
El profesor Ricardo Ángel González Menéndez afirma que el Trastorno de Ansiedad Generalizada es una de las más frecuentes y benignas afecciones psiquiátricas, expresada por preocupaciones, emociones y síntomas corporales difusos, cuadro similar al habitual cuando las personas enfrentan (o huyen) ante un peligro notable, pero ese estado se manifiesta sin que exista dicho peligro, o ante vivencias cuyo significado no justifican la intensidad de la respuesta. En algunos países de la región se conoce como “susto”.
Nuestro entrevistado es Profesor Titular de Psiquiatría y se desempeña en el Hospital Psiquiátrico Eduardo Ordaz, Facultad Médica Enrique Cabrera. Es Académico de Mérito y presidente de la Comisión Nacional de Ética Médica.
—¿Cuáles son las características fundamentales de este trastorno?
—Desasosiego, intranquilidad, temor a que ocurra algo desagradable o de estar a punto de “perder el control”, dolores de cabeza, sobresalto, tensión muscular, dificultades del sueño, palpitaciones, dolor en el pecho, respiración suspirosa, temblores finos, “tamborileo” con los dedos, movimientos de pies y muslos, sudoración, trastornos digestivos gástricos o intestinales y “salto en el estómago”, conjunto de síntomas que generalmente los pacientes con una visión pesimista atribuyen a “malas enfermedades corporales”.
—¿Es un problema de salud mental común? ¿Afecta a personas de cualquier sexo y edad e incluso a niños?
—Se reporta en todo el mundo con cifras que varían entre 3 y 8 % de la población, menos frecuente en medios rurales y sexo masculino. Se presenta en cualquier etapa de la vida, pero con más frecuencia después de los 20 años. Debido al malestar que determina, este trastorno cumple con la frecuente apreciación clínica de que en psiquiatría hay una diferencia entre “sentirse mal” y tener una afección grave, pues muchas veces, en trastornos benignos como este, se presentan molestias psíquicas y físicas bastante desagradables.
—¿Se conoce la causa desencadenante, o, al menos qué hipótesis se plantean por los estudiosos del tema?
—Herencia, temperamento en personas llamadas popularmente “eléctricas”, tabaco, alcohol u otras drogas en embarazadas, problemas serios del parto, falta de amor, hogares inestables y violentos, padres adictos, consumo de drogas, fracasos, pérdidas familiares, promoción a grandes responsabilidades.
—¿Este trastorno suele estar asociado a otras enfermedades?
—Un bajo porcentaje de pacientes pueden presentar algunas fobias (temores exagerados) que tienden a desaparecer a veces, algún cuadro depresivo de buen pronóstico y en contadas ocasiones cuadros breves de ansiedad aguda.
—¿Cómo se establece el diagnóstico? ¿Se sustenta sobre todo en la clínica o requiere de otros procederes?
—Mediante el método clínico, con interrogatorio bien orientado buscando la descripción por el paciente del comienzo, evolución y estado actual de sus manifestaciones, presencia de situaciones adversas importantes, consumo de tabaco, alcohol, así como de café en altas dosis, antecedentes de familiares con molestias similares y examen físico integral que explore tiroides, paratiroides, tensión arterial, arritmias cardíacas, aparato respiratorio y coloración de mucosas. Los estudios auxiliares son generalmente innecesarios.
—¿El Trastorno de Ansiedad Generalizada es de desarrollo rápido o lento? ¿Conduce en todos los casos a la cronicidad?
—Para diagnosticarlo se exigen al menos seis meses con más días “malos” que “buenos”, no siempre se prolonga pues puede curarse ya que en la ansiedad generalizada no hay órganos (como el corazón), aparatos (digestivo) o sistemas (como el circulatorio), llamados diana (o híper reactivos) que focalizan, intensifican y prolongan la evolución como ciertas úlceras digestivas.
—¿Qué tratamientos y con qué éxito se emplean?
—Si hay respiración muy acelerada, se aconseja respirar en una bolsa de papel. Otros casos responden muy bien a la psicoterapia de apoyo, ejercicios de relajación, acupuntura, trote, y recursos también efectivos, como los medicamentos disponibles. Es básico lograr un estilo de vida sano descrito en estos versos: “Vida sana y ordenada / no abusar de los remedios / buen humor entre los medios / de no alterarse por nada / La comida, moderada / ejercicio y distracción / no tener nunca aprehensión / de hábitos tóxicos, nada / Mucho trato / poco encierro / constante la ocupación / y sexo con protección”.
—¿Cuál considera que es el papel principal de la familia en su convivencia con estos pacientes?
—La interacción con el mundo, con su primer escalón, el hogar, tiene la trascendente misión instructiva y educativa que permitirá al niño cumplir la pauta martiana de “conocerás al mundo antes de darte a él” y en esa interacción profundamente amorosa está la fuente de las primeras palabras, los primeros afectos, principios, valores, autoestima y seguridad personal. Según sean positivas o negativas estas experiencias, un centro cerebral (la amígdala) dará sentido positivo o no a todas las vivencias futuras.
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ileana dijo:
21
20 de septiembre de 2017
14:49:33
Maite Barranco dijo:
22
19 de abril de 2018
14:39:50
Arianna dijo:
23
6 de noviembre de 2018
11:52:33
Fernando Macias Momblan dijo:
24
18 de octubre de 2019
17:14:32
Raúl Hernández dijo:
25
11 de agosto de 2020
13:05:20
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