Llamadas y cartas llegan diariamente al Departamento de Atención a los Lectores de este rotativo y evidencian una situación que pone a los padres “de cabeza” cuando faltan solo días para el comienzo del nuevo curso escolar: la compra de los uniformes.
“Tengo un adolescente que va a comenzar el preuniversitario. La semana pasada fue que me dieron el bono. He ido a varias tiendas y en ninguna hay la talla que busco. Ya estoy desesperada. Lo primero que pensarán sus maestros es que soy una madre despreocupada, pero la verdad es que no puedo encontrar los uniformes. ¿Cómo va a ir a la escuela?”
La imposibilidad de comprar el uniforme escolar de su hijo, que en próximos días comenzará a estudiar en el Politécnico Hermanos Ameijeiras, constituye para Vivian García motivo de indignación, después de recibir tardíamente los bonos y buscar en los puntos de venta Mi Bebé, Bayamo y La Americana, de Centro Habana.
Un recorrido realizado el 20 de agosto por varias unidades de la capital demostró que estas inquietudes y preocupaciones se diseminan como pólvora entre los padres, cuando se les ve desesperados salir de las tiendas, luego de varios días de búsqueda.
Yanuski Céspedes, por ejemplo, hace dos meses trata de encontrar la talla 34 de pantalón para su hijo, que comienza el preuniversitario. “Hemos ido a Playa, Marianao y aquí en Centro Habana. La respuesta que nos dan es que solo hay tallas pequeñas. No sabemos qué vamos a hacer”, refiere entre confuso y angustiado.
¿DÓNDE COMPRO EL UNIFORME?
En conferencia de prensa, ofrecida el 18 de julio por directivos del MINCIN, Pilar Fernández, jefa del Grupo de Venta Minorista, informó una serie de ajustes en la comercialización de los uniformes, a partir de un diagnóstico realizado por este Ministerio.
Se mantenía como en años anteriores, según informó, que este producto debía “ser adquirido en el municipio de residencia del estudiante”; no obstante, diversas inquietudes llegadas a nuestra redacción contradicen esta disposición, pues algunos padres se han visto obligados a comprar en el municipio al cual pertenece la escuela que proporcionó el bono.
Por otro lado, en aquel momento se comunicó a la población que se estimaría, para finales de agosto, la posibilidad de adquirirlos en cualquier territorio. Sin embargo, existen opiniones encontradas sobre este aspecto: padres que no han podido comprar en tiendas fuera de su municipio de residencia, y otros que lo han logrado hacer con la mayor naturalidad.

¿Es que acaso solo se han escogido algunas tiendas para comenzar la venta liberada, o que se irá haciendo paulatinamente? Si es así, ¿por qué no se informó a tiempo cuáles iban a ser las tiendas donde se iba a comenzar?
Norma Ferrer administradora de J y 11, (Plaza), una de las tiendas en las que comenzó la venta liberada explicó que: “Esta situación provocó un aumento en las ventas de su unidad, mas las camisas grandes de primaria se terminaron desde principio de mes”.
Otros cuestionamientos se relacionan con el hecho de que este año no se pusieran las tallas del alumno en los bonos. En conferencia de prensa, el MINCIN refirió que se hacía con el objetivo de beneficiar a ambas partes; pero para algunos padres, como Ana Rodríguez, clienta de la tienda J y 11, el objetivo de esta medida no se cumple, si de cualquier modo no han podido encontrar las prendas que requieren.
“Se acabaron muy rápido los uniformes. ¿Qué yo hago con una talla 20 para una niña de segundo grado?”, inquirió.
Por su parte Elaine Lee comentaba: “Fui a la tienda La Odesa (Plaza) y La Elegancia (Cerro). En ambas me dicen que el problema es que no han surtido. Estoy buscando las tallas 10 o 12, pero me veré obligada a comprar la 8 para tratar de cambiarla después”.
Similar situación encontramos en la Tienda La Elegancia (Cerro). Osvaldo Pérez, su administrador, explicó que no tenían camisas, e igualmente sucedía con las tallas grandes de politécnico.
Mientras, la clienta Yelenis Fernández, quien estuvo en Playa, Plaza y ahora indaga en el Cerro, tampoco encuentra la blusa que busca: “aquí hay talla 6 nada más”.
