
Tengo grabada la imagen de aquellos dos hombres que en la presa El Calvario, en áreas del Plan Turquino Bamburano del municipio avileño de Florencia, navegaban en balsas, al estilo de Thor Heyerdahl, que a bordo de la Kon-tiki atravesó el pacífico, desde Sudamérica hasta Polinesia.
Pero el objetivo de ambos era muy diferente a los del explorador noruego y su expedición, que tenían como noble propósito demostrar la posibilidad de que los primeros habitantes de la Polinesia llegaron por vía marítima, desde América del Sur.
Dos golondrinas no hacen verano, pensé, mientras fuerzas conjuntas del Cuerpo de Guardabosque y de la Oficina Nacional de Inspección Pesquera (ONIP) en Ciego de Ávila los multaban y le incautaban los improvisados artefactos y los medios que utilizaban.
Pescado a pescado el pelícano llena la bolsa y lo ocurrido en El Calvario pudiera pasar como un hecho aislado, nada dañino en apariencia, pero es solo la parte visible de muchas de las ilegalidades que se cometen en los espejos de aguas del país y en los mares adyacentes, enemigos internos contra los cuales hay que arreciar la lucha.
Aunque las redes del control van cerrándose y atenazan las ilegalidades, todavía existen agujeros negros por donde escapan los productos del mar.
No obstante, los datos registrados por la ONIP en Ciego de Ávila revelan fisuras, si no ¿cómo explicar que de las 54 embarcaciones privadas que en Ciego de Ávila tienen contratos para pescar, solo unas pocas reportaran producción y otras no lo hicieran?
Mientras las tripulaciones del Titanic, Anolán y Siete Mares, de los puertos de Turiguanó, Punta Alegre y Júcaro, respectivamente, reportan considerables volúmenes, otras, como la que anda a bordo del Doris, de este último enclave marítimo, solo aporta 0.018 toneladas en lo que va de año. ¿Habrá razones para ello?
No es casual, entonces, que hasta la fecha se hayan retirado 18 contratos por incumplimientos reiterados de los planes de capturas, roturas de embarcaciones a largo plazo y ventas de estas fuera de provincia, pero no son esas las únicas razones de la disminución de las entregas.
Autoridades del territorio que se dedican a poner coto a las ilegalidades han debido actuar, desde el decomiso de cientos de metros de paños de redes, de chinchorros, hasta la confiscación de 122 kilogramos de camarón y 50 de langosta en una ambulancia, hechos demostrativos de que las ilegalidades, si se les deja, aparecen a flor de agua y viajan en cualquier medio, siempre con el propósito de engordar el bolsillo de quienes las cometen esos que prefieren las ilegalidades y las redes con demasiados huecos.








 
     
    










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Yo dijo:
1
20 de agosto de 2014
12:06:30
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