidos del nuevo corazón, eran ya cerca de las 5:00 a.m., por supuesto, nadie regresó a su casa...”
Era la madrugada del 9 de diciembre de 1985, y antes de aquella llamada telefónica urgente que recibiría el profesor Noel González Jiménez, informándole que acababa de ser donado un corazón con las características compatibles para ser trasplantado a uno de sus pacientes, quizá aún no parecía probable materializar la hazaña, que luego de aquel día pasaría a la historia como el primer trasplante cardíaco en Cuba, siendo el segundo país de América Latina en realizar este proceder.
Antes de esa madrugada, quizá tampoco el tabaquero Jorge Hernández Ocaña, de 38 años de edad, y quien fuera internado en la sala de terapia intensiva del Hospital Docente Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, aquejado de una grave dolencia cardiovascular que amenazaba su vida, tenía la certeza de que iba a vivir; e incluso festejaría la llegada del nuevo año junto a su familia y el numeroso equipo multidisciplinario que le devolvió la esperanza.
A 30 años de ese día, que marcaría en primer lugar el decursar de la trasplantología en esa rama en la institución, y también en el país, afloran los recuerdos de cuánto puede hacerse con talento y voluntad.
Recientemente, cuando el hospital Hermanos Ameijeiras celebraba su aniversario 33, el doctor Raúl Gómez Cabrera, quien fuese director del centro en aquellos años, recordaba justamente este hito.
No se habían propuesto la gloria del “primer trasplante de corazón”, tan solo salvarle la vida a ese hombre, y para ello hicieron lo impensable, comentó.
Y aquel acto quirúrgico, que mantuvo en tensión a todo un hospital durante días, fue un éxito, “porque quienes lo hicieron lo hicieron bien”, y a las pocas horas del suceso, antes de que clareara el día siguiente, ya Radio Reloj anunciaba a Cuba y al mundo la noticia.
PARA QUE HAYA LATIDOS…
Bajo la dirección del profesor Noel González Jiménez, quien actuó como cirujano principal en la extracción e implante del corazón, el equipo multidisciplinario que llevara a cabo el primer trasplante cardíaco estuvo integrado además por los cirujanos Virgilio Camacho Duvergel, Félix Duarte Castañeda; el anestesiólogo Antonio Cabrera Prats, la cardióloga Elba Garzón Rodríguez y los enfermeros Marta Corpión Pacheco, Jorge Tápanes Morejón y Carmen Delgado Verea, entre otros especialistas.
A las manos de González Jiménez, considerado como el pionero de los trasplantes intratorácicos en Cuba, llegarían los seis primeros trasplantes de corazón, aunque estaría presente en más del 50 % de todos los trasplantes de este tipo en el país, y en muchos de varios países de Europa, América Latina, el Caribe y Oriente Medio. Pero como buen líder comprendió que garantizar la capacitación y desarrollo de nuevos profesionales y confiar en las generaciones más jóvenes era la forma de que perdurara y se consolidara este servicio en el hospital, y al calor de sus enseñanzas muchos profesionales se formaron.
De esa escuela es el doctor Manuel Nafeh Abi–rezk, hoy jefe del Grupo de Trasplante Cardíaco del Hospital Hermanos Ameijeiras, y quien refiere a Granma que este primer trasplante, el cual iniciara una larga historia de consagración a la actividad en el centro, fue posible solo después de una ardua labor de entrenamiento por parte de todo el grupo, así como de las estructuras administrativas y de servicio del hospital, en un ambiente de tensión científica.
“A partir del propio año 1985, el hospital establece el Programa de Trasplantes, uno de los de mayor experiencia y éxito de Cuba. El equipo trata de satisfacer todas las necesidades de los candidatos a trasplante, incluso las emocionales, familiares y financieras”, puntualizó el especialista.
“Pero que una intervención tan compleja como es un trasplante de corazón resulte satisfactoria, solo es posible mediante la armonía, sinergia y acción conjunta de cirujanos, anestesiólogos, intensivistas, enfermeros, perfusionistas, psicólogos y muchos más trabajadores del centro”, comenta el doctor Nafeh Abi–rezk.
Se trata, dice, de una constante alerta, no importa donde estés, y ello lleva implícito una alta cuota de sacrificio personal y familiar, porque “el equipo siempre tiene que estar listo y no solo en el momento del acto quirúrgico. Un trasplante cardíaco lleva detrás un trabajo profundo en la selección de los receptores y el seguimiento de los mismos, por ser pacientes que presentan insuficiencia cardíaca en estadios terminales.
Por entre cinco y diez receptores listos, se estudian más de 50 pacientes, los cuales llevan un protocolo complejo donde la sapiencia de los profesionales y técnicos dedicados a esta actividad es definitoria”, explicó.
De acuerdo con el especialista, el promedio de vida de los cubanos que han recibido trasplantes de corazón oscila entre uno y 14 años. “Las gráficas de supervivencia de trasplante cardíaco en Cuba están en cifras muy cercanas a los países del primer mundo. Pero por ejemplo, hasta el pasado año tuvimos al tercer trasplantado más viejo del mundo con 28 años, Maximiliano Velázquez, 'Malanga', como cariñosamente le decían”.
Si bien el proceder de trasplantar un órgano, cualquiera sea, debe realizarse con rapidez, en el caso del corazón —explica el entrevistado—, apenas cuatro horas y 30 minutos es el máximo de tiempo para extraer e implantar el órgano en el receptor, pues no es posible conservar el corazón en una solución cardioprotectora bajo una temperatura de menos de cuatro grados ni un minuto más allá de este rango.
Es por ello que es imprescindible la coordinación entre distintas instituciones y entidades como el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio del Interior, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la Policía Nacional Revolucionaria, entre otras, con el propósito de lograr la realización de las cirugías y el traslado del órgano en breve tiempo, a veces por ejemplo, de una provincia del oriente a la capital. En ese punto, el también profesor titular señala que fue justamente nuestro país el que realizara el primer rescate de corazón a distancia en América Latina.
Otro de los grandes logros científicos de la medicina cubana en este campo, dijo, sería el uso en el año 1990 de un corazón artificial genuinamente cubano, el Coramec-100, que serviría para mantener vivo al receptor en tanto llegara el corazón que necesitaba. Este equipo, de un alto costo por la tecnología que requería, sería empleado en una intervención quirúrgica dirigida también por el profesor Noel González; y su uso futuro se vería limitado luego con la llegada del periodo especial y la crisis económica.
Por otra parte, el experto señaló que “la procuración de donantes es un problema mundial, teniendo en cuenta que ha disminuido en un 40 % la actividad de trasplante en el siglo XXI, lo cual está relacionado principalmente con la gestión de procuración de donantes, si bien las técnicas alternativas al trasplante también han disminuido la cantidad de receptores”.
¿Cómo se logra entonces en un país como el nuestro, con recursos y medios limitados, el funcionamiento exitoso de un programa de trasplante de órganos y tejidos?
“Lo más importante es tener como premisa que el paciente es lo primero. Requiere además de la atención directa al Programa por parte del Ministerio de Salud y el Estado, de modo que siempre exista el aseguramiento médico, social y económico de los trasplantados. Asimismo, la utilización óptima y consciente de los recursos destinados al programa, que no puede sostenerse sin una información detallada en los medios de comunicación y de ser posible desde los estudios primarios que ayuden a formar una cultura de la donación en la población. Ello además debe ir de la mano del convencimiento de profesionales y técnicos, del beneficio humano que representa la labor que realizan, sin ganancias lucrativas y de la infatigable elevación del nivel científico e investigativo de nuestros profesionales a cualquier costo”, explicó el doctor Nafeh Abi-rezk.
Los 148 pacientes que hasta la fecha han recibido un corazón; y el equipo multidisciplinario del hospital Hermanos Ameijeiras que ha protagonizado esta tarea —el cual tiene el mérito de haber realizado además tres trasplantes cardiopulmonares (el primero en Latinoamérica) y el primer trasplante de pulmón en Cuba—; saben de la suerte de haber recibido la bondad de otros y haber estado en las manos de excelentes profesionales, lo cual solo ha sido posible bajo la concepción de un sistema de salud como el cubano. Una pelea por la vida, de todo corazón.
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adrian dijo:
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9 de diciembre de 2015
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dennis dijo:
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9 de diciembre de 2015
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Lourdes Galvez dijo:
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