PINAR DEL RÍO.— A punto de arribar a lo 50 años, la ciudad de Sandino, una de las primeras urbes creadas íntegramente por la Revolución, rejuvenece.
Un amplio programa de reanimación se encarga desde hace meses de la rehabilitación de sus edificios y sus calles principales, y de obras de carácter social como la piscina olímpica, la clínica estomatológica, el cine y el emblemático hotel Cocibolca.
En total son decenas de acciones las que se han venido llevando a cabo en saludo al medio siglo de la ciudad, precisa Luis Alberto Hernández Miranda, vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal.
Entre ellas, señala el acondicionamiento de las unidades de comercio y las instalaciones de salud, las áreas verdes, e incluso la construcción de un mercado agropecuario.
“Todos los organismos han cooperado con este programa para que Sandino pueda lucir una imagen más bella en su aniversario”, dice.
Y en efecto, sobre lo que durante siglos fue un enorme latifundio, en el que proliferaron el atraso y la explotación, crece hoy una ciudad pintoresca y acogedora.
“Aquí la vida cambió completamente”, confirma Marcelino Márquez, uno de los primeros pobladores del lugar.
A pesar de sus 94 años, Marcelino no olvida la triste situación en que se hallaba esta porción de Vueltabajo antes de 1959.
“En esta zona nunca hubo un médico, y solo había una escuelita que la mayor parte del tiempo no funcionaba. Todas las casas eran de guano. Bohíos con pisos de tierra que se estaban cayendo”.
Una exhaustiva investigación realizada por los historiadores locales, indica que en los 1 717,63 kilómetros cuadrados que abarca actualmente el municipio (del mismo nombre) donde está asentada la ciudad, solo existían tres médicos, la mortalidad infantil ascendía a 60 por cada mil nacidos vivos y era muy alto el índice de analfabetismo en todas las edades.
Ante este complejo panorama, el triunfo de la Revolución marcó el inicio de una nueva era para el territorio. Entre las primeras acciones estaría la entrega de tierras a los campesinos, la implementación de planes agrícolas, la creación de granjas estatales, la alfabetización y la edificación de escuelas.
Hacia 1963, se volvía cada vez más necesaria la construcción de una ciudad que sirviera de núcleo para los planes de desarrollo (sobre todo en materia de agricultura) que se empezaban a implementar en el extremo occidental de Cuba. Ese mismo año, empezó a gestarse Sandino.
Ramón Ramos Prieto, presidente de la filial de la Unión de Historiadores en el municipio, asegura que fuerzas de todo el país intervinieron en la tarea, repartidas en brigadas que laboraban entre 14 y 18 horas diarias.
Gracias a este esfuerzo, el 22 de agosto de 1964 se inauguraban las primeras 500 viviendas.
La ciudad se fue poblando con familias de procedencia heterogénea. Una parte de ellas, de las provincias centrales del país.
Según Ramón, ello respondió a la necesidad de trasladar a esas personas a lugares seguros, y cortarles las vías de aprovisionamiento a las bandas contrarrevolucionarias que operaban en aquella región.
Además, sería el nuevo hogar de familias que se hallaban dispersas y en condiciones de vida muy precarias, a lo largo del occidente pinareño.
La de Justino Martínez fue una de ellas. “Nosotros éramos de El Zarzal, un sitio donde no había electricidad ni acceso a la salud, por eso, mudarnos para acá significó un cambio muy grande”, dice.
Poco a poco, la incipiente urbe comenzaría a adquirir aires de ciudad, con la incorporación de obras de todo tipo, desde un centro comercial, un hospital que brinda servicios a varios municipios y un combinado lácteo, hasta un telecentro y una emisora de radio.
En sus cinco décadas, Ciudad Sandino ha sido testigo de acontecimientos trascendentales. El mayor de todos, protagonizado por los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, quienes llegaron hasta aquí en agosto del 2005 para inaugurar Villa Bolívar, un complejo habitacional de 150 viviendas, construidas con la ayuda de Venezuela para los damnificados por los huracanes.
Aquel propio día, acogería la edición 231 del programa Aló Presidente, durante el cual ambos líderes suscribieron el Compromiso de Sandino, un convenio para facilitar, mediante el esfuerzo mutuo, la operación de millones de latinoamericanos con problemas de la vista.
A sus 94 años, Marcelino Márquez lo recuerda claramente. “Quienes conocimos el atraso que existía en toda esta zona, nunca creímos que algo así podría pasar”.
Sin embargo, tras haber ayudado durante medio siglo a transformar la vida de este lugar, Marcelino asegura que este es apenas el comienzo, un primer paso de muchos que se continuarán dando en el futuro.
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Lázaro Tito Valdés León dijo:
1
14 de agosto de 2014
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ALINA dijo:
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14 de agosto de 2014
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Silvio Herrera dijo:
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14 de agosto de 2014
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cubaneo dijo:
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14 de agosto de 2014
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Fidel González Álvarez (El Panga) dijo:
5
14 de agosto de 2014
18:13:18
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6
14 de agosto de 2014
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leosvani somoza dijo:
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20 de octubre de 2014
13:35:40
Daviel Prieto Olay dijo:
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13 de mayo de 2016
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dante lucero dijo:
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26 de octubre de 2016
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mario guillen dominguez dijo:
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23 de noviembre de 2017
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