ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

El interés y necesidad de la historiografía por el análisis de lo ocurrido durante las tres guerras independentistas cubanas en el siglo XIX afectó de algún modo el estudio riguroso y sistemático de otros momentos también importantes y heroicos, como por ejemplo el periodo conocido como Tregua fecunda o Reposo turbulento, comprendido desde finales de la Guerra Chiquita, en 1880, hasta el comienzo de la tercera y última, en 1895.

Mucho se refiere o comenta acerca de esa etapa, pero no se conoce a profundidad todo lo que sucedió en ella, ni su verdadera significación en el largo y tortuoso andar de nuestro pueblo en pos de la independencia, la libertad y la justicia social. Incluso, no contamos aún con suficientes textos o ensayos que analicen objetivamente este periodo como parte de un proceso inevitable por el cual tuvieron que transitar los revolucionarios cubanos, independientemente de sus errores y aciertos.

Son estas, entre otras, las razones por las cuales he considerado conveniente reflexionar sobre algunas cuestiones y hechos de lo que se gestó y desarrolló en aquellos 15 años.

A la firma del Pacto del Zanjón le siguió el intento del Mayor General Antonio Maceo junto a un grupo de oficiales, entre los cuales figuraban José Maceo, Guillermón Moncada, Quintín Bandera y Limbano Sánchez, de salvar la revolución mediante la gloriosa Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1878. En estas páginas reseñamos anteriormente la conducta del entonces teniente coronel villaclareño Ramón Leocadio Bonachea, quien también rechazó dicho pacto y decidió seguir combatiendo con un pequeño destacamento en la parte central de la Isla hasta el 15 de abril de 1879, cuando depuso las armas mediante la Protesta de Hornos de Cal, en Jarao, Sancti Spíritus, aclarando que lo hacía sin aceptar dicha capitulación y hasta otro momento cuando pudiera reiniciarse nuevamente la lucha por la independencia definitiva de Cuba. Posteriormente se desarrolló la Guerra Chiquita, de 1879 al 1880, bajo la conducción del General Calixto García Íñiguez, quien presidía el Comité Revolucionario Cubano en Nueva York.

Tras su fracaso, los cubanos no desistieron de la vía armada para independizarse de España, ya que no obstante los duros reveses, sacrificios y la sangre derramada, los emigrados revolucionarios residentes en Nueva York, Cayo Hueso, Jamaica, República Dominicana, Centroamérica y otros sitios comenzaron a reagruparse en juntas, comités, clubes y cuantas organizaciones pudieron imaginar con el objetivo de proseguir la lucha encabezados por los veteranos más radicales y prestigiosos.

En un inicio esas agrupaciones revolucionarias no respondían a una organización central con objetivos y orientaciones definidas, ni contaban con la unidad necesaria para asegurar la victoria. Con el propósito de satisfacer demanda tan perentoria, el 12 de noviembre de 1882 varios emigrados de Nueva York, entre ellos José Martí, Salvador Cisneros Betancourt, Cirilo Pouble, Enrique Trujillo y Cirilo Villaverde, se reunieron y analizaron todo lo realizado hasta esa fecha y lo que correspondía hacer en el futuro, y nombraron a una comisión que convocara a otra reunión. Esta se efectuó el 20 del propio mes con la participación de 23 personas, cifra mayor que la anterior. En ella se volvió a discutir acerca de los métodos de lucha. José Martí se opuso a toda tendencia dictatorial que algunos querían imponer con el pretexto de las conocidas pugnas y dificultades surgidas entre los civiles y los militares durante la Guerra Grande. Por eso polemizó, tratando de aprovechar lo creado para mantener la unidad alcanzada entre los allí reunidos y seguir adelante.

Finalmente quedó constituido un Comité Patriótico Or­ga­ni­zador de la inmigración cubana en Nueva York y sus suburbios, bajo la dirección de Salvador Cisneros Betancourt, Juan Arnao y Manuel de la Cruz Beraza. Pero ese órgano quedó di­suelto en reunión efectuada el 7 de julio de 1883 y dio paso al Comité Revolucionario Cubano, bajo la dirección de Juan Ar­nao, Cirilo Pouble, Leandro Rodríguez y Juan Bellido de Luna, entre otros.

La nueva organización política realizó sus labores hasta el segundo semestre de 1884, cuando los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo llegaron a Nueva York, procedentes de Honduras, con el objetivo de aceptar las reiteradas solicitudes que les hiciera el propio Comité para que se pusieran al frente del movimiento independentista y promovieran la insurrección en Cuba —el conocido como Plan Insurreccional Gómez-Maceo—, desarrollado desde la segunda mitad de 1884 hasta septiembre de 1886, cuando el propio Máximo Gómez anunció en la prensa su total fracaso a pesar de los esfuerzos realizados.

