ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Estudio Revolución

Al concluir el acto por el aniversario 62 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, tomó la tribuna y expresó a los santiagueros su fe inquebrantable en la valía de ese pueblo: No podía pasar por aquí sin decirles algo. Tres palabras o cuatro. Me voy con la fiel esperanza de que siempre Santiago siga siendo Santiago.

Sus palabras fueron la síntesis del sentimiento de continuidad que se respiró en cada instante que duró la conmemoración de una fecha tan sagrada para la Patria: 26 de julio. Desde el propio comienzo se sintió en el cálido aire de la madrugada, cuando representantes de las nuevas generaciones de cubanos entraron en la actual ciudad escolar de la mano de aquellos hombres que, a riesgo de sus vidas, fueron a conquistar la libertad aquella mañana de la Santa Ana.

A la celebración, junto a Raúl, también asistieron varios miembros del Buró Político del Partido, el Consejo de Estado, las autoridades del Partido y el Gobierno del territorio, expedicionarios del Granma y combatientes de la lucha clandestina, Héroes de la República de Cuba, amigos solidarios con Cuba y representantes del pueblo santiaguero.

Tras la declamación por una pionera del poema Era la mañana de la Santa Ana, del Indio Naborí, y las notas del Himno Nacional, se realizó el pase de lista de los caídos en la acción o asesinados por la tiranía de Fulgencio Batista, como represalia ante la osadía de los jóvenes revolucionarios.

La pionera de cuarto grado Chanel de las Mercedes Chapel Rodríguez, se dirigió a los presentes para recordar cómo era la Cuba antes del 1ro. de enero de 1959, y expresar que el deber de las nuevas generaciones de cubanos con aquellos que hicieron la Revolución es estudiar y preservar las conquistas.

El médico internacionalista Emiliano Sosa habló en nombre de los trabajadores que en Cuba y otras partes del mundo laboran como guardianes de la salud de muchos pueblos. Como integrante de la brigada Henry Reeve que trabajó enfrentando el ébola en tierras africanas, recordó los tensos y decisivos momentos vividos ante esta epidemia y que fue Cuba, un pequeño país sometido al bloqueo, quien respondió al llamado que hizo la Organización Mundial de la salud y marchó al enfrentamiento contra un enemigo invisible.

“A ellos (Fidel y Raúl), a nuestro pueblo que vivió con nosotros minuto a minuto, sufrió la enfermedad de Félix Báez y lloró la muerte de dos de nuestros compañeros; este es nuestro homenaje”. Es también un homenaje a los jóvenes que asaltaron el Moncada, a los que cayeron y los que siguen aquí iluminando el corazón de los revolucionarios cubanos y del resto de mundo. Con ellos hacemos el compromiso de continuar perfeccionando el sistema de salud cubano y nuestra disposición de enfrentar todas las misiones que sean necesarias, concluyó.

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