Según información compartida este mes de junio por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha demostrado que la vacunación anti SARS- CoV2 reduce los índices de síntomas graves y de defunciones causados por la COVID-19, y permite además disminuir la transmisión del virus que la causa. De ahí, la importancia de inmunizar al máximo posible de personas.
Sin embargo, todavía existen ciertos temores en la población mundial sobre la seguridad y eficacia de estas vacunas y cómo se desarrolla el proceso de evaluación para certificar su uso.
Al respecto, la propia OMS señala, en su sitio oficial, las evidencias que deben aportar las vacunas antes de su autorización por las autoridades reguladoras de cada país. Por ejemplo, en el expediente de registro de las vacunas se deben incluir pruebas de su inocuidad, que se obtienen durante todas las fases de su desarrollo, así como los eventos adversos observados.
Por lo general, destaca la publicación, las autoridades exigen que se haga un seguimiento a todos los participantes incluidos en los ensayos clínicos por un período de al menos uno o dos meses a partir de la fecha en que reciben la última dosis vacunal.
De igual forma, debe aportarse información sobre los tipos de respuestas inmunitarias inducidas por cada vacuna y demostrar, precisamente, que estas previenen la COVID-19.
Por otra parte, todas las vacunas anti SARS- CoV2 autorizadas se deben producir de acuerdo con estrictas normas reglamentarias relativas a las prácticas correctas de fabricación. En tal sentido, las autoridades reguladoras deben evaluar los datos para confirmar que los procesos están bien controlados y son uniformes, y entre esos datos se incluye información acerca de la composición, la pureza y la dosis de la vacuna, así como de cada etapa de fabricación y de los controles aplicados.
En el caso de Cuba, nuestra entidad reguladora —el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos— ha señalado que los candidatos vacunales Soberna 02 y Abdala cuentan con un adecuado perfil de seguridad, en tanto, se ha comprobado la aparición de títulos de anticuerpos, lo cual garantiza la elevación de la respuesta immune.
Asimismo, se han inspeccionado las instalaciones que intervienen en el proceso productivo, con la intención de certificar las buenas prácticas, además de evaluar y refrendar la calidad de cada lote, y también se validan los vacunatorios donde se lleva a cabo el esquema de inmunización.
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