Es bueno señalar que en la década de 1880 y particularmente entre mediados de 1883 y hasta agosto de 1884, el Club de Independencia No.1 y el Comité Revolucionario Cubano creado como ya indicamos anteriormente en julio de 1883 monopolizaron la vida política de la emigración. En estas circunstancias ambas organizaciones, con el objetivo de reiniciar la lucha armada en Cuba, acuerdan y ponen en marcha un plan de expediciones combinadas simultáneamente por tres puntos del país, al frente de las cuales vendrían los generales Carlos Agüero Fundora por la parte occidental, Ramón Leocadio Bonachea Hernández por Las Villas y Limbano Sánchez Rodríguez por Oriente. Los dos últimos se preparan en paralelo e independientemente del plan insurreccional Gómez-Maceo ya mencionado de 1884 a 1886.

Y así con tal objetivo salió de Cayo Hueso rumbo a Cuba Carlos Agüero al frente de su expedición independentista, acompañado de más de 20 hombres, el 1ro. de abril de 1884. Desembarcaron por Punta de Hicacos, en Cárdenas, Ma­tanzas, el 3 del mismo mes. Estuvieron combatiendo heroicamente varios meses hasta que el 5 de marzo de 1885 cae en una emboscada Carlos Agüero.

Ramón Leocadio Bonachea, luego de una labor incesante y muchos esfuerzos durante casi cinco años de preparación, logra salir hacia Cuba en la madrugada del 30 de noviembre de 1884 desde Jamaica a bordo del Roncador, con otros 14 expedicionarios y entre ellos cuatro marinos griegos. Pero los vientos llevaron la embarcación hacia Las Coloradas, el 2 de diciembre, y fueron apresados por barcos españoles al otro día al amanecer, cuando intentaban reembarcarse hacia su destino, debido a una delación de vecinos del lugar y conducidos primero a Manzanillo y luego a Santiago de Cuba, donde fueron juzgados. Bonachea y cuatro de sus compañeros fueron fusilados en la mañana del 7 de marzo de 1885 en la explanada del Morro de Santiago de Cuba y el resto de los expedicionarios condenados a presidio.

Y finalmente del plan con las tres expediciones faltaba por arribar a la Isla la tercera bajo el mando del Mayor General Limbano Sánchez Rodríguez, el cual es un apasionante y a la vez controvertido y polémico personaje de nuestras gestas independentistas, quien a pesar de haber dedicado toda su vida con absoluta lealtad y consagración a la libertad de Cuba, no ha sido suficientemente estudiado y reconocido por la historiografía cubana como se merece.

Apenas se ha escrito sobre su persona y quehacer revolucionario y la mayor parte de quienes lo han hecho solo han repetido las narraciones que se relacionan con su participación durante los incidentes de insubordinación e indisciplinas en 1875 y 1877 (en Lagunas de Varona y Santa Rita), los cuales ciertamente afectaron la unidad entre los revolucionarios cubanos y como es lógico fueron aprovechados por los colonialistas y militares españoles para su labor divisionista.

Algunos solamente lo recuerdan por el dramático, triste y doloroso pasaje que aparece en la interesante película Baraguá, del cineasta e historiador cubano ya fallecido José Ma­ssip, cuando producto de los acontecimientos de 1875 y 1877 señalados anteriormente lo vemos en una escena apuntando con su revólver al pecho del General Antonio Maceo, quien en un fuerte altercado lo llama al orden y la disciplina. Como eran patriotas verdaderos y héroes sinceros terminaron abrazándose, y tiempo después Limbano estaría entre el pu­ñado de bravos que secundaría al Titán en su Protesta.

Limbano Sánchez, debido a su arrojo y valentía frente al enemigo colonialista español, mereció de manera espontánea que sus compañeros insurrectos lo apodaran el León holguinero, por haberse destacado en ese territorio oriental, aunque realmente había nacido en Santiago de Cuba, según confiesa él mismo en varias cartas manuscritas con su firma que aparecen en su Expediente como desterrado político en España desde 1880 hasta 1884, localizado por el autor de este artículo en el Archivo Histórico Nacional de Madrid durante investigaciones realizadas en ese país en 1977 y 1978.

No se puede opacar ni silenciar, porque sería injusto, su destacado y brillante historial al servicio de la independencia cubana. Durante la Guerra Grande combatió bajo las órdenes de Máximo Gómez y Calixto García. Fue tan destacada su participación desde los primeros momentos en dicha contienda que por sus méritos y reconocimientos aparece citado varias veces junto a las grandes figuras de la revolución del 68 en el libro La tierra del mambí, del escritor irlandés y corresponsal del New York Herald, en la década de 1870, James O’Kelly, quien fue uno de los primeros periodistas en entrevistarse y compartir con Carlos Manuel de Céspedes y otros importantes jefes del Ejército Libertador cubano.

Cuando se produjo el Pacto del Zanjón, en febrero de 1878, Limbano lo rechazó resueltamente con sus combatientes en la zona oriental y estuvo con toda su aguerrida tropa acompañando al Titán de Bronce en la viril y gloriosa Protesta de Baraguá, el 15 de marzo. Después de la Protesta y la continuación de la guerra, Limbano fue uno de los últimos jefes en deponer las armas y presentarse con su tropa, en mayo de 1878. Desde el inicio de la Guerra Chiquita se alzó en Baracoa. Tras el fracaso de este nuevo esfuerzo, Limbano, José Maceo, Guillermón Moncada y Quintín Bandera fueron traicionados, apresados en altamar y enviados por la fuerza como prisioneros políticos desterrados a España.

