
Al enfermar, depositamos en el médico la esperanza de mejorar nuestra salud, a quien reconocemos mayormente por su sacrificada labor. Pero para que un servicio asistencial dentro de las instituciones de salud sea verdaderamente de calidad, estos profesionales tienen que estar respaldados por el equipamiento tecnológico necesario.
Es en manos de los electromédicos donde recae la responsabilidad de asegurar el desarrollo, la aplicación, el mantenimiento, gestión y restitución de los equipos, instalaciones y accesorios médicos. Un trabajo imposible de desempeñar sin amor, ingenio y constancia.
SOPORTE DE NUESTRA SALUD
El año que recién concluyó marcó cinco décadas de trabajo para los servicios de electromedicina cubana y treinta años de la creación de una red nacional de esta especialidad, que recibe el 2014 con nuevos desafíos.
Hasta el Centro Nacional de Electromedicina llegó Granma, con la motivación de indagar sobre cómo marcha esta ingeniería en nuestro país. Su responsabilidad en la relación médico-tecnología-paciente, debido a la complejidad y el alto costo de los equipos, piezas de repuesto e insumos necesarios para garantizar la sostenibilidad de los equipos médicos, es cada vez mayor.
Como soporte necesario para los servicios médicos que se brindan a la población se creó desde el año 1982 la Red Nacional de Electro-medicina, conformada por un centro nacional, 16 centros provinciales y unos 21 talleres territoriales que se subordinan a estos últimos.

Cuenta en su infraestructura con destacados profesionales, técnicos y obreros calificados, que enfrentan cada día el reto tecnológico de mantener funcionando un gran parque de equipos, sin la garantía en muchos de los casos, de piezas de repuesto.
El doctor Mario César Muñiz Ferrer, director del Centro Nacional, explicó a nuestro diario que "existe hoy un inventario nacional de 115 mil 490 equipos médicos, en cuya instalación, puesta en marcha, mantenimiento preventivo y correctivo, participamos y brindamos asesoría". Al cierre del 2013, dijo, se registraba un 96.15 % de disponibilidad técnica, en relación con el número de equipos existentes.
La actividad de recuperación de muebles clínicos ha sido una de las prioridades para los talleres de electromedicina. En noviembre del 2013, de este inventario nacional (430 mil 575 entre camas fowler, sillas de ruedas, mesas auxiliares, mesas quirúrgicas, taquillas, camillas, entre otros), se habían recuperado 36 mil 927 muebles y realizado acciones de reparación y mantenimiento a 58 mil 171, con un costo de 557 mil 897 dólares.
"Con una inversión de medio millón, fue posible ahorrarle al país 3 millones 990 mil 124 dólares, por concepto de reposición y alargar la vida útil del mobiliario, al menos en tres años", puntualizó el doctor Muñiz Ferrer.
INNOVACIÓN COMO GARANTÍA
De la innovación y el empeño con que cada técnico o ingeniero asuma la tarea de recuperar un equipo depende muchas veces devolverlo al sistema de salud, y por consiguiente al servicio del pueblo. Se trata de una carrera contra el tiempo, el deterioro y un sinfín de obstáculos que van desde la escasez de piezas hasta las consecuencias del bloqueo.
Para el doctor Muñiz Ferrer, existe un movimiento fuerte de innovación, que se consolidó durante el periodo especial en la red nacional de electromedicina, y que se potencia hoy en el país.
"Tenemos equipos que tienen diez años de explotación, de alta tecnología, pero cuyo modelo se ha dejado de producir, el fabricante no garantiza más piezas de repuesto y hay que reponerlo por otro nuevo".
Las principales afectaciones, refirió el di-rector de la institución, están concentradas en estos momentos en el equipamiento de laboratorio, equipos de imagen (ultrasonidos, tomografía) y esterilización.
"El 54 % del equipamiento médico que existe en Cuba se adquirió antes del año 2003, por lo que ya es un parque envejecido. En el caso de la esterilización, el 89 % de los equipos existentes tienen más de 22 años de explotación, mientras que los de óptica, sobre todo los talleres de tallado, acumulan entre 15 y 20 años de uso".