El estudio de los trabajos publicados por Granma sobre este tema desde hace algunos años evidencia una reiteración en los cuestionamientos sobre los problemas con el tallaje y las dificultades en la planificación oferta - demanda. Año tras año persisten los mismas dificultades.
Esteban González, administrador de la tienda El Sol (Habana Vieja), explicó que tiene uniformes de tallas extragrandes que no salen a la venta. Mientras, las más solicitadas por la población ya se le han terminado. Cabe preguntarse cuánto le cuesta al país la producción de uniformes que después no logran venderse, y en consecuencia, cuánto disgusto podría ahorrarle a su gente producir las más necesitadas.
Si existiera un estudio efectivo que permitiera conocer las medidas de más demanda, así como las más grandes y pequeñas, basándose en la tendencia del desarrollo de los niños y adolescentes, otro gallo cantaría. Al parecer, la conciliación entre el Ministerio de Educación (MINED), el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), y la industria, es aún insuficiente.
Maira Ruiz Andrés, administradora de Mi bebé, explicó que han recibido uniformes solo una vez. “La población de Centro Habana es muy populosa. Nosotras todas las semanas despachamos lo que tenemos y lo que vendimos. Nos responden que se está trabajando para ver si paulatinamente entra otro poquito de mercancía”.
El administrador de El Sol explicó que de su tienda fue necesario ayudar con el traslado de uniformes a otras de municipios como San Miguel del Padrón, Plaza y Playa, para de esa forma atenuar la situación en ellos existente, ya que al principio fueron de los más privilegiados.
Sin embargo, hoy la realidad se configura totalmente diferente para ellos. Gretell Gabancho, después de visitar cuatro establecimientos, busca allí la talla 6 y 8 de camisa para varón y 8 de blusa para niña. La dependiente le explicó que no tienen camisas de varón, y de hembra solo la talla 4, “y de ahí salta a la 22 y 28”. Tampoco poseen pantalones de politécnico y blusas de preuniversitario suficientes.
Un aspecto controvertido es la actitud de los administradores, quienes, según informó Pilar Fernández, “es el responsable de gestionar con las tiendas del municipio la adquisición del uniforme deseado”. Otra fue la realidad constatada en el recorrido realizado.
La carta publicada por nuestro diario el pasado viernes: Difícil situación con los uniformes escolares, de Mercedes Amaro Sánchez, lectora de la provincia de Artemisa, confirma que las preocupaciones con la venta de las prendas escolares repercute no solo en la capital.
Solo ocho días restan para que toque la campana del inicio del curso, y los padres tendrán que “echar mano” a la vieja máquina de coser, o localizar a la costurera del barrio, pero podrán hacerlo únicamente aquellos que hayan logrado comprar el uniforme escolar.
¿Cómo puede entenderse que todavía a mediados de agosto hubiesen padres que no tenían los bonos de sus hijos? ¿Por qué no puede lograrse la disponibilidad de surtidos varios? ¿En qué se basan los estudios de demanda y diagnósticos que se realizan para mejorar la calidad de este proceso? y sobre todo, qué se va a hacer para solucionar este asunto en el tiempo que queda hasta el primero de septiembre, son preguntas que deben responderse con apremio.
Granma indagará en las respuestas a estas inquietudes, para lo cual funcionarios del MINCIN han dado su conformidad, y el MINED ha anunciado la realización de una conferencia de prensa sobre el inicio del nuevo periodo lectivo.



















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YMPA dijo:
21
27 de agosto de 2014
16:22:24
sachiel dijo:
22
28 de agosto de 2014
10:05:09
susan dijo:
23
28 de agosto de 2014
19:27:06
Carmita Ibáñez dijo:
24
29 de agosto de 2014
02:14:41
BLANCA dijo:
25
29 de agosto de 2014
13:37:11
Fidel Esperón Acanda dijo:
26
1 de septiembre de 2014
08:27:54
natasha dijo:
27
1 de septiembre de 2014
10:26:07
Miriam dijo:
28
28 de noviembre de 2020
18:03:10
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