Limbano cumplió su difícil y doloroso cautiverio en cárceles de Chafarinas, Ceuta y en Madrid desde 1880, hasta que a fines de junio y principios de julio de 1884 se fugó de España por Gibraltar junto a otros patriotas, con la ayuda de la emigración cubana en Nueva York que lo habían contactado para que se pusiera al frente de una expedición independentista. Tan pronto llegaron a los Estados Unidos de Norteamérica en el segundo semestre de 1884, Limbano fue nombrado jefe militar de la expedición y el coronel Francisco Varona Fornet encargado de su organización en el exterior.

Luego de enormes sacrificios y dificultades para adquirir el armamento, municiones y el buque que los conduciría a Cu­ba, Limbano y sus hombres decidieron salir del territorio nor­teamericano debido a la rigurosa y constante vigilancia y persecución de los agentes y espías al servicio de España y los Estados Unidos. De esa manera y con gran sigilo, tras pasar por diferentes lugares, Limbano partió desde República Do­mi­nicana rumbo a Cuba el 7 de mayo de 1885. Eran en total 12 expedicionarios y tras algunos tropiezos durante el desembarco llegaron a las costas de Cuba por Baracoa, Guan­tá­na­mo, en dos grupos por separado, al amanecer del 18 de mayo de 1885. En el primero iban Limbano y Francisco Va­rona Fornet (Panchín) con otros expedicionarios y en el segundo, con la otra mitad de los hombres, el Brigadier Ra­món Gon­zález (Mongo).

Desde los primeros momentos sostuvieron cruentos combates con tropas españolas superiores en hombres y armamentos y fueron perseguidos constantemente. El Gobernador General de Cuba decretó el Estado de sitio en toda la provincia de Santiago de Cuba para evitar la incorporación y ayuda de la población a los combatientes expedicionarios, aunque de todas maneras se les unieron algunos hombres de la zona. Poco a poco, a pesar de la heroica resistencia del destacamento de Limbano, unos fueron cayendo en combate y otros apresados al caer heridos. En tales complejas circunstancias, cuando ya no tenían qué comer ni beber, Limbano y el brigadier Ramón González decidieron alejarse de la zona de operaciones y cayeron en una emboscada el 27 de septiembre del mismo año de 1885. Perecieron combatiendo heroicamente, y no envenenados como se ha dicho.

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Jordan dijo:

1

26 de mayo de 2015

01:39:04


Saludos cordiales: Excelente artìculo muy necesario para que las actuales y futuras generaciones de cubanos dentro y fuera de la isla conozcamos mejor nuestra rica historia . Muchas gracias por su elaboraciòn y publicaciòn!! Quizàs no venga al caso, pero me interesarìa mucho si alguna vez publicaran los nombres de todos los patriotas que acompañaron al Titan de Bronce en la històrica Protesta de Baraguà.Desde ya, otra vez muchas gracias . Afectos

berto dijo:

2

26 de mayo de 2015

11:47:52


Honrar honra y honor a quien honor merece. Muy bueno el artículo

conrado llanes dijo:

3

26 de mayo de 2015

21:14:16


La profundidad de los articulos a los que nos tiene acostumbrado el Historiador, con mayuscula , evidencia como tantas otras veces una busqueda exhaustiva y detallada de los datos historicos disponibles, unase a ello su estilo desenvuelto y ameno y entonces es facil de explicarse el porque sus articulos son tan gratos al leerseles; esperemos por el proximo con la exortacion al escritor de que no ceje en sus investigaciones, conrado.

Raul dijo:

4

27 de mayo de 2015

04:36:47


La “tregua fecunda” y el General Limbano Sánchez

Manuel Isabel Cabezas Sánchez dijo:

5

24 de septiembre de 2016

19:10:43


Yo siempre supe que el hera mi bisabuelo, Pero nose como relacionarlo familiarmente con mis antepasados, vivo en California los estados unidos, y me encantaria saver de sus raises familiares, para poder enseñarles a mis hijos de nuestra desendecia, y cultural, les agradecieramos infinitamente si pudieran escribir mas de su vida antes de las guerras.

Agustin león degado Respondió:


18 de septiembre de 2023

14:01:47

Me comociono este comentario mi abuela es nieta de limbano Sánchez e in cluso tenemos fotos dedicadas de su puño y letra me interesaría intercambiar con usted

Agustin león degado Respondió:


18 de septiembre de 2023

14:11:04

Tengo en mi poder fotos de limbano Sánchez firmado de su puño y letra . Mi abuela es bisnieta de el quisiera compartir con usted

agustin Respondió:


28 de noviembre de 2023

14:43:01

quisiera contactar con usted

Manuel Isabel Cabezas Sánchez dijo:

6

24 de septiembre de 2016

19:14:47


Tambien led queria agradeser port sus efuersos y estudios, muy linda la historian de nuestra patria, y su tema es facinante.

leandro dijo:

7

1 de febrero de 2018

16:05:56


mira esto