Desde el pasado año —dijo el director— se inició el proceso de compra de piezas de repuesto, de modo que no se desfase el abastecimiento para el segundo semestre del 2014. El estado ha hecho un esfuerzo importante para garantizar el financiamiento necesario para la adquisición de las mismas, indicó.
Uno de los constantes obstáculos a los que se enfrenta diariamente esta ingeniería, es precisamente al bloqueo extraterritorial impuesto a la nación por el gobierno norteamericano.
Explica el doctor Muñiz Ferrer que existen dificultades con un grupo de empresas que tienen participación norteamericana en su propiedad. "Por ejemplo, la tecnología de ultrasonido ALOKA, de la que se venían recibiendo piezas de repuesto, fue comprada por HITACHI, y empezó a ser afectada por las leyes extraterritoriales del bloqueo. En estos momentos no hay oferta para comprar lo que se está demandando por lo que se dificulta su adquisición.
"En el caso de la empresa PHILIPS, se trabaja a partir de una licencia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, donde hay que certificar para qué institución se destina la pieza solicitada y reexportar la pieza vieja para poder recibir las que se necesitan".
Otro ejemplo son las cámaras gamma (se utilizan para el diagnóstico de afecciones tumorales) que tenemos. La mayoría son de origen norteamericano y no se reciben piezas de repuesto.
Sobran las muestras donde la innovación de técnicos e ingenieros en los talleres ha sido garantía para la salud ciudadana. Como ejemplo, podrían citarse las soluciones aplicadas en las plantas de tratamiento de agua en los servicios de hemodiálisis de la provincia de Villa Clara, con la finalidad de mejorar la calidad del agua de abasto y preservar las membranas de los filtros de la planta. Otros ejemplos recientes son la remanufacturación de riñones artificiales en los servicios de hemodiálisis de la provincia de Las Tunas, y la recuperación de instrumental para la cirugía oftalmológica en el hospital Pando Ferrer de la capital.
CUIDAR PARA TENER
Preservar lo que se tiene es la mejor manera de seguir teniendo. Sobre este aspecto, el doctor Muñiz Ferrer llamó la atención, pues la vida útil, tanto del equipamiento como del mobiliario clínico, depende en gran medida del cuidado de los pacientes y del personal que trabaja en las instalaciones de salud.
"En el caso particular de los equipos, es necesario manejarlos correctamente para evitar roturas innecesarias. Es mucho el dinero que el país invierte en estos recursos. Sola-mente una autoclave de 40 litros de capacidad, como las que están en las clínicas estomatológicas, tiene un valor de 2 800 dólares en el mercado internacional", puntualizó.
"Es importante también el trabajo del personal de inversiones y mantenimiento dentro de las instituciones —dijo—, pues los locales necesitan mantener las condiciones adecuadas para que los equipos puedan prestar servicios. Si el clima no es el requerido, por ejemplo, hay equipos que no pueden funcionar como el Rayos X".
DE CARA AL FUTURO
La electromedicina cubana llega a sus cinco décadas con nuevos retos. Los logros que puede exhibir hoy son el resultado del esfuerzo de los más de 3 mil trabajadores que conforman la red nacional.
Para el doctor Mario César Muñiz Ferrer, lo primero es continuar garantizando la disponibilidad técnica de la totalidad del equipamiento médico instalado en Cuba y de las misiones médicas en el exterior. La nación brinda hoy servicios de esta especialidad en 31 países.
Asimismo, "es un reto fortalecer la actividad de reparación y recuperación de muebles clínicos, incrementar los ingresos al país por conceptos de exportación de servicios técnicos, potenciar la actividad de metrología y control de la calidad, consolidar la red y mejorar su infraestructura, así como la dotación de herramientas y medios para los centros provinciales", comentó.
Pero potenciar la innovación y recuperación a partir de soluciones creativas y funcionales, es sin dudas, el mayor desafío de la electromedicina cubana, que tiene la honrosa misión de seguir asegurando, desde los talleres, la salud y la vida.
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