ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La salud de los trabajadores no es­tá condicionada solo por los peligros en el lugar de trabajo, sino también por factores sociales e individuales. Foto: Ricardo López Hevia

Acercar la atención sanitaria tan­to como fuese posible a los lugares en que viven y trabajan las personas, es un desafío que los sistemas de salud reconocieron desde la de­cla­ración de Alma Ata hace ya más de tres décadas. El reto —que tomaba en cuenta el hecho de que los trabajadores constituyen la mitad de la población del mundo y son los máximos contribuyentes al desarrollo económico y social de los pueblos— aún se mantiene vigente.

Es una realidad que tanto el em­pleo como las condiciones de trabajo tienen efectos importantes sobre la equidad en materia de salud, y las investigaciones han demostrado que cuando ambos aspectos son favorables pueden reforzar la protección y la condición social, el desarrollo personal, las relaciones sociales y la autoestima, la protección contra riesgos físicos y psicoso­ciales .

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que es justamente la salud de los trabajadores un requisito previo esencial para los ingresos familiares, la productividad y el desarrollo económico. Por lo tanto, el mantenimiento y restablecimiento de la capacidad de trabajo es una función importante de los servicios sanitarios.

Estadísticas internacionales dan cuenta que a nivel mundial hay casi 140 millones de casos nuevos al año de enfermedades profesionales u ocu­­pacionales, y siempre no son iden­tificadas como tales.

No obstante, los expertos alertan que la salud de los trabajadores no es­tá condicionada solo por los peligros en el lugar de trabajo, sino también por factores sociales e individuales.

Hoy, cuando muchos países reformulan sus sistemas de salud sobre los preceptos de la atención primaria, con el propósito de mejorar la prestación de los servicios y la relación costo eficacia; y asegurar la equidad, emerge en los debates nacionales sobre las reformas sanitarias la insuficiente colaboración entre los sectores de la salud y el trabajo, así como sobre la organización de los servicios de sanidad preventivos y curativos para las poblaciones activas y su relación con la atención primaria.

CUBA: OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS

¿Cuál sería entonces el papel de la salud ocupacional en la atención primaria? Fue este un eje fundamental del debate en el reciente Taller Nacional de Salud Ocupacional. La cita, que con­tó con la presencia de representantes de la OMS y la Or­ga­nización Panamericana de la Salud (OPS), examinó el Programa Nacio­nal de Salud Ocupacional y actualizó el Pa­norama de Salud de los Traba­jadores, con vistas a perfeccionar y trabajar la experiencia cu­bana como un modelo para el resto de los países de la región y del mundo.

Granma conversó con el doctor Ivan D. Ivanov, jefe de equipo de sa­lud para los trabajadores del De­partamento de salud pública y las de­terminantes sociales y medioambientales de salud de la OMS, quien dijo estar encantado con la oportunidad de poder “seleccionar a Cuba para este proyecto demostrativo, de cómo un país de la región de las Américas pue­de utilizar los planes mundiales y re­gionales para reforzar su sistema de salud, y la de los trabajadores, y al mismo tiempo para transmitir la experiencia cubana a otros países”.

Para el experto, el proyecto de colaboración entre la OMS, la OPS y el ministerio cubano que atiende estos temas tiene co­mo propósito realizar el plan mundial de la OMS para la salud de los trabajadores y fortalecer todos los elementos del sistema según la dirección del cambio económico en la Isla. “Cuba tiene muchas tradiciones como un estado con orden político socialista, es normal que los trabajadores tengan prioridad en esta materia. Hoy hay desafíos para el país en este sentido ante las nuevas formas de economía que se establecen, la descentralización, el crecimiento del sector privado, los cuentapropistas, la entrada de capital extranjero; pero también hay oportunidades para proteger la salud de los trabajadores”, dijo.

Se trata, subrayó Ivanov, de que “no se pierda el nivel ya muy avanzado del sistema sanitario y de protección bajo los cambios y la presión económica. Es una ventaja enorme que el sistema garantice el acceso a todos a los servicios, incluyendo a los trabajadores, algo que no tenemos en otros países donde hay un sector informal muy grande. En la India, por ejemplo, el 70 % de los trabajadores son de este sector, con ningún acceso a protección y a cuidado de este tipo. Es una garantía que Cuba necesita preservar”, su­brayó.

Para el representante de la OMS, “el al­to nivel de formación de profesionales y personal médico y paramédico de la atención primaria como los que tiene Cuba, apenas podemos soñarlo en algunos países. Es un aspecto muy fuerte del sistema de salud de este país y la OMS ve a Cuba como un ejemplo para el desarrollo de la atención primaria y de cómo pue­de organizarse”.

Es esencial revitalizar el liderazgo y las capacidades de los ministerios respecto a las actividades de salud de los trabajadores, añadió. “Este asunto necesita una muy bue­na colaboración con el sector de la salud; pero es también un elemento de empleo decente y por eso se necesita involucrar a los Ministerios de Tra­bajo. Lo que vi en Cuba es una muy buena colaboración entre los diversos sectores co­mo salud, trabajo, asuntos internos, medio am­biente… algo que es muy importante hoy día cuando de­sa­rrollamos políticas de protección del medio ambiente”.

Nuestro rotativo conversó además con Ju­lieta Rodríguez Guzmán, asesora regional en salud de los trabajadores de la OPS, para quien nuestro país “tiene una gran fortaleza porque tiene una historia larga de atención a los trabajadores”.

La experta coincide con el doctor Ivanov en que la renovación que hay en materia legislativa de cara a un nuevo modelo socioeconómico y con el claro interés de mejorar la salud de los trabajadores, es una oportunidad. “En este momento en Cuba coinciden estos elementos de una manera realmente maravillosa, se está invirtiendo en el Instituto Nacional de Salud de los Tra­ba­ja­do­res que es un centro colaborador muy activo de la OPS, con quien venimos trabajando desde 1994, de manera que para nuestra organización es muy grato ver desde la mirada regional esta profunda inyección y voluntad política, esta inversión tanto en infraestructura como en capital humano”, dijo.

UNA MIRADA DESDE DENTRO

“La salud ocupacional no es un asunto que se atiende solo desde el Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores, sino que interviene en ella un grupo coordinado de sectores donde se incluye la Dirección de salud ambiental del Minsap, y participan activamente representantes de los ministerios de Trabajo, Citma, Minint en lo relativo a incendio y sustancias peligrosas y la Central de Tra­bajadores de Cuba”, explicó a es­te dia­rio María Esther Linares Fer­nán­dez, directora del Instituto.

“La de los trabajadores for­ma parte de la salud integral y es un ob­jetivo fundamental de nuestro sistema. No se trata solo de dirigir nuestras acciones a las enfermedades profesionales o a los accidentes, sino deben estar dirigidas también a las enfermedades crónicas no transmisibles y a las transmisibles con énfasis en la promoción y prevención de salud, y en la adopción de estilos de vida sanos”.

La especialista enfatizó en la im­portancia de tener un sistema accesible con amplia cobertura donde la salud ocupacional tiene un espacio. “Nuestro programa parte desde la atención primaria de salud, y después hay un camino que se transita en dependencia del estado del trabajador. Lo primero es definir cuando comienza a trabajar si tiene condiciones y aptitud para ubicarse en ese puesto de trabajo o hay que hacerle modificaciones al puesto o proponerle otro que no le vaya a afectar. Son muy necesarios los exámenes médicos periódicos que se les realizan a los trabajadores en el transcurso de su vida laboral, los cuales puede realizarse a nivel de la comunidad. Pasamos a un segundo nivel de atención cuando no estuvieron controlados todos los riesgos laborales y el trabajador puede tener una enfermedad profesional o un accidente”.

Ahí, dijo Linares Fernández, es donde radica la responsabilidad del empleador, “porque no es un asunto solo de salud. El código de trabajo lo establece muy bien, el empleador tiene que garantizar condiciones de trabajo, que no es solo brindar una buena alimentación, sino también prevenir los riesgos laborales, y por supuesto capacitar al trabajador para que él mismo sea un protector”.

“Todo lo que está relacionado con el universo de actividades laborales incluye la actividad del cuentapropista, que hay que seguirla trabajando. Es una modalidad nueva, y cada vez seguimos integrando ac­ciones de prevención y promoción dirigidas a este sector. Pero el em­pleador tiene obligaciones es­table­cidas; los contratos que us­ted firma para hacer una actividad con un cuentapropista tienen que tener re­gistrado la obligación del empleador de garantizarle las condiciones de salud y seguridad en el trabajo, lo cual contempla también la utilización de los medios de protección; y tiene además la entidad que los recibe garantizar que las condiciones de la actividad sean seguras”, ex­presó.

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alexander dijo:

1

10 de diciembre de 2015

08:06:24


Buen día, alex te comparto información